Combustóleo. La energía sucia de México
Danna Paola García ChabléEnsayo26 de Octubre de 2025
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Danna Paola García Chablé
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Combustóleo
La energía sucia de México.
Tal vez la palabra “combustóleo” no sea muy conocida para nosotros, pero tiene mucho más impacto en el mundo del que se imagina. Hablamos de la refinación del petróleo como un proceso para convertir esta sustancia presente de forma natural en el planeta, en un producto útil para las necesidades de materiales y energía de nuestra sociedad, pero poco se habla de la parte mala de la historia.
Para comenzar, debemos entender bien cómo se llega a este punto. La materia prima (petróleo) se separa en varios productos, a este proceso se le conoce como destilación fraccionada, de ahí derivan varios materiales útiles y algunos residuos. El combustóleo o también conocido como fuel oil No. 6, es el último residuo que queda de la refinación del petróleo crudo, se prepara al mezclar otros materiales residuales que contienen altos porcentajes de azufre, logrando que dicho producto sea contaminante en gran medida.
Actualmente, el combustóleo se usa como combustible industrial para generar electricidad en locomotoras y barcos. También en aplicaciones de flama abierta en la industria cementera, para calderas de generación de vapor, calentadores, quemadores, hornos y como diluyente de pesados.
Este combustible tiene varias aplicaciones en la industria, pero su uso trae muchas desventajas. Tiene un alto impacto ambiental y está generando cada vez más problemáticas que alejan al país de sus acuerdos de transición energética y climáticos, afectando incluso los derechos de los humanos a la salud y a un ambiente sano.
Durante muchos años, este combustible líquido residual fue el favorito de las industrias, pero en la actualidad, son cada vez más notorias las desventajas y los graves daños a la salud y al ambiente que trae consigo.
Lastimosamente, en México, las refinerías año con año han incrementado la producción de este residuo, y es de tal cantidad, que ha llegado a superar la producción de la gasolina (Según los datos estadísticos de Pemex en 2019).
Al haber mayor producción de este producto, se ha tenido que trabajar mayormente sobre este material, pero las refinerías no cuentan con lo necesario para el tratamiento del combustóleo, no tienen la capacidad de refinación para convertirlo en un combustible más refinado, por lo que optaron en venderles el combustóleo a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), convirtiéndose en su insumo básico. Es aquí donde comienza el mayor problema.
Las centrales termoeléctricas de la CFE son las mayores consumidoras del combustóleo producido por Pemex, lo utilizan para generar energía mediante la quema de este material; dicha quema libera gases y compuestos tóxicos como el dióxido de azufre, material particulado, óxidos de nitrógeno, mercurio, plomo, entre otros más que dañan en gran medida la salud de las personas, así como al medio ambiente. Agregando que las sales formadas se transportan a través del aire, y si llegan a mezclarse con la humedad, causan lluvia ácida.
Estos gases han producido tanta contaminación, que el pueblo se ha visto afectado con diversas enfermedades respiratorias, incluyendo muertes prematuras por la propia mala calidad del aire. Se ha vuelto un tema alarmante y polémico, y se ha llegado a la conclusión en muchas ocasiones de que este material no aporta en nada, es un producto altamente contaminante e ineficiente, con un bajo valor agregado que fácilmente podría sustituirse con energías renovables y limpias que incluso tienen un menor costo.
Aunque la producción del combustóleo no es costosa porque es un residuo del proceso de refinación, la producción de electricidad por medio de este sí lo es. Por ejemplo, en 2019 la producción de un mega watt hora fue de casi 3 mil pesos, mientras que esa misma producción generada con energía solar o eólica, fue de 1200 pesos, según la ONG Greenpeace. Sin olvidar mencionar que los usos de estas energías son amigables con el medio ambiente y el ser humano al no producir ninguna clase de tóxicos.
Cabe mencionar que la razones por las que no se sustituye este material deficiente por energías limpias, es simplemente por el beneficio monetario que trae a las grandes empresas el utilizar este residuo que cada vez va en aumento.
Hasta hace unos meses, hubo una famosa reforma conocida como “Reforma eléctrica”, una iniciativa que priorizaba la quema de carbón y combustóleo para la generación de electricidad por parte de la CFE, dejando totalmente de lado los derechos humanos, el bienestar de las personas, el cuidado del ambiente y el combate por el cambio climático.
