Análisis "Mi Delirio Sobre El Chimborazo"
jorgejohana14 de Agosto de 2012
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Universidad de Los Andes
Núcleo Táchira .Dr. Pedro Rincón Gutiérrez
Cátedra: Literatura Venezolana
“Mi Delirio Sobre El Chimborazo”
(Ensayo)
Integrantes:
Arellano Basto Yndy Yohana
Martínez Rincón Johana Marie
Montoya Contreras Norlis Alberto
Ramírez Galán Jorge Andrés
San Cristóbal, Agosto 2012
Desde la historia cabalga un poeta.
No aparece en los registros bibliotecarios de los clásicos de la literatura, sus obras no se encuentran en la sección de literatura, no hay un tomo I y II de sus obras, no ganó, ni por suerte un premio nobel de literatura, y es que realmente no existen tales obras literarias escritas por él. Se ganó sí un puesto, gracias a sus proezas, en una importante sección de las grandes librerías del mundo; se le archiva en las estanterías al lado de ilustres hombres de la historia, de la historia venezolana, de la historia latinoamericana, de la historia en general; siempre bajo la misma etiqueta o tópico: Historia.
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco, mejor y más cómodamente conocido como Simón Bolívar fue un militar, político y estratega venezolano que libertó a cinco países, dice la historia; pero Simón fue más que eso, tuvo otra faceta en su vida, una que quizá tomó por sorpresa a su entorno: Simón también escribió poesía, Simón fue un poeta.
Poeta no es, tal vez, la más común de las etiquetas para un militar; pero a Simón es una que le viene al dedo después de su delirio sobre el Chimborazo. Popularmente y científicamente se afirma que la locura es, más que una condición, un requisito casi indispensable y una característica propia de los genios. Así Simón delira, enloquece embriagado de gloria sobre el Chimborazo, y después de haber libertado a Ecuador del yugo español, escribe su texto más pasional y poético “Mi delirio sobre el Chimborazo”
“Mi delirio sobre el Chimborazo” es un texto poético autobiográfico, cargado de variadas figuras literarias, “Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del Universo” (Bolívar. 1822) con uso de recursos retóricos propios del romanticismo y alegorías casi dantescas. No es casualidad que la montaña más alta del mundo conocida para la época fuese la inspiración de Simón, su Atalaya más cercana a los cielos, la cúspide, el punto más alto que podría alcanzar un habitante de la época, sitio ideal para una epifanía.
Simón Bolívar, el de los libros de historia, soñaba con libertar a su país Venezuela del yugo español y en su texto se revela este deseo, sufre los temores propios del que desconoce el futuro y busca su destino, y se encuentra con el espíritu guía del tiempo, su pequeño Virgilio quien, a manera de epifanía, lo orienta y le da un nuevo impulso para alcanzar su meta: La libertad de los pueblos y la unificación de la Gran Colombia.
En el texto, Bolívar trasciende a otro mundo, a un mundo fantástico cual Dante Aliguierhi en su Divina Comedia