Antología sobre Ensayo
Raziel GuerreroDocumentos de Investigación5 de Mayo de 2016
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL CARMEN
CURSO: TALLER DE COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA
ANTOLOGÍA COMENTADA: ENSAYANDO[pic 1]
AUTORAS:
MTRA. GISELA AQUILEA DIEZ IRIZAR
gdiez@pampano.unacar.mx
DRA. ALMA DELIA SÁNCHEZ RIVERO
asanchez@pampano.unacar.mx
Profesoras de la Universidad Autónoma del Carmen
Ciudad del Carmen, Campeche, diciembre de 2012
Índice Págs.
Introducción 3
De la embriaguez, Miguel Montaigne 4
De la alta posición, Francis Bacon 9
Comentario 1 12
Antología del pan, Salvador Novo 13
Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, Fernando Ortiz 15
Grave problema argentino: querido amigo, estimado, o el nombre a secas, Julio Cortázar 17
Comentario 2 19
El manicomio del tiempo, Ángeles Mastretta 21
Mi raza, José Martí 24
La virgen y el toro en el espejo enterrado, Carlos Fuentes 27
Visión de Anáhuac, Alfonso Reyes 33
El pachuco y otros extremos, Octavio Paz 37
El libro, Jorge Luis Borges 42
Comentario 3 51
La globalización: sus efectos y bondades, Julián Ramiro Mateus y David William Brasset 52
Comentario 4 65
Conclusiones 66
Bibliografía 67
Introducción
La siguiente antología comentada: “Ensayando” ha sido diseñada para la tercera secuencia de aprendizaje del taller de la competencia genérica Comunicación oral y escrita para los estudiantes de los primeros semestres de todas las carreras de la Universidad Autónoma del Carmen.
Se ha hecho una recopilación de ensayos, algunos cortos; otros más extensos, en los que se plasman realidades de la vida cotidiana, que pueden abordarse con reflexión, madurez y encanto por especialistas de las letras, pero que sirven de patrón para los estudiantes y maestros que se adentren en la redacción de este tipo de texto.
La palabra ensayo proviene del latín tardío: exagium, es el acto de pesar algo, de sopesar. Está relacionado con el "ensaye”, prueba o examen de la calidad y bondad de los metales. Ensayar es pesar, probar, reconocer y examinar. Por ello, esta antología la hemos denominado Ensayando, porque es una herramienta para reconocer las partes del ensayo, los diferentes tipos, las diversas introducciones y conclusiones que pueden emplearse, así como las tesis que son defendidas por sus autores.
Octavio Paz expresa sobre este tipo de texto: "El ensayo debe ser breve pero no lacónico, ligero y no superficial, hondo sin pesadez, apasionado sin patetismo, completo sin ser exhaustivo, a un tiempo leve y penetrante, risueño sin mover un músculo de la cara, melancólico sin lagrimas y, en fin, debe convencer”.
Es nuestro interés que con estas lecturas, el estudiante o profesor que necesite profundizar en el ensayo encuentre una guía para su redacción, orientación a otros y para sus prácticas de clase.
Las compiladoras
De la embriaguez
Miguel de Montaigne
El mundo no es más que variedad y desemejanza; los vicios son todos parecidos, en cuanto todos son vicios, y de esta suerte es en ocasiones el parecer de los estoicos; pero aunque todos lo sean igualmente, no por ello son vicios iguales, y aquel que ha franqueado el límite cien pasos más allá.
Hay en materia de vicios tanta diversidad como en cualquiera otra acción humana. La confusión en la categoría y medida de los pecados es peligrosa: los asesinos, los traidores y los tiranos tienen interés sobrado en que esa con fusión exista, pero no hay motivo para que su conciencia encuentre alivio porque otros sean ociosos, lascivos o poco asiduos en la devoción. Cada cual considera de mayor gravedad el delito de su compañero y trata de aligerar el suyo. Los educadores mismos suelen clasificar mal los pecados, a mi entender.
Así como Sócrates decía que el principal oficio de la filosofía era distinguir los bienes de los males, así nosotros, en quienes hasta lo mejor es siempre vicioso, debemos decir lo mismo de la ciencia de distinguir las culpas, sin la cual los virtuosos y los malos permanecen mezclados, sin que se distingan los unos de los otros.
La embriaguez, entre todos los demás, me parece un vicio grosero y brutal. El espíritu toma una participación mayor en otros; los hay, por ejemplo, que tienen no sé qué de generosos, si es lícito hablar así; algunos existen, a que la ciencia contribuye, la diligencia, la valentía, la prudencia, la habilidad y la fineza. En la embriaguez, todo es corporal y terrenal. De suerte que, la nación menos civilizada de las que existen en el día, es solamente el lugar donde tiene crédito. Los otros desórdenes alteran el entendimiento; éste lo derriba y además embota el cuerpo.
El estado más deplorable del hombre, es aquel en que pierde el conocimiento, imposibilitándose de gobernarse a sí mismo; y dícese, entre otras cosas, a propósito de él, que como el mosto cuando hierve en una cuba eleva a la superficie todo lo que hay en el fondo de la misma, así el vino hace desbordar los secretos más íntimos a los que han bebido demasiado.
Tu sapientium curas, et arcanum jocoso consilium retegis Lyaeo.
Josefo refiere que hizo cantar claro a cierto embajador que sus enemigos le habían enviado, haciéndole beber copiosamente. Sin embargo, Augusto, que confió a Lucio Piso, el conquistador de Tracia, los negocios más delicados que tuvo, no encontró motivos de arrepentirse en su elección; ni Tiberio de Cosso, en quien abandonó sus secretos más recónditos, aunque sepamos que ambos eran tan aficionados al vino, que más de una vez hubo que sacarlos del senado porque estaban borrachos, a esta comisión repuso ingeniosamente el amigo de Baco: «Yo, que no puedo vencer al vino, menos podré acabar con el tirano.» Los alemanes, aun cuando estén ebrios a más no poder, van derechos a su cuartel, y recuerdan la consigna y su lugar en las filas: Nec facilis victoria de madidis, et blaesis, atque mero titubantibus.
Nunca hubiera imaginado siquiera que pudiese existir borrachera tan tremenda y ahogadora, si no hubiese leído en las historias que Atalo convidó a cenar con intención de cometer con él una grave infamia a Pausanias, que más tarde mató a Filipo (por tratar de inferirle la mala partida de que aquí se habla), rey de Macedonia, soberano que por sus bellas prendas dio testimonio de la educación que recibiera en la casa y compañía de Epaminondas. Atalo dio de beber tanto a su huésped que pudo convertir su cuerpo, insensiblemente, en el de una prostituta cuartelera para los mulateros y muchos abyectos servidores de su casa.
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