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Ácidos Grasos Poliinsaturado Omega-3; Una Posible Ventana Terapéutica


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2022  •  Resúmenes  •  1.067 Palabras (5 Páginas)  •  44 Visitas

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Ácidos Grasos Poliinsaturado Omega-3; Una Posible Ventana Terapéutica

Se ha hablado mucho de la importancia de la presencia en dieta de ácidos grasos omega-3 de cadena larga, los cuales son poliinsaturados, denominados también como AGPI omega-3 LC, debido a que presentan beneficios en enfermedades cardiovasculares y neurológicas, e incluso en ciertas manifestaciones de Cáncer y enfermedades inflamatorias. También se han utilizado como elemento terapéutico y preventivo de ciertas condiciones. En humanos ha tenido éxito los PUFA omega-3 en el tratamiento de trastornos cardiovasculares como preventivos y terapéuticos. Debido a estas razones el omega-3 es recomendado en la dieta por mucho médicos y cardiólogos, convirtiéndose en los suplementos con mayor venta en el mundo. Sin embargo, se ha cuestionado su eficacia y muchas veces puesto como el causante de enfermedades cardiovasculares en lugar de prevenirlas. Pero más allá de esto, se busca establecer la realidad de lo que sucede en la ingesta de omega-3 en la dieta.

Hay un ácido graso esencial de omega-3 llamado ácido alfa-linolénico o ALA, el cual debe ser adquirido en la dieta debido a que el cuerpo no puede sintetizarlo. Estudios han demostrado que ALA en el cuerpo revierte signos anormales neurológicos, además que en su catabolización se convierte y produces EPA y DHA, esto gracias a ALA. Aunque EPA y DHA se producen a partir de ALA, es decir que el cuerpo los puede sintetizar, se consideran esenciales debido a que dependen de la ingesta de ALA, además, parece ser que los principales beneficios de ALA son en gran medida ofrecidos por estos dos miembros de la familia del omega-3. La insuficiencia de los ácidos grasos del omega-3 interfiere en los procesos de crecimientos, lesiones en la piel, infecciones, entre otros. No obstante, la mayor ingesta de omega-3, en especial EPA Y DHA, pueden provocar enfermedades crónicas, especialmente cardiovasculares, por lo que los esfuerzos que se realizan son para buscar un punto óptimo para la ingesta del omega-3 en la dieta de las personas, aunque existen recomendaciones y directrices sobre la ingesta de esta, aún no existe un patrón definitivo. Específicamente en las enfermedades cardiovasculares se han realizado diferentes estudios para determinar el rol del AGPI omega-3 y el EPA y DHA en la protección contra padecimientos cardiovasculares y posibles complicaciones. En algunos estudios se ha demostrado que una ingesta adecuada de omega-3 en la dieta de los paciente ayuda a reducir la mortalidad incluyendo aquellas muertes relacionadas con las enfermedades cardiovasculares, ofreciendo una cardio-protección en el cuerpo, además de evitar un efecto proarrítmico. Sin embargo, en otros estudios realizados se ha obtenido el resultado contrario al anterior, en el que no se ha podido atribuir ningún tipo de protección cardíaca a los ácidos grasos poliinsaturados; se tomaron pacientes con diferentes complicaciones cardíacas y a algunos se les aplico el tratamiento con omega-3 y a otros no, y no representaron cambios significativos en las complicaciones de sus cardiopatías en ambos grupos, tampoco se pudo determinar una efectividad de este tratamiento en el efecto antiarrítmico. El estudio más grande que se hizo fue el ORIGIN, e hizo reflexionar a los médicos a tomar el estudio sobre el omega-3 con más cuidado y minuciosidad. De igual forma, aunque se han realizado estudios en los que se ha obtenido cierta evidencia de una protección contra complicaciones cardiovasculares por ingesta de omega-3, las muertes por cardiopatías no presentan un cambio entre los que se le suministraron en su dieta estos ácidos grasos y quienes no. Además, se puede confundir la eficacia cardioprotectora del omega-3 con la ingesta de medicamentos para reducir el colesterol e incluso se ha planteado que las estatinas (medicamentos que disminuyen el colesterol) pueden afectar su capacidad protectora. Se siguen adelantando estudios sobre cómo debería ser la dieta para evitar enfermedades cardiovasculares, la cual es disminuir el consumo de grasas, sin embargo, la AHA (Asociación Estadounidense del Corazón) recomienda la ingesta de omega-6, aunque se sigue estudiando los efectos de los ácidos grasos poliinsaturados y sus beneficios. Se ha demostrado que la ingesta de AGPI omega-3 puede ayudar en la respuesta antiinflamatoria, además de que puede aumentar la función de las células B siendo un factor que ayuda a la expresión del sistema inmunitario ante las patologías, en lugar de actuar como inmunodepresor como algunos estudios señalaban. Se ha planteado el uso del AGPI omega-3 como posible preventivo y terapéutico contra el desarrollo de algunos tipos de cáncer, esto lo hace a través de su papel en ciertas rutas moleculares y metabólicas por medio de las cuales pueden interrumpir cascadas de señalización celular y detener la proliferación celular, acciones importantes de la oncogénesis. Otra ruta por la que el omega-3 es una buena opción contra el cáncer es por su alta peroxidabilidad, que permite generar alteraciones en el estado oxidativo celular y en aquellas vías que dependen del estrés oxidativo, las cuales actúan en la apoptosis o inflamación. En el cáncer de colon se utiliza los ácidos grasos como adyuvantes y puedan potencializar los tratamientos y terapias contra este cáncer, inhibiendo la proliferación celular de este y generando apoptosis, pero se han dado estudios que contraponen la idea, y postulan que el uso de ácidos grasos omega-3 puede ayudar a la aparición de cáncer colorrectal, para lo cual aún se realizan estudios. Lo mismo ocurre con el cáncer de próstata, algunos estudios muestran la eficiencia para la prevención de muerte con la ingesta de omega-3, aunque muchos otros lo rebaten, en resumidas cuentas, aún no hay datos suficientes para esclarecer su función en este tipo de cáncer. Los diferentes resultados en un organismo y otro puede proceder precisamente por los diferentes hábitos que existen de persona en persona, es decir, las diferentes dietas pueden ser el resultado de distintos efectos del AGPI omega-3 en la protección contra enfermedades, además, las distintas costumbres alimenticias por regiones o la ingesta en mayores o menos cantidades de estos ácidos grasos puede generar alteraciones en los resultados, además, también se le puede atribuir a una implicación genética. Aunque los estudios en humanos han sido controversiales, se sigue estudiando los posibles beneficios que puede tener el AGPI omega-3 en enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y tumorigénesis, representando un gran avance a esta hipótesis que muchos piensan correcta.

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