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Valor de la familia


Enviado por   •  2 de Abril de 2024  •  Trabajos  •  1.933 Palabras (8 Páginas)  •  43 Visitas

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CROROGRAMA SACRAMENTO DE CONFIRMACIÓN

FECHA

COMUNIDAD

PONENTE

TEMA

PONENTE DE CHARLA

ORACIÓN

DINÁMICA

23/07/2022

LA PARROQUIA

Yannys

Jovana

Irma

Todos

EL CARMEN

Nelson

Gabriel

Ivana

Todos

LAS MARÍAS

Eglee

Martha

Olga

Todos

SAN NICOLAS DE BARI

Rafael

Sonia

Thais

Todos

EL VALOR DE LA FAMILIA

LA FAMILIA

Objetivo General:

Concientizar a padres e hijos sobre el valor de la familia dentro de la Iglesia y de la sociedad.

Objetivos específicos:

  1. Dar a conocer la importancia de los valores dentro de la familia para ser ciudadanos de Dios y de la sociedad.
  2. Comprender la importancia de la familia como obra creada por Dios y para cumplir con la Ley Dios.
  3. Incrementar la unión familiar entre las familias integrantes de la catequización.

ORACIÓN

Padre nuestro, que estás en los cielos

Soy un padre en la tierra, tú me has dado este don y esta responsabilidad.

Dame sabiduría para llevar a cabo.

Permite que mí paternidad sea para dar valor y apoyo,

no para controlar y tener expectativas.

Déjame proteger a mis hijos, pero no mucho, aconsejarlos sólo un poco.

Permíteme respetarlos como individuos, no como una extensión mía.

Permíteme ser honestos respecto a mis sentimientos hacia ellos, incluyendo mi enojo, herida, decepción, emoción, gozo y amor.

Permíteme ser firme sin ser dominante.

Déjame ser sensible con mis sentimientos sin tratar de cambiarlos, permíteme estar ahí para ellos cuando necesiten de mí y

dejarles solos cuando no me necesiten.

Déjame ofrecerles las raíces de pertenecer y las alas de la libertad.

Ayúdame padre del cielo a ser un padre en la tierra.

AMÉN.

LA FAMILIA

         Es la célula primaria y vital de la sociedad y en cuanto tal es sujeto de deberes y derechos, cuna de la vida y del amor en la que el hombre nace y crece; por lo tanto, es en la familia donde nace el despertar religioso. Donde el testimonio de vida cristiana ofrecida por los padres en el seno de la familia, llega a los niños envuelto en el cariño, el respeto materno y paterno. Los hijos perciben y viven gozosamente la cercanía de Dios y de Jesús que los padres manifiestan, hasta tal punto, que esta primera experiencia cristiana deja frecuentemente en ellos una huella decisiva que dura toda la vida.

La familia cristiana es invitada a presentarse humildemente como hogar de acogida y hospitalidad, de cercanía, de austeridad y de interés afectuoso hacia los demás, especialmente hacia los que nada tienen y en nada pueden competir.  Al mismo tiempo la familia debe luchar por el reconocimiento social de unos valores auténticamente humanizadores: Justicia, paz, libertad, compromiso, solidaridad, trabajo entre otros.

Es importan resaltar que como familia que somos, debemos buscar el bien común, el bien de todos. Velar por los más desfavorecidos y tenderles los puentes necesarios para poder alcanzar unas condiciones dignas de vida. En la unión familiar se encuentra la estabilidad en todos los niveles. Jesucristo nos acompaña en el camino y espera de la sociedad que el bien sea compartido, que el bien sea común en el seno de todas las familias.

La familia debe ser promotora de desarrollo. Si es “un árbol bueno” debe procurar buenos frutos de justicia, paz, honestidad y trabajo por el bien común. Porque ser familia es también proyectarse en la vida de la comunidad, ciudad o país. Cada familia es una comunidad de amor donde se educa para la solidaridad, es decir para prestar ayuda mutua y vivir de tal manera que cada uno pueda ser feliz, solamente cuando los demás también lo sean. Que cada cual se comprometa con las necesidades, preocupaciones, alegrías y actos de los demás; porque la familia es la escuela donde cada persona aprende a relacionarse con el mundo, aprende a amar, a perdonar, a aceptar, a escuchar y a resolver los problemas de la mejor manera. Lc 15,20; Lc 11,11; Pr 23,26.

Lo dicho anteriormente, nos hace reflexionar sobre el lugar que ocupa la familia en el plan de Dios, el cual proporciona el medio para que las relaciones familiares se extiendan más allá de la tumba. Observar fielmente las sagradas ordenanzas y los convenios del templo nos ayuda a regresar a la presencia de Dios unidos eternamente a nuestra familia. Dios ha establecido la familia para que Sus hijos sean felices, para que puedan aprender principios correctos en un ambiente de amor y para que se preparen para la vida eterna. El hogar es el lugar idóneo para enseñar, aprender y aplicar los principios del Evangelio.

Por este motivo la familia se considera como una comunidad de amor, un amor que nace de Dios y gracias a él crece, se purifica y se alimenta. Formada por una pareja humana en la que hombre y mujer tienen iguales derechos y deberes, la comunidad familiar crece y se enriquece con los hijos. Para el cristiano el sentido de la vida es el amor.

Padre y madre son modelos de identificación del niño y niña, cada uno cumple funciones diferentes pero complementarias, funciones vitales para el desarrollo adecuado de los hijos entre las que se pueden nombrar.

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