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Texto Salud Y Enfermedad

2 de Noviembre de 2014

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1. Textos para el informe

Tema: Tecnología, sociedad y cultura

Texto 1

¿Las tecnologías tienen un impacto?

La metáfora del impacto es inadecuada

De Pierre Levy*

[1] En los textos que anuncian coloquios y en los artículos de la gran prensa, se habla a menudo de los “impactos” de las nuevas tecnologías de la información en la sociedad o la cultura. La tecnología sería comparable a un proyectil y la cultura o la sociedad a un blanco viviente. No obstante, esta metáfora balística es criticable por más de una razón ya que supone una inadecuada lectura de los fenómenos.

[2]¿Vienen las técnicas de otro planeta, el mundo de las máquinas, frío, sin emoción, extraño a todo significado y a todo valor humano, como una cierta tradición de pensamiento tiende a sugerirlo? Me parece, por el contrario, que no sólo las técnicas son imaginadas, fabricadas y reinterpretadas en el uso por los hombres, sino que es incluso el uso intensivo de las herramientas lo que constituye la humanidad en tanto que tal (conjuntamente con el lenguaje y las instituciones sociales complejas). Es ese mismo hombre quien habla, entierra a sus muertos y talla el sílex. A través de la rueda y la navegación que han abierto sus horizontes; de la arquitectura que lo cobija y lo inscribe en la Tierra; de la escritura, el teléfono y el cine que la llenan de signos, el mundo humano de entrada es un mundo técnico.

[3]¿Es la tecnología un actor autónomo, separado de la sociedad y de la cultura, una entidad pasiva y percutida por un agente exterior? Sostengo, por el contrario, que la técnica es un ángulo del análisis de los sistemas sociotécnicos globales, un punto de vista que pone el acento sobre la parte material y artificial de los fenómenos humanos, y no una entidad real, que pudiera existir independientemente del resto, que tuviera efectos distintos y actuara por sí misma. Los asuntos humanos comprenden de manera indisociable interacciones entre:

• personas vivas y pensantes;

• entidades materiales naturales y artificiales;

• ideas y representaciones.

[4] Es imposible separar lo humano de su entorno material ni de los signos e imágenes a través de los cuales dan sentido a su vida y a su mundo. Por lo mismo, no se puede separar el mundo material-y aún menos su parte artificial- de las ideas a través de las que los objetos técnicos son concebidos y utilizados, ni de los humanos que los inventan, los producen y se sirven de ellos. Añadamos finalmente que las imágenes, las palabras, las construcciones de lenguaje anidan en los espíritus humanos, procuran medios y razones de vivir a los hombres y a sus instituciones, son reutilizadas por grupos organizados y por circuitos de comunicación y de memorias artificiales.'

[5] Incluso si suponemos que existen efectivamente tres entidades: técnica, cultura y sociedad, en lugar de poner el acento en el impacto de las tecnologías se podría pretender que las tecnologías son producto de una sociedad y de una cultura. Pero la distinción entre cultura (la dinámica de las representaciones), sociedad (la gente, sus lazos, sus intercambios, sus relaciones de fuerza) y técnica (los artefactos eficaces) no puede ser más que conceptual. Las relaciones verdaderas no se dan pues entre «la» tecnología (que sería del orden de la causa) y «Ia» cultura (que sufriría de los efectos), sino entre una multitud de aclares humanos que inventan, producen, utilizan e interpretan diversamente unas técnicas.

¿«La técnica» o «unas técnicas»?

[6] En efecto, las técnicas son portadoras de proyectos, de esquemas imaginarios, de implicaciones sociales y culturales muy variadas. Su presencia y su uso en tal lugar y en tal época cristalizan en unas relaciones de fuerza cada vez diferentes entre seres humanos. Las máquinas de vapor esclavizaron a los obreros de las fábricas textiles del siglo XIX mientras que las computadoras ordenadores personales aumentaron la capacidad de actuar y de comunicar de los individuos durante los años ochenta de este siglo. Es decir, no se puede hablar de los efectos socioculturales o del sentido de la técnica en general.

[7] Detrás de las técnicas actúan y reaccionan ideas, proyectos sociales, utopías, intereses económicos, estrategias de poder, el abanico entero del juego de los hombres en sociedad. La multiplicidad de los significados y de los proyectos que envuelven las técnicas son particularmente evidentes en el caso de lo digital. El desarrollo de las cibertecnologías está animado por los Estados que persiguen el poder en general y la supremacía en particular. Es también una apuesta de la competencia económica mundial entre las firmas gigantes de la electrónica y de la informática. Pero responde, igualmente, a las finalidades de los diseñadores y de los usuarios que buscan aumentar la autonomía de los individuos y multiplicar sus facultades cognitivas. Encarna, por fin, el ideal de muchos científicos, artistas y activistas que quieren mejorar la colaboración entre personas, que exploran diferentes formas de la inteligencia colectiva.

