El arte del derecho

Filosofia del Derecho

EL ARTE DEL DERECHO

Siempre se ha dicho que el Derecho es Ciencia en cuanto al manejo cabal de sus aspectos formales y que es Arte en cuanto a la manera original con la que cada abogado expresa las ideas y se mueve dentro del proceso.

Es por ello que me atrevo a decir que es el Arte aquel factor que divide a los licenciados en derecho de los reales abogados.

A mi particular punto de vista, los primeros son ese grupo de universitarios estudiantes de derecho y que lograron obtener un título que no dice nada, mientras que los segundos son aquellos estudiantes que obtuvieron un título y que le sacan el mayor provecho posible, adquiriendo aprendizaje significativo que puedan aplicar en futuros casos; bien lo dice el decálogo del abogado realizado por el jurista uruguayo Eduardo Couture:

…”Estudia, pues el derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado...”

 El libro me pareció un claro ejemplo de la forma en que se refleja el pensamiento de gran parte de la comunidad de los estudiantes de derecho, pues erróneamente creemos que en el litigio siempre se aplica la doctrina y conocimiento que hemos adquirido en la universidad.

La abogacía se desenvuelve en medio de corrupción y constantes cambios que dista mucho del conocimiento que nos ofrece la doctrina.

Durante los cuatro años que dura la licenciatura, leemos libros de diversos autores, que no son otra cosa que ensayos, puntos de vista y formas diferentes de ver el derecho como una forma de vida. Esto nos entusiasma, seguimos creyendo que es tan lindo como suena, algo muy utópico, algo tan perfecto y que al ir perseverando, provoca una tremenda emoción aprender cada vez más y enriquecer nuestro acervo cultural con términos jurídicos y arruinarnos la cabeza con el tedio de la lexicología jurídica. Lo sorprendente, es que tendemos a idealizar la realidad, pues ésta dista mucho de lo que imaginamos durante todo el tiempo de estudio, cabe destacar que la diferencia que siempre distingue la calidad del trabajo de los abogados, la marcará el propio abogado; pues cada individuo decide con qué tipo de ética conduce su carrera y si decide prepararse todos los días leyendo reformas y cambios que se dan en este mundo de leyes o decide ser un vil y vulgar leguleyo. Entonces se enfatiza algo que el libro me transmitió, ¿Qué tipo de abogado seré? ¿Cómo conduciré mi carrera una vez concluyendo el tiempo de estudio en la universidad?

Estas preguntas creo son fundamentales para todos los estudiantes de derecho y define la línea tan delgada que existe entre hacer lo correcto y simplemente obtener un beneficio, pero no hay que olvidar que parte de nuestro trabajo es ser leal con nuestros clientes, Ahí es donde la cuestión se vuelve mas difícil, pues cada abogado tiene un perfil diferente, por lo que ejercen su carrera dentro de las diferentes ramas del derecho, donde siempre estará latente la corrupción en mayor o menor medida, pero todo dependerá de la ética profesional y de lo idealista que puedan ser los litigantes.


Y como ya lo mencione al principio, es ahí cuando podríamos decir que entra el Arte, cuando ves al Derecho como tal y que por lo mismo no podrías acceder a caer en la corrupción, a ensuciar o manchar algo que te apasiona, a denigrarlo. Pero insisto, muchas podrán ser las circunstancias en las que algún Abogado se encuentre como para poder tomar la decisión de ser uno mas del montón ó hacer esa pequeña o grande diferencia de respetar al Derecho y verlo como Arte, con toda la expresión de la palabra.

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