Lenguaje y comunicación. Redacción (coherencia y cohesión)
EMYABREUAEnsayo3 de Mayo de 2023
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL TRANSPORTE
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN CONTADURÍA PÚBLICA
PROGRAMA DE INICIACIÓN UNIVERSITARIA
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN.
REDACCIÓN (COHERENCIA Y COHESIÓN).
FACILITADORA:
PROF. YUNAYN LEÓN.
ESTUDIANTE:
EMILY ABREU
C.I. V-21.150.136
CARACAS, DICIEMBRE 2022
-¡Alto! exclamó con enérgico acento el teniente Orellana refrenando su caballo.
Y los sesenta ganaderos que le seguían, se detuvieron simultáneamente, como por efecto de invisible resorte, sobre una de las tantas inminencias que ofrecía la montaña, y frente a una casa vieja y desmantelada, especie de venta o parador, la que en actitud de atisbar a los viajeros que trasmontaban tan elevadas cumbres, aparecía como incrustada a la vera del camino empinado y fragoso; única vía directa de comunicación, hasta hace algunos años, entre
Caracas y los risueños Valles de Aragua.
-Ahora, mis amigos, agregó Orellana con aquel tono áspero y regañón que le era peculiar, -ojo alerta y más cautela, sobre todo al terminar la bajada porque ese señor Zárate tiene garras y narices de zorro.
-Bien aconsejado, mi teniente, dijo con cierta sorna un viejo sargento, cuya jovialidad contrastaba a menudo con la rudeza militar de sus canos mostachos; -muy bien aconsejado, pues no en balde se ha tasado en dos mil pesos la cabeza de ese tunante. Y, abandonado las filas, fue a recostarse familiarmente del cuello del rocín que montaba Orellana.
-¿Qué ocurre? preguntó este con sequedad.
-Hacer una advertencia a mi teniente, que acaso haya echado en olvido.
-¿Cuál?
-Que la mañana está fresca y…
-¿Y qué más, viejo bellaco? preguntó el oficial con no menos malicia dejando caer su tosca mano sobre el hombro de su antiguo camarada.
-Que nos sería malo echar un trago, para calentar el estómago.
-¡Cáscaras, tan temprano!
-¡Cómo ha de ser! Urica y Boyacá se resisten con el frío que las azota, agregó el sargento sobándose, como dolorido en una pierna y en el pecho.
-Aunque hiciera más calor que en el desierto, seguro estoy, de que todos los rasguños que cuenta tu pellejo habían de servirte de pretexto.
-No digo lo contrario, mi teniente, pero convenga, por lo menos, que la niebla espesa y el frío pica que es un gusto.
-Las que yo veo esperarse, son las ganas que tienes de empinar la botella. Pero, ¡por quince de a caballo! no se dirá que por un trago dejé rabiar de reumatismo al viejo Camoruco.
Y levantando la voz añadió con marcial entonación
-¡Ea! Muchachos, maten de frío si les incomoda, y despachar pronto; porque el capitán nos viene picando la retaguardia y no tardará en alcanzarnos antes de llegar a la Victoria.
...