¿La tecnología determina o condiciona?

[8] Las técnicas, ¿determinan la sociedad o la cultura? La relación entre técnica y cultura es, en realidad, mucho más compleja que una relación de determinación. Una técnica se produce en una cultura, y una sociedad se encuentra condicionada por sus técnicas. Digo bien, condicionada y no determinada. La diferencia es capital. La invención del estribo autorizó la puesta a punto de una nueva forma de caballería pesada, partir de la que se han edificado el imaginario de la caballería y las estructuras políticas y sociales del feudalismo. Sin embargo, el estribo, en tanto que dispositivo material, no es la «causa» del feudalismo europeo. No hay «causa» identificable de un estado de hecho social o cultural, sino un conjunto infinitamente complejo y parcialmente indeterminado de procesos en interacción que se automantienen o se inhiben. Se puede decir por el contrario que, sin el estribo, se comprende mal cómo caballeros con armadura hubieran podido aguantarse sobre sus caballos y cargar con la lanza hacia adelante... el estribo condiciona, efectivamente, la caballería e, indirectamente, todo el feudalismo, pero no los determina. Que la técnica condiciona significa que abre ciertas posibilidades, que ciertas opciones culturales o sociales no se podrían considerar en serio sin su presencia. Pero se abren varias posibilidades, y no todas serán escogidas. Las mismas técnicas pueden integrarse en conjuntos culturales muy diferentes.

[9] La imprenta no tuvo las mismas consecuencias en Oriente que en Occidente. La prensa de Gutenberg no determinó la crisis de la Reforma, el desarrollo de la ciencia moderna europea ni la ascensión de los ideales de las luces y la fuerza creciente de la opinión pública en el siglo XVIII, solamente los condicionó. Sólo facilitó una parte indispensable del entorno global donde surgieron estas formas culturales.

[10] Una técnica no es ni buena ni mala (depende de los contextos y de los usos) ni neutra (puesto que condiciona o constriñe, puesto que abre aquí y cierra allí el abanico de posibilidades). No se trata de evaluar sus «impactos», sino de descubrir sus irreversibilidades donde un cierto uso nos compromete, nos permite aprovechar, formular proyectos que explotarían las virtualidades de las que es portadora y decidir lo que haremos con ellas.

*Pierre Levy es un filósofo que ha dedicado su vida profesional a estudiar los impactos culturales y cognitivos de las tecnologías digitales, y a promover mejoras en sus usos sociales. Actualmente se desempeña como profesor del Departamento de Hipermedia de la Universidad de Paris-VII.

Fragmento adaptado del siguiente texto: Levy, P. (2007) ¿Las tecnologías tienen un impacto? En Levy, P. Cibercultura. La cultura de la sociedad digital. Barcelona: Anthropos.

Texto 2

¿Tienen política los artefactos?

De Langdon Winner**

[1] En las controversias acerca de la tecnología y la sociedad no hay ninguna idea que sea más provocativa que la noción de que los artefactos técnicos tienen cualidades políticas. Lo que está en cuestión es la afirmación de que las máquinas, estructuras y sistemas de nuestra moderna cultura material pueden ser correctamente juzgados no sólo por sus contribuciones a la eficacia y la productividad ni simplemente por sus efectos ambientales colaterales sino también por el modo en que pueden encarnar ciertas formas de poder y autoridad específicas. Dado que algunas de estas ideas tienen una presencia persistente e inquietante en las discusiones sobre el significado de la tecnología es necesario prestarles una atención explícita.

[2] Al respecto, la teoría de las políticas tecnológicas […] sugiere que prestemos atención a las características de los objetos técnicos y al significado de tales características. Así, esta perspectiva identifica ciertas tecnologías como fenómenos políticos en sí mismos.

[3] A continuación esbozaré y ofreceré un ejemplo de una forma en la que los artefactos pueden poseer propiedades políticas. Me ocuparé de un caso en el que la invención, diseño y preparativos de determinado instrumento o sistema técnico se convierte en un medio para alcanzar un determinado fin político dentro de una comunidad. Con el término "política" me referiré a los acuerdos de poder y autoridad en las asociaciones humanas, así como a las actividades

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