El Primer Amor

EL PRIMER AMOR: CUAN IMPORTANTE Y ESENCIAL ES PARA LA VIDA.

Salomon

Club Zhayano

Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale.

Pero quien comprende también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor...

Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas.

PARACELSO

El primer amor más que sentimientos de cariño y atracción hacia otra persona, es aprender a amarse y valorarse uno mismo. A lo largo de nuestra vida hemos pasado por situaciones en las que perdonamos a los demás fácilmente, pero nos es difícil perdonarnos a nosotros mismos y por consecuencia cargamos juicios y auto-castigos por años; esta conducta tan usual en el ser humano se genera por el falso concepto del amor. Al respecto Wayne Dyer sugiere que:

El amor es la capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para sí mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te satisficiera o te gustase (47).

De modo que no hace falta hacer siempre lo que agrade a los demás, ni que ellos hagan lo que nos agrade a nosotros, amándonos a nosotros mismos, haremos felices a los demás sin darnos cuenta.

En el presente artículo respaldaré la teoría de Dyer quien afirma la importancia del primer amor (amor a uno mismo) en nuestra vida, el cual es esencial para vivir una vida plena y regocijante; el amor propio nos liberará de los paradigmas equívocos que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida, y nos encaminará a un futuro diferente, donde seremos nosotros mismos, y haremos lo que de verdad nos hace felices, porque aprenderemos que así debe ser.

Lo primero es aprender a discernir lo que la sociedad te enseña, porque no todo lo que viene de ella es bueno y provechoso para nosotros. “Los niños se consideran hermosos e importantes por naturaleza” (Dyer. Tus Zonas Erróneas. 46), y no les importa mucho los cuestionamientos u opiniones erradas que los adultos tengan, pero conforme van creciendo van asimilando ideas y auto-esquemas del desprecio a sí mismos tal como refiere Walter Riso:

En resumen, lo que piensas y sientes acerca de ti mismo es aprendido y almacenado en forma de teorías llamadas auto-esquemas. Hay auto-esquemas positivos y negativos. Los primeros te llevarán a estimarte, los segundos a odiarte. Nadie contempla y cuida a una persona que odia. De manera similar, si la visión que tienes de ti es negativa, no te expresarás afecto, pues no creerás merecerlo. Si tu auto-esquema es positivo y no lo alimentas, se desvanecerá. Algunas personas, en lugar de felicitarse, disimulan su alegría con un parco y flemático: “No es nada” o “Era mi deber”. La negación del reconocimiento personal es una forma de auto-destrucción (3).

Así, es importante saber separar lo que de verdad es beneficioso para nosotros y lo que la sociedad nos impone para inmiscuirnos en ella. Dentro de este concepto también está incluido el que debemos seguir ciertos prototipos, y que, al no poder alcanzarlos, nos conducen a una baja valoración y a subestimarnos de forma auto-destructiva. En este sentido Dyer afirma que:

El volverse eficiente, el lograr dar y recibir amor eficazmente empieza en casa por uno mismo, con el propósito de terminar con los comportamientos emanados de la baja valoración de sí mismos que se han convertido en una costumbre y en una manera de vivir (51).

Lograr tal propósito de revalorarnos como personas y parte importante dentro de la sociedad, empezará por el afán de superación por mérito propio, para ello debemos tener confianza en nosotros mismos, tener la certeza de que no hace falta ser como la sociedad quiere que seamos, sino como nosotros queremos ser; Daniel Goleman hace uso de las palabras de Heart Start quien define:

Confianza. La sensación de controlar y dominar el propio cuerpo, la sensación y el mundo, la sensación del niño de que lo más probable es que no fracase en lo que se propone, y de que los adultos serán amables (cit. en Goleman 228).

Así como este niño que sabe lo que es amarse a sí mismo, y que por ende confía en él, debemos confiar en nosotros, sin tener temor al fracaso, y sabiendo que amándose así los otros nos amarán (serán amables). Si tienes algún talento no seas timorato, cultívalo, y en cuanto a tus debilidades, trabaja en ellas para que se conviertan en fortalezas.

Fracasar es parte de la vida, es parte del proceso de nuestro aprendizaje, nadie está exento de cometer errores, pero hay personas que se pasan la vida lamentándose por algún error que han cometido y malgastan su valioso tiempo en dicha actividad. Como dice Cuauhtemoc Sánchez:

… Grábatelo: tienes derecho a cometer errores, tantos como necesites para aprender las lecciones de la vida. Tus propias caídas te hacen una persona mejor… continúa moviéndote (57).

No podemos estancarnos por los errores que cometemos, esto sólo demuestra la desconfianza y el poco amor que nos tenemos, debemos levantarnos tras cada caída, porque dichos errores no nos hacen inferiores, si no que por el contrario, nos ayudarán a crecer. Si quieres saber cuántas veces debes equivocarte para dejar de hacerlo solo cuenta las estrellas del cielo. Ten presente que la vida es la mejor maestra, porque nunca para de enseñar, y para aprender de ella te tendrás que equivocar, pero peldaño tras peldaño, error tras error, irás forjando tu propio destino, y al volver la vista atrás no será para lamentarte por el camino escogido, sino para amarte más, reconociendo que nunca te diste por vencido, y que has llegado hasta donde estás por ti mismo.

Para levantarnos necesitamos algo muy importante que nos ayudará a vencer los obstáculos que nos impiden amarnos y este ingrediente tan importante en el camino a nuestro amor propio es la actitud, John E. Maxwell cita las palabras de Chuck Swindoll, quien señala:

Mientras más vivo, más me doy cuenta del impacto de la actitud en la vida. Para mí, la actitud es más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que el éxito, que lo que piensan, dicen y hacen otras personas. (…) La vida es 10% lo que me sucede y el 90% como reaccionó ante lo que sucede (cit. en Maxwell 108).

Tomar

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