Transgénicos

Capítulo 1. Planteamiento del problema

1.1. Realidad Problemática

- Los Alimentos genéticamente modificados (AGM) o también conocidos como cultivos transgénicos son aquellos a los cuales se les ha insertado genes de otra especie en su acervo genético, a fin de lograr la obtención de una nueva característica que no se ha adquirido de manera natural. Asimismo, poseen dos particularidades, son resistentes a los herbicidas o producen una proteína (toxina) que permite eliminar a una determinada plaga.

Sin embargo, estos alimentos genéticamente modificados o alterados son creados en laboratorios donde se les introducen potentes pesticidas como Roundup (glifosato), y que está comprobado que genera tumores, fallas hepáticas y renales; sin contar que un gran número de países reportan una contaminación cruzada, ya que el cultivo transgénico es capaz de reproducirse sexualmente, existe una fuga de transgenes que es inevitable y que puede ocasionar graves consecuencias en las zonas de gran diversidad agrícola.

Por esta razón, más países están tomando la iniciativa de rechazar a los transgénicos, reduciendo su consumo de estos alimentos, a fin de mitigar su terrible impacto en la agricultura.

No obstante, también existen unas pocas ventajas en término de creación de plantas diseñadas para resistir enfermedades, plagas y soportar condiciones atmosféricas inestables o estresantes. Por ejemplo, científicos británicos ha desarrollado una papa genéticamente modificada resistente a la plaga “Phytophthora infestans” que causó la hambruna en Irlanda en 1840 y que siempre ha sido su principal amenaza.

Además, los alimentos transgénicos se encuentra también la capacidad de crecer y desarrollarse con menos agua, suponiendo un importante ahorro para zonas con problemas de irrigación, así como también la posibilidad de obtener cultivos de mayor tamaño.

Lamentablemente, la opción más fácil no siempre es la mejor, y este es un claro ejemplo de eso, ya que cada vez son más los países que se oponen a los cultivos transgénicos, incrementándose hasta ahora en un 61%.

En la Unión Europea, la regulación de cultivos genéticamente modificados es estricta, asimismo; se van sumando países a la prohibición de ese tipo de cultivos. El maíz transgénico desarrollado por el conglomerado químico farmacéutico Monsanto o las papas de la alemana Basf han sido prohibidos por precaución sanitaria en varios países europeos.

En Argentina, uno de los países con mayor área de cultivo para organismos genéticamente modificados, junto con Estados unidos, China y Brasil; el 56% de su tierra cultivada es de soya transgénica. En un principio, estos cultivos ayudaron a salir de la crisis del 2001 a Argentina, sin embargo; no se previno que el cultivo de estas semillas obligaría a utilizar grandes cantidades de agroquímicos cada vez más fuertes, por el hecho de que con el tiempo las hierbas malas y los microorganismos se vuelven inmunes y aumentan su resistencia a los herbicidas.

Así mismo, con el aumento exponencial del uso de estos agroquímicos en diferentes provincias de Argentina, donde están los cultivos de soya transgénica, se empezaron a registras casos de trastornos hormonales, esterilidad, malformaciones y cánceres extraños, incluso en niños recién nacidos. Muy a pesar de esto, la soya sigue representando grandes ganancias para este país y por lo tanto, no han disminuido su producción.

Sin embargo, se han establecido organizaciones en contra de las fumigaciones en las zonas rurales cercanas a los cultivos de soya y uno de ellos es “Madres de Ituzaingó” quiénes en 2012, lograron la realización del primer juicio contra las fumigaciones en Argentina. Asimismo, existe una jornada mundial en contra de la transnacional Monsanto y que según los organizadores abarca como 50 países.

Por otra parte, otros países optan por originar propuestas de ley para solicitar que se muestre en el etiquetado si un alimento es transgénico, como Estados Unidos donde casi todas las cepas de soja, maíz, remolacha y colza están modificadas genéticamente, se introdujo 26 propuestas de ley para que se etiqueten los transgénicos.

Pero situándonos en el Perú a pesar de que en el año 2010 se promulgó la ley n° 29571 código de protección y defensa del consumidor; en el cual, se dispone el etiquetado de todos los organismos genéticamente modificados. Esta disposición debía hacerse efectiva a los 180 días calendarios a partir de la entrada en vigor de la ley, a través de un reglamento, que aún no ha sido aprobado.

De esta manera, es necesario conocer cuáles son los efectos de la ausencia de la reglamentación de la ley n° 29571 para el bienestar de los consumidores

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