Varias organizaciones ambientalistas ya han alertado y denunciado que las altas emisiones de gases tóxicos (azufre, carbono negro, partículas suspendidas, entre otros) por la quema de este material, ya ha cobrado miles de vidas y afectado la salud de millones de personas en la zona metropolitana del Valle de México y Tula; donde se encuentran algunas de estas termoeléctricas.
Toda esta crisis climática por la que el mundo atraviesa han sido consecuencia del bloqueo a las acciones climáticas, el priorizar el uso de materiales altamente contaminantes en lugar de energías renovables.
Existe una lista donde los países se posicionan dependiendo de que tanto hacen uso de las energías limpias, los más destacados son Suecia, Noruega y Dinamarca; que son los más avanzados en su transición hacia las energías limpias.
Lamentablemente, México no entra en esta lista. Tan solo en 2020, nuestro país generó apenas el 25% de su energía a través de energía limpia, a pesar de que nuestro país tiene un gran potencial para duplicar la capacidad de energía renovable actual, según los datos de la SENER (Secretaria de energía).
Los tipos de energías limpias que México utiliza actualmente son; geotermia, nuclear, solar, eólica e hidroeléctrica. El uso de estos recursos tiene grandes beneficios para nuestro país como lo es dejar de emitir millones de toneladas de CO2 a nuestra atmósfera, abonando a la lucha contra el cambio climático, al mismo tiempo que se genera un beneficio económico al ser la energía renovable más barata en muchos casos que la convencional.
El combustóleo es solo una de las materias que más contamina, pero existen muchas más, y todas cuentan con alternativas más sanas para reemplazarlas. La opinión de los ciudadanos ante esta problemática es la más importante, sabiendo que, de continuar esta situación, los más afectados somos nosotros como sociedad.
La situación escala a nivel de industria, quienes son las que más hacen uso de este tipo de energía sucia. El país necesita continuar con sus metas ya establecidas para afrontar el cambio climático.
Le mejor alternativa para esta problemática y para muchas otras más, es darle prioridad al uso de energías limpias y renovables en todo el país, lo cual es posible porque actualmente hay países que funcionan con el 100% de esta energía, como lo son Uruguay, Noruega, Costa Rica, Islandia y Lesoto.
Hay 4 claves importantes que el país necesita para lograr este cambio y encaminarse al futuro de las energías limpias.
- Implementar regulaciones que impulsen la adopción de energías limpias: México ya cuenta con dos regulaciones con respecto al medio ambiente: La Ley General de Cambio Climático y la Ley de la Industria Eléctrica. Se necesitan de marcos claros y regulatorios que incentiven a las empresas nacionales y extranjeras a reducir sus emisiones.
- Invertir en proyectos de investigación y desarrollo: En México hay gran talento en el área de las ciencias básicas, por lo que se tiene el potencial para desarrollar la tecnología necesaria para asegurarnos llegar a nuestra meta. Muchas veces estos proyectos son financiados por los propios ciudadanos u organizaciones que las desarrollan, sería de gran ayuda que existiera el apoyo gubernamental para llevar dichos proyectos a escalas mas grandes e implementarlas.
- Desarrollo de infraestructura: Para poder llevar a cabo dichos proyectos, se necesita materializar las ideas, creando acciones conjuntas entre el gobierno y las industrias privadas. Como, por ejemplo, para lograr que los vehículos comiencen a ser de cero emisiones y se priorice la venta de estos, se requiere el compromiso de las empresas para contar con la producción necesaria de estos.
- Establecer metas y acciones transitorias: Para lograr todo lo anterior, es fundamental generar metas a largo plazo para crear un sistema estable a futuro. Estas metas también incentivan la adopción de energías limpias tanto para los ciudadanos como para las empresas al ser atractivo para la inversión privada.
Si miramos a futuro, nos daremos cuenta de los enormes beneficios que trae consigo encaminar nuestro país al futuro de las energías limpias, no solo ambiental, sino que también económico; al utilizar recursos naturales y ser mas económico, además de privilegiar a zonas económicamente desfavorecidas por encontrarse en una posición territorial que les permita aprovechar estos recursos. Las empresas también se verían beneficiadas al utilizar estas alternativas de bajos costos, sin someterse a los peligros de la volatilidad de los combustibles, aparte de que, según estudios realizados por expansión en 2022, el 80% de la población se siente más atraída hacia empresas que se preocupan y actúan a favor del medio ambiente. Otro beneficio destacable, es lograr la independencia energética, al hacer que nuestro país produzca su propia energía a través de sus recursos naturales.
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