VIH/SIDA. Caracas, 2019

.Caracas, 2019

Cuando hablamos de VIH/SIDA siempre pensamos que ambas dos son exactamente la misma cosa, pero con un nombre distinto, pues la realidad es otra. El VIH y el sida no son lo mismo, ambos afectan al sistema inmunológico de la persona que lo padece, pero el VIH “es el Virus de Inmunodeficiencia Humana. El cual se caracteriza por ser un virus que ataca al sistema inmunológico, debilitándolo y, por lo tanto, disminuyendo la capacidad del organismo de defenderse de otras enfermedades o infecciones.” (Fundación Descida, s.f., párr. 1), el SIDA por otro lado, “es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, es la etapa por infección de VIH que se caracteriza por la aparición en sí, de los síntomas de la enfermedad llamadas marcadoras, es decir, aquellas que típicamente están relacionadas con el avance de la infección ante el deterioro del sistema inmunológico. (Fundación Descida, s.f., párr. 2).

Ahora bien, una vez definidas ambas condiciones y sabiendo que uno no es analogía del otro, sino que son dos condiciones que afectan de manera distinta el sistema inmunológico, ya que tener el virus del VIH no se traduce necesariamente a que se tiene también el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA). Si bien es cierto, tener el virus del VIH significa que se ha estado expuesto al virus como tal, pero no tiene en si la enfermedad, es decir SIDA, y en estos casos la persona simplemente es portador del virus.

No obstante, “suele llamarse así a las personas que viven con VIH pero que no presentan síntomas de la esta infección. Sin embargo, la expresión “portador sano” es confusa, ya que puede hacer pensar que las personas que viven con el virus no lo transmiten, y esto es un error. Si bien no están enfermos de sida, si pueden transmitir el virus. Hay estudios para detectar la presencia del virus. Esto permite iniciar oportunamente los tratamientos y tomar medidas para evitar la reinfección y la transmisión del virus. Con la medición actual se retrasa la aparición de enfermedades marcadoras y, por lo tanto, del sida. (Suteba.org.ar, s.f., pag. 1). Es decir, que a pesar de ser simplemente portador de la enfermedad si no se tienen los cuidados necesarios, es posible que en algún momento la condición de portador cambie, y se desarrolle la enfermedad.

En cuanto a el diagnóstico del SIDA a personas que padecen VIH este está dividido en dos test, las pruebas de detección y las pruebas de seguimiento, las primeras son “pruebas de sangre, o (...) exámenes de líquidos de la boca. (...) buscan anticuerpos contra el virus del VIH, el antígeno del VIH o ambos.” (Medline Plus, s.f., párr. 13); y el segundo, “se denominan pruebas de confirmación. A menudo se llevan a cabo cuando la prueba de detección tiene un resultado positivo.” (Medline Plus, s.f., párr. 14). Es necesario realizar diversas pruebas, porque existen casos en los que no hay certeza de que la persona solo está infectada del virus, es por ello que se hacen exámenes para confirmarlo. Incluso, son necesarios para saber qué tipo de tratamiento se debe seguir.

Es importante hacer alusión a las estadísticas que se tienen a nivel mundial sobre las personas que padecen de VIH/SIDA, ya que de una u otra forma nos hacen entender más la problemática, debido a que es un hecho que la enfermedad existen y su contagio es una realidad, pero es importante también para entender la necesidad de educarse y saber educar para la prevención de la misa, y para así poder tener una posición más clara acerca del VIH/SIDA. Según los registros mundiales realizados en 2016 por la ONUSIDA, alrededor de 

“19,5 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretrovírica en 2016. 36,7 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo. 1,8 millones de personas contrajeron la infección por el VIH en 2016. 1 millón de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida. 76,1 millones de personas contrajeron la infección por el VIH desde el comienzo de la epidemia. 35,0 millones de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida desde el comienzo de la epidemia.” (ONUSIDA, 2016, párr. 1)

Las vías de transmisión del virus del VIH se dividen en tres, el más común por la vía sexual, y a ella le siguen la sanguínea y la perinatal, esta última se da directamente de la madre al bebe. El virus circula y se transmite únicamente a través de la sangre, el semen y el líquido pre seminal, las secreciones vaginales y la leche materna. No es un secreto que el VIH/SIDA, per se es una enfermedad de transmisión sexual. En este mismo orden de ideas, se sabe que el VIH/SIDA es de fácil contagio, debido a que puede ocurrir cuando menos lo esperas por tener relaciones sexuales sin protección, es cierto que es posible enfrentar la transmisión, la cual se puede llevar a cabo por medio del uso del preservativo ya que es un método eficaz y bastante sostenible. “El preservativo masculino de látex es la tecnología individual disponible más eficaz para reducir la transmisión sexual del VIH y otras infecciones de transmisión sexual.” (ONUSIDA, 2009, párr. 2), además “El desarrollo de nuevas tecnologías de prevención, como las vacunas contra el VIH y los microbicidas, continúa avanzando, pero los preservativos seguirán siendo por muchos años el principal medio de prevención.” (ONUSIDA, 2009, párr. 3)

No obstante, la ONUSIDA asegura que es necesario “Los preservativos de calidad deben estar fácilmente disponibles universalmente, con carácter gratuito o a un precio bajo. Para garantizar la seguridad eficacia y un uso eficaz, los preservativos deben fabricarse con arreglo a las normas internacionales, especificaciones y procedimientos de garantía de calidad establecidos por la OMS (…) y deben estar disponibles con carácter gratuito o bien a un precio asequible. El uso del preservativo en contextos de recursos limitados es más probable cuando las personas pueden acceder a ellos de manera gratuita o a precios subvencionados.”, es decir que esta no es una situación que amerite sólo la responsabilidad de las personas que padecen VIH/SIDA por contagiarlo, sino que también es una cuestión que debe ir de la mano con los gobiernos de cada país, que deben de una u otra forma no solo fomentar educación y políticas de salud que ayuden a prevenir la propagación del virus mediante campañas de concientización, y de dar fácil acceso a la única herramienta posible para evitar la infección, buscando objetivos positivos en cuanto a ello.

En cuanto a lo expuesto anteriormente, lo que se plantea en el  “Manual para legisladores sobre VIH/SIDA, Leyes y Derechos Humanos” (1999) es bastante provechoso ya que en él se afirma que “Es importante que los parlamentarios conozcan profundamente los temas de VIH/SIDA y que colaboren con el desarrollo de políticas, programas y leyes que contribuyan efectivamente con la prevención y la asistencia a personas viviendo con VIH/SIDA.”, es decir que no es simplemente sancionar a las personas que tengan VIH/SIDA, sino que, como ya mencioné anteriormente, se vaya más allá, es decir que se busquen medios de enseñanza y de fácil acceso para todas las personas para poder prevenirlo más, porque no solo se trata de sancionar a alguien por la condición que se tenga, sino que  se debe saber bien toda la información sobre como llego a tenerla, si la persona a quien se la transmitió estaba al tanto, o si ella estaba al tanto de tenerla ya en algunos casos no se sabe cómo llegan a tener el virus, y es realmente una investigación la cual requiere de muchas preguntas para llegar al fondo.

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