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Topografia


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2014  •  2.266 Palabras (10 Páginas)  •  276 Visitas

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ORIGEN DE LA AGRIMENSURA EN HISPANOAMÉRICA

En Hispanoamérica, la aplicación concreta y el desarrollo de la agrimensura nos presenta un panorama enmarcado dentro de los tiempos de la conquista y la colonia y más específicamente por los trabajos adelantados por MUTIS, ALEXANDER VON HUMBOLDT y FRANCISCO JOSE DE CALDAS. Posteriormente España envía misiones de Cartógrafos dentro de los cuales es notable AGUSTÍN CODAZZI. En la continua tarea de establecer las "VERDADERAS" medidas y formas del territorio, siempre ligadas a los hechos políticos y a la soberanía, ha pasado una extensa lista de Cartógrafos, Geógrafos, Astrónomos etc., con el propósito de lograr la representación lo más real y exacta posible de la tierra. (Puno. *(Consultado 30/08/20149)).

EN ARGENTINA

La Legislación de Indias española aplicada en América en los siglos XVI y XVII, cubrió aspectos de ruralismo y de urbanismo relativos al uso de la tierra, subdivisión de predios e implantación de ciudades. Es en virtud de ella que al estipularse las "capitulaciones", a que debió ajustarse el Adelantado don Juan Ortiz de Zárate, se previó fundar una ciudad en la margen occidental del "gran Paraná" (el Río de la Plata). Entre los expedicionarios alistados en la “Asunción”, se incluyó a un experto en cuestiones de medir y "amoxonar", Francisco Bernal, el primer Agrimensor que tuvo Buenos Aires. Este profesional fue el primero que estableció "puntos de arranque" para las ulteriores mensuras. Dichos puntos son descriptos en el Padrón del Repartimiento: el "valle de Sant Yago (hoy Isla de Santiago); la "Punta de Gaytán" (hoy Wilde); el “Valle de Sant Ana" (hoy la Magdalena) y otros, fueron elementos de características geográficas en los que se apoyó la mensura rural que precedió al reparto de "suertes de estancias". En cuanto al amojonamiento de la planta urbana de Buenos Aires, devino en ser punto de arranque la cruz de la ermita de Nuestro Señor de San Sebastián (en las inmediaciones del actual Retiro). También merece destacarse que en la primera mitad del siglo XVI, fueron fundadas más de 120 ciudades en toda América, incluyendo 13 capitales de provincias argentinas. Esto constituyó una estrategia militar para llevar para España las riquezas de América, conformando una red urbana que daba seguridad al transporte de cargas y recursos humanos. Por este motivo, la mayoría de estas ciudades tienen una estructura catastral en damero, típica de los campamentos militares. Otro hecho destacado lo constituye la fundación de Santa Fe, que tiene catastro desde ese momento. Cuando se terminó de trasladar en 1660 a su ubicación actual, se generó una ciudad clonada, continuidad jurídica, política e histórica de la antigua, gracias al catastro urbano que la ciudad tuvo desde el mismo momento que Garay repartió las tierras y otorgó título de propiedad a sus capitanes en el viejo asentamiento de la ciudad. En 1811 se perfila la figura de Rivadavia, en su carácter de Secretario del Triunvirato, manifestando algunas inquietudes en cuestiones relacionadas con la tierra y su utilización. Su estada en Inglaterra, cuando allí se perfilaba ya la idea del sistema Torréns de registración territorial, que exigiría la delimitación técnica previa para posibilitar tal registración, ha de haber hecho cristalizar en su mente la importancia de la mensura como medio idóneo e ineludible para poner en el comercio la abandonada tierra pública o tierra del Estado. De ahí que cuando regresó a la patria, hacia la tercer década del siglo XIX, una de las primeras medidas del gobierno en que le cupo actuar fue la de crear la Comisión Topográfica, en el año 1824. En 1826 le fue elevada su jerarquía y ampliado el radio de acción, pues se la transformó en el Departamento Topográfico de la Provincia, primera entidad estatal que se ocupó específicamente del ejercicio de la Agrimensura. Expresamente se le encomendó encauzar y conducir todo lo referente a la realización de mensuras, como así también iniciar racionalmente las tareas cartográficas y además colaborar y aplicar normas conducentes al patentamiento de los futuros profesionales de la Agrimensura, lo que ciertamente equivalió a expedir títulos de Agrimensor. (Universidad Nacional Litoral *(Consultado 30/08/2014).

EN COLOMBIA

Entre los criollos neogranadinos pertenecientes al estamento social que poseía el poder económico, surgieron los precursores de nuestra independencia. Francisco José de Caldas, sabio y patriota colombiano nació en Popayán (1770- 1816), realizó notables estudios botánicos y trazó el mapa del Virreinato del Perú, fue el primer director del Observatorio Astronómico y fundador del Semanario de Nueva Granada, puede considerarse como uno de los gestores de la topografía en Colombia. Fabricó un cuarto de círculo de madera de biomate de cuatro pulgadas de espesor para que no se torciese; incrustó en él una faja concéntrica de estaño bruñido para servir de limbo, y trazó la graduación de éste con escrupulosa delicadeza. El centro del cuadrante era de marfil embutido, con una aguja muy fina clavada en él, de la que pendía una pesita del plomo al extremo de un cabello humano, destinado a marcar los arcos de los ángulos o alturas medias, y el instrumento giraba verticalmente sobre un eje central de acero fijado a un mástil e iba a envolverse abajo con una clavija o tornillo cuya cabeza se aplicaba los dedos del observador. El plano horizontal del gnomón servía también para colocar el cuadrante en posición vertical. El péndulo viejo rejuvenecido por Caldas, causaron agradable sorpresa al Barón de Humbolt, a su paso por Popayán, y además fueron los instrumentos con que hizo Caldas sus primeras observaciones astronómicas, con los que fijó la posición geográfica de su ciudad natal, y con los que calculó otras varias latitudes y longitudes que discreparon muy poco de las determinadas posteriormente con buenos aparatos de Europa. El genio y talento de Caldas contribuyó a la topografía, y sus trabajos fueron de gran precisión e importancia. Estando Caldas en Quito, en Julio de 1802, después de haber observado el solsticio de junio, empezó una serie de incursiones científicas, saliendo hacia los corregimientos de Ibarra y Otavalo, cuya carta levantó por observaciones astronómicas y trabajos geodésicos, en que midió las montañas nevadas de Cotanche, Mojanda e Imbabura. La fijación de la latitud de Quito con diversos objetos le ocupó de una manera seria, posteriormente se comprometió a explorar el territorio por donde se pretendía abrir un nuevo camino de Ibarra hacia la desembocadura del río Santiago; en julio y agosto de 1803, trazó con minucioso cuidado

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