Obra de teatro: “Si las cosas fueran al revés”
roms76Tarea17 de Noviembre de 2025
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OBRA DE TEATRO: “SI LAS COSAS FUERAN AL REVÉS”
La obra se desarrolla en dos escenarios: la casa y un salón de clases. Pueden montarse de manera paralela y estar cambiando la atención entre uno y otro escenario.
PERSONAJES:
Hija, hijo, mamá, papá, la bruja, amigas y amigos
PRIMER ACTO:
Sentados a la mesa el papá y el hijo, la mamá y la hija apresurándose a servirles la comida.
MAMÁ: Ándale mija, cuídame las tortillas para que no se quemen porque ya sabes cómo se enoja tu papá por eso, y también menéale a los frijoles, que todo esté como a él le gusta.
HIJA: -Sí mamá, pero al rato quiero decirles algo, eh?
MAMÁ: -Sí, sí, ándale, hay que atender también a tu hermano.
HIJA: - ¡Ay!, pues que él se sirva, no?
PAPÁ: - ¡Córranle mujeres!, traigan la comida que no tengo su tiempo
HIJO: -Sí, tenemos hambre, ¡órale!
MAMÁ: (Apresurada y nerviosa) –Sí, sí, aquí está, te hice esta salsita viejo, a ver si te gusta.
HIJA: - (con desgano lleva el agua fresca y deja la jarra en la mesa)
HIJO: -Ándale, sírveme el agua.
HIJA: -Tú puedes hacerlo.
PAPÁ: - No rezongue y sírvame a mí también, que pa´ eso es vieja.
HIJO: -Ja, ja, sí es cierto.
HIJA: (sirve el agua y se retira a la estufa).
HIJO: -Oiga apá, entonces me da el dinero pa ir al baile, ya es mañana.
PAPÁ: - Sí mijo, de paso le voy a dar pa que compre unas botas nuevas en el tianguis; al baile debe ir bien trajeao pa que saque a bailar a muchas muchachonas. Lo que le sobre se lo toma de chelas, al cabo que ya es hombrecito.
HIJA: -Papá, yo también quiero ir, ¿me da permiso? Ya tengo un dinero que ahorré y hasta tengo la ropa que podría ponerme.
PAPÁ: -No, pues como cree, las mujeres se quedan en su casa, aquí tiene mucho quehacer. Usted a que va al baile, vayan a decir que anda de libertina.
HIJA: -Pero ya cumplí quince y nunca me ha dejado ir, ándele, me portaré bien, sólo quiero divertirme un poco, creo que también tengo derecho al igual que mi hermano.
PAPÁ: - ¡NO! , ya dije que no y no me conteste muchacha malcriada. Que van a pensar, que ande sola en bailes, pensarán que uno no tiene gobierno con usted, recuerde que yo quiero que sea una mujer bien portada. Ándele mejor vaya y ayude a su mamá que con tanto trabajo que hay en casa, ni tiempo le debe de dar de pensar en andar de libertina.
MAMÁ: -Hija, ya no estés de necia, yo concuerdo con tu papá, mira ya hasta lo hiciste enojar, vente, déjalo comer en paz, nada más dando mortificaciones.
HIJA: -Mamá, pero no me parece justo, ¿Por qué nos tratan diferente a mi hermano y a mí? ¡Tenemos los mismos derechos y obligaciones!
MAMÁ: -Quítate esas ideas de la cabeza mija, así han sido las cosas y así tienen que ser.
HIJA: Mamá no entiendo porque no puedes decidir tú, siempre es lo que papá diga, deberías apoyarme en mis decisiones.
MAMÁ: Hija, sabes que te apoyo, pero tu papá es quien decide, si ya te dijo que no, es no. Además tiene razón, que van a pensar de ti que eres una libertina, entiende que además esos lugares no son para las mujeres.
SEGUNDO ACTO:
En la escuela el hijo y la hija platican cada uno con sus amigos.
HIJA:- Ay amigas, otra vez no me dejaron ir al baile, yo creo que nunca podré ir con ustedes, me da mucha impotencia que no me den oportunidad de salir.
AMIGA 1: Y de seguro tu hermano si va a ir, verdad? Eso no es justo.
AMIGA 2: Pues no, si a él lo dejan ir ¿por qué a ti no?
HIJA: -Pues ya saben, siempre salen con lo mismo, que porque soy mujer, y que esos lugares no son para uno, pero ni modo, ya hice lo que pude y no logré el permiso, se divierten por mí.
(Se levantan y caminan)
El hijo y sus amigos pasan por ahí y les hacen bromas pesadas.
AMIGO 1: -Adiós chiquitas, a dónde van tan peinadas…
HIJO: -Pues será a lavar y planchar, porque a dónde más, ja, ja.
HIJA: - Ya cálmense, vas a ver con mis papás.
HIJO: - Al cabo nada más me creen a mí. Ándale sí, ya vete a la casa que quiero mi ropa bien planchadita para irme al baile.
Las muchachas se van de ahí; caminan un poco y las amigas se despiden de la hija.
HIJA: (muy triste y pensativa) – Cómo me gustaría que las cosas fueran al revés, que las mujeres tuviéramos más derechos, que no fuéramos humilladas, no entiendo porque no dan ese trato, somos inteligentes y capaces y no logran reconocerlo.
(ENTRA LA BRUJA CON RISOTADAS)
BRUJA: - Hola hola muchacha, te he estado escuchando y yo puedo hacer que tu deseo se haga realidad.
HIJA: -¿De verdad?, y ¿quién es usted para lograr eso?, veo que eres mujer como yo y en este mundo, las mujeres no alcanzan los deseos.
BRUJA: -que ¿quién soy?, soy una mujer que hace visible lo invisible, hago que las mujeres se pongan las gafas violetas y puedan ver desde otra mirada, que sus derechos se hagan posibles.
HIJA: -Órale, suena interesante, pues ayúdeme por favor.
BRUJA: -Bueno, ¿estás segura de eso?, pero a ver si luego no te arrepientes. ¿Quieres que la vida sea al revés?
HIJA: - Sí, quiero ser libre para hacer lo que yo quiera, sin restricciones de estereotipos, que los roles se intercambien.
BRUJA: - Creo que no es la solución, espero logres reflexionarlo, pero pues bueno, que así sea. ¡JA, JA, JA!
TERCER ACTO:
En la cocina de la casa, el papá está cocinando, lleva puesto un delantal.
MAMÁ: (gritando y golpeando en la mesa) - ¡Ya llegué viejo! ¿En dónde está mi comida?
PAPÁ: (nervioso y asustado lleva un plato) – Aquí está viejita, es que te estaba esperando para servírtela cuando llegaras y no se enfriara.
MAMÁ: -Bueno, bueno, ya no me aburras que vengo muy cansada y asoleada. Como tú te la pasas aquí muy agustote en la sombra y nomás viendo tus novelas.
PAPÁ: -Pero si también trabajo mucho para que todo esté limpio y la comida esté lista.
MAMÁ: -No pues eso que chiste tiene, los hombres no saben lo que es el trabajo pesado.
PAPÁ: (sollozando) –Es que tú no me comprendes, yo me esfuerzo por que estés contenta pero nada te parece bien.
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