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VIH y SIDA en niños. Aspectos neuroconductuales

GenhezisEnsayo6 de Octubre de 2013

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VIH y SIDA en niños. Aspectos neuroconductuales

El SIDA (Sindrome de inmunodeficiencia adquirida), en niños y adultos es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Es un proceso crónico y progresivo que tiene un período de latencia variable (donde no presenta síntomas), que puede ser de hasta 7-10 años, pero en la transmisión vertical es mucho más corto.

Los primeros casos de SIDA en niños se describen en 1982 en Estados Unidos y desde entonces el número de niños infectados por VIH ha continuado incrementándose, hasta convertirse en lo que es en la actualidad, una pandemia. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), para el año 2000 existían en el mundo alrededor de 35 millones de personas (entre adultos y niños) contagiadas con el VIH, colocándose a la cabeza de los problemas más preocupantes en el ámbito de la salud pública mundial.

Vías de transmisión

conocen 2 vías fundamentales de transmisión de la infección por VIH: En los niños se

Vía Horizontal: que se produce por dos mecanismos, a saber: por vía hematógena (es decir a través de la sangre o productos relacionados con la sangre), se ve en casos del uso de drogas intravenosas (en adolescentes), y en casos de niños con enfermedades de la sangre como por ejemplo, hemofilia, también en transfusiones de sangre contaminadas con VIH.

El otro mecanismo es a través de las relaciones sexuales, en el caso de los adolescentes con vida sexual activa o en caso de abuso sexual infantil.

Vía Vertical: es la transmisión madre-hijo, responsable del 80% de los casos de SIDA en niños, y puede producirse a tres niveles:

Transmisión prenatal: el VIH es capaz de atravesar la placenta e infectar al feto. Esto puede suceder a partir de la 8ª semana de gestación.

Transmisión perinatal: el recién nacido es capaz de infectarse al final de la gestación y en el parto. El mecanismo de esta infección parece ser a través de las secreciones vaginales ó sangre de la madre infectada por vía ascendente, que se favorece por las contracciones uterinas durante el parto. Por cual está indicado en la actualidad la cesárea electiva en caso de madre seropositiva.

Transmisión postnatal: al igual que otros virus, el VIH es capaz de excretarse a través de la leche materna e infectar al niño. Por lo que está contraindicado la lactancia materna en madres VIH positivas.

En los países desarrollados tras eliminar el riesgo de transmisión a través de la sangre, la mayoría de las infecciones en niños se producen verticalmente y de ellas se calcula que en más de los 2/3 de los niños se producen al final del embarazo ó en el momento del parto y el resto se infectarán en el útero. No todos los hijos de madres VIH positivas van a nacer infectados. La tasa de transmisión vertical es el porcentaje de recién nacidos infectados por cada 100 madres VIH positivas, este porcentaje varía según las áreas geográficas; en Europa la tasa de transmisión vertical, antes de iniciar el tratamiento preventivo a la gestante infectada era de 15-20%, a partir del uso de la zidovudina y el tratamiento antirretroviral la tasa se ha reducido a valores tan bajos como el 2-5%.

En la actualidad, el SIDA pediátrico en Estados Unidos es predominantemente una enfermedad de sujetos de raza negra (58%) e hispanos (23%), debido entre otras cosas a un menor acceso a la información, educación y prevención de la enfermedad, y a los factores de riesgo de adicción materna a drogas y de actividad heterosexual con varones infectados. En Africa, el SIDA se transmite por actividad heterosexual sin protección y por transmisión de sangre infectada.

Patogenia

El VIH una vez inoculado, es captado por los macrófagos (células de defensa del organismo contra infecciones) y transportado hacia los ganglios linfáticos donde afecta a las células T4 allí presentes. Una vez dentro de las células, copia su ARN a ADN integrándose de esta forma a la célula huésped, cuando los linfocitos T4 inician su división ellos también se dividen, se replican, se liberan y ocasionan progresivamente la muerte de las células de defensa, de esta manera provocan una disminución del sistema inmunológico, dejando al individuo sin defensas naturales contra infecciones (lo que se conoce como inmunosupresión). Esta es la razón por la que los individuos VIH positivos son presa fácil de infecciones llamadas oportunistas (que se aprovechan del deterioro del sistema inmunológico) que afectan la salud y son la causa de muerte del sujeto.

Manifestaciones clínicas de la infección por VIH en niños

La historia natural de la infección por VIH en niños tiene, en relación al adulto, un curso rápidamente progresivo con un corto período de incubación, que podría deberse a la inmadurez del sistema inmunológico del recién nacido y lactante. El riesgo de desarrollar SIDA en la infección pediátrica por VIH es muy elevado, durante el primer año de vida representa un 20%, disminuyendo a partir de entonces a un 2-3% anual.

El VIH pediátrico tiene dos formas de comportamiento:

Forma de comienzo precoz: en el 20% de los niños infectados, las manifestaciones clínicas de la enfermedad aparecen durante los primeros meses de la vida y el diagnóstico de SIDA se realiza como media a los 12 meses de edad. Las manifestaciones más habituales suelen ser: Encefalopatía, neumonía por Pneumocistis Carinii, infecciones bacterianas graves, retraso profundo de peso y talla. Coincidiendo con mayores cargas de virus detectadas en sangre. Estos niños por lo general fallecen antes de los 3 años de edad.

Forma de comienzo lentamente progresivo: el 80% de los niños infectados por vía vertical comienzan más tarde con los síntomas, y con manifestaciones clínicas menos agresivas tales como: neumonía intersticial, infiltración de las parótidas, retraso de peso-talla, dermatitis e infecciones bacterianas menos graves. La edad media del diagnóstico de SIDA es a los 3 años y el pronóstico viene determinado por el desarrollo de infecciones oportunistas. Con los tratamientos actuales antirretrovirales (terapia triple), se ha modificado sustancialmente el curso natural de la enfermedad por VIH en niños

Hallazgos neurológicos y manifestaciones conductuales relacionadas con el SIDA pediátrico

Ciertas investigaciones han determinado anomalías en los cerebros de niños infectados con el VIH, utilizando diversos procedimientos neuroradiológicos como la tomografía axial computarizada (TAC), la resonancia magnética nuclear (RMN), y la tomografía por emisión de positrones (TEP), han logrado evidenciar diversos grados de anomalías cerebrales, tales como: atrofia cortical con dilatación del sistema ventricular y calcificación de los ganglios basales y la sustancia blanca frontal. Estudios forenses de autopsias de niños fallecidos por SIDA, han revelado una disminución del peso bruto del cerebro con respecto a la edad, además de una degeneración de la medula espinal y del tracto corticoespinal.

Todos estos hallazgos neuropatológicos nos explican las características clínicas y las manifestaciones conductuales que se presentan en los niños infectados con el VIH.

La afectación neuroconductual por VIH más frecuente es la “encefalopatía de la infancia”, que es capaz de provocar desviaciones sustanciales del desarrollo evolutivo y la muerte. Se describen dos tipos de encefalopatía producidas por el VIH, a saber, la encefalopatía progresiva y la encefalopatía estática.

La encefalopatía progresiva subaguda es la expresión de la infección del VIH más incapacitante y está marcada por una caída gradual y progresiva de la mayoría de los dominios del funcionamiento neurológico, específicamente las funciones cognoscitivas y expresivas en general que incluyen las habilidades motoras y del lenguaje, y de la capacidad de adaptación en los niños de edad preescolar, así como la pérdida de la capacidad para desarrollar una consecución de acontecimientos que ya ocurrieron. Esta forma de encefalopatía se presenta en el 15% de los casos, se acompaña de una elevada carga viral en líquido cefaloraquídeo y se asocia con un mal pronóstico de la enfermedad.

La encefalopatía estática, es el grado menos severo de afectación, con estancamiento del desarrollo psicomotor ó lenta adquisición de las funciones psicomotoras (hablar, caminar, etc.), consiguiendo más tardíamente la maduración pero sin que exista vuelta atrás.

Otras afectaciones producidas por el VIH son las secuelas neuropsicológicas que incluyen: disminución en el funcionamiento intelectual general, déficits de atención y concentración, alteraciones de la memoria, complicaciones en el lenguaje expresivo y los problemas de procesamiento auditivo, déficits en las tareas motoras finas y gruesas.

La infección por el VIH también produce alteraciones en el repertorio conductual y de adaptación de los niños, originados bien como efectos directos (los ocasionados directamente por la infiltración del sistema nervioso central), bien como efectos indirectos dados por los factores ambientales, experiencias traumatizantes (múltiples procedimientos médicos y hospitalizaciones), el pobre estado de salud en general, el rechazo social, la limitación del acceso a la educación formal, la limitación al juego, a la actividad física, etc.

Diagnóstico y Tratamiento del SIDA pediátrico

El diagnóstico de SIDA se establece con base en los antecedentes epidemiológicos y los datos de la historia clínica, así como por los análisis de laboratorio necesarios para demostrar la presencia de antígenos virales y anticuerpos específicos. Además el CDC (Centro de Control

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