Trabajo Social Con Familias

Hoy en día existen nuevas incertidumbres en el desempeño del trabajador social al intervenir con las familias modernas, esto debido a que años atrás la conformación de las familias era muy distinta a las que podemos evidenciar en la actualidad.

Las familias del siglo XXI son bastante diversas y complejas, encontramos familias monoparentales, familias que se mantienes nucleares, familias reconstituidas, familias conformadas por parejas homosexuales, entre muchas otras. Es por ello que debemos cuestionar la labor del trabajador social al intervenir con ellas, ¿estamos los trabajadores sociales preparados para intervenir en estos nuevos modelos de familia?

El trabajador social en Chile se construye con metodologías y teorías, que en realidad tienden a ser insuficientes en cuanto al enfoque familiar. “Esto se transforma en un dilema, ya que el Trabajador Social se enfrenta diariamente a problemas familiares complejos, los cuales no siempre puede atender. Los conocimientos adquiridos con los métodos tradicionales son insuficientes y muchas veces opta por no intervenir. Así, termina derivando a la familia a otro servicio o profesional”. (Donoso, M., Saldias, P.)

Es por ello que el trabajador social no sólo debe ser una persona empática, capaz de ponerse en el lugar de otros, dispuesto a aprender desde las mismas experiencias, reconociendo y aceptando a su vez la procedencia que tiene desde su propia familia, ya que esto no le será suficiente si no recibe desde su formación como tal, cátedras que hablen exclusivamente de la intervención y terapias con familias.

El enfoque del trabajo social hacia las familias en Chile, surgió hace pocos años y sólo cinco instituciones la imparten, es entonces cuando se le da una relevancia real a esta institución clave dentro de la sociedad.

Años atrás era visualizada como una intervención grupal, hoy es estudiada en profundidad, ya que al ser una célula compleja de la sociedad mantiene sus propios códigos, únicos dentro de cada grupo familiar. “La familia entonces es producto de un verdadero trabajo instituyente, al mismo tiempo ritual y técnico, procurando instituir sentimientos y pautas que aseguren la integración, lo que le da condición de existencia, cohesión y persistencia a esa unidad.” (Barg)

Es por ello que es de vital importancia que se tome en cuenta dentro de las aulas en las cuales se imparte el trabajo social la concepción de familias modernas y la manera en que se interviene, adaptando así nuestros criterios a estas nuevas formas de familia.

Bibliografía.

Donoso, M., Saldias, P. (1998) “Modelo de intervención para el Trabajo Social Familiar”. Santiago: Universidad Católica Blas Cañas

Barg,

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