AMOR DE TEMPORADA
juancho silvaTrabajo1 de Septiembre de 2017
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JUAN DAVID SILVA SÁNCHEZ 11-04 [pic 1]
AMOR DE TEMPORADA
Debo confesar que nunca fui o seré alguien muy emocionado por la lectura o en la idea de meterme en la historia de un libro hasta el punto de perderme en la trama, sin embargo todo cambió un día cuando le di la oportunidad a un libro que puedo decir es mi amor de temporada y siempre lo recordaré como el único que hasta el momento siento leí con total atención.
Era un día típico de colegio, nada fuera de lo común. Era un lunes y me encontraba con mis amigos en el salón hablando y molestando un rato, cada uno contando lo que había pasado en su fin de semana; mientras sonaba el timbre que anunciaba el inicio de la primera hora, la profesora de Español aparece en el umbral de la puerta indicando que la clase va a comenzar.
Empezamos a ubicarnos todos en un puesto, yo cojo uno del centro ya que si me hago en los puestos de atrás o muy adelante termino distrayéndome fácilmente y me prometí poner tanta atención como me sea posible en esta clase si la quiero pasar los periodos que quedan para acabar el año. La clase transcurrió sin más y justo antes de terminar la cátedra, la profesora nos recuerda que este periodo como lo hemos hecho a lo largo del año también trabajaremos un libro que ella elegirá para nosotros como plan lector. Realmente debo admitir que no estaba del todo emocionado por el nuevo libro o por las elecciones que la profesora nos daba ya que de las que nos había dado hasta el momento ninguna logró mi atención, aunque también pueda ser que no es del todo fácil para mi dedicarme a la lectura, excepto por uno ‘Gracias señor Tchaikovski’ del que me sentí realizado por haberlo leído completo sin saltarme capítulos o buscado resúmenes en páginas de internet. Ese libro fue al que consideraba mi primer y único amor en el mundo literario.
En fin, nos contó un poco de este libro ‘La oscuridad de los colores’, comento su precio y se marchó a su próxima clase. Algunos anotaron el nombre pero yo no le tomé mucha importancia a hacerlo. El día escolar transcurrió entre materias y talleres por hacer hasta que llegó la hora de salida y como siempre salíamos un pequeño grupo para coger el transporte. La semana pasaba al igual que las clases, sin novedad, y así llego el fin de semana. A la semana siguiente, de nuevo en la clase de Español, la profesora nos anuncia que el libro lo podemos conseguir con ella la siguiente clase que tuviéramos esa semana y con ese apunte empieza la clase.
Segunda clase de Español de la semana y en la mesa del profesor se encuentra una caja con los ejemplares del libro que la profesora trajo. Los que pudieron ese día traer para comprarlo, incluyéndome, adquirimos el libro y empezamos a ojearlo. Empecé a leer algunas frases del primer capítulo, saltándome paginas sin buscar realmente concentrarme en leerlo aún, aunque sabía que debía iniciar porque de una u otra manera tenía que hacerlo para la clase. Tenía muchas hojas y la letra un poco pequeña lo que iniciando me desanimó un poco.
Era ya fin de semana y el tiempo de leer, tenía todo planeado para hacerlo sin quedarme dormido pero al primer intento de iniciar el primer capítulo la pereza no me dejo avanzar y terminé dormido; me arrepentí por eso después ya que la profesora hizo un examen de la primera parte y no tenía mucha idea de nada, tendría que redimirme para el siguiente que sería en una semana. Deje olvidado el libro en un rincón de mi cuarto la última vez que lo había cogido y tenía varias cosas encima por lo que demore en encontrarlo. Esta vez estaba concentrado, no podía dejar que el sueño o la pereza me vencieran, así que me acomode y empecé con mi segundo intento de lectura.
No lo podía creer, ya había acabado el primer capítulo y quería saber más de los personajes y las situaciones en las que se encontraban, los escenarios pude imaginarlos conforme los leía y el aire de suspenso e intriga me atrapo totalmente. Nunca había sentido tanta atracción por un libro, cosa que no fue solo sorprendente para mí sino también para mi familia quienes se extrañaron de encontrarme con un libro en la mano leyéndolo con tanta emoción, es que me era inevitable no hacerlo. Cuando me di cuenta ya el libro no lo leía por obligación sino porque realmente me sentía bien leyendo.
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