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Abandonado


Enviado por   •  17 de Junio de 2015  •  413 Palabras (2 Páginas)  •  356 Visitas

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Estoy por cumplir los 100 años de vida. Y aun así no estoy feliz en absoluto. Nadie celebrará mi cumpleaños conmigo. Lo sé porque hace años lo celebro solo. Las cosas han cambiado mucho con respecto a mi juventud.

Recuerdo que amaba estar afuera, en el patio de casa. El sol, la lluvia y el aire fresco siempre me hicieron feliz. Pero más me gustaba cuando mi familia estaba allí conmigo disfrutando de la naturaleza. Prefería escuchar sus historias a contar las mías. ¿A quién le interesaría escuchar las historias de alguien que siempre se la pasa afuera contemplando el silencio y la complejidad de la naturaleza? Los chicos jugaban en el patio y me hacían sentir parte de su juego, aunque participaba lo menos posible para no molestarlos.

Cuando me convertí en joven adulto comencé a alimentar a mi familia. No era que les daba los mejores alimentos del mundo, pero les gustaba. Por supuesto, había épocas en las que la cosa se ponía difícil y tenían que conseguirse el alimento por su cuenta. Claro que ellos me devolvían el gesto cuidándome y asegurándose de que siempre contara con lo que necesitaba. Siempre me hicieron sentir que estaban allí y que me amaban. Después de todo éramos familia.

Pero los años pasaban y entré, por más que duela admitirlo, en la vejez. Creía que sería una época llena de paz y sabiduría para terminar los últimos pasos de mi vida. Pero estaba muy equivocado. Los chicos crecieron y dejaron de jugar conmigo. Mientras seguía contemplando la naturaleza en el patio, ellos pasaban como si nada. Como si no estuviera. Me sentía totalmente plantado.

La vejez se me notaba también por afuera. Estaba más arrugado y un poco encorvado. Mi familia dejó de cuidarme como lo hacía. Quizás sea porque llegué al punto de mi vida en el que ya no los podía alimentar. Pero lo que llegaron a hacer fue muy cruel e injusto. Un día como cualquier otro, sin previo aviso, se marcharon. Abandonaron la casa, se llevaron todo, TODO, menos a mí. Me abandonaron totalmente. Ya estaba muy viejo para poder cuidarme solo. Comencé a debilitarme, a perder fuerza, a sentirme deshidratado. Y acá estoy. Casi 100 años, miles de historias y una gran sabiduría pero que no puedo compartir con nadie. Quizás algún día alguien aparezca, pero yo ya no estaré. Moriré sin conocer nada más en el mundo que el patio de mi casa, en total soledad y completamente plantado.

F C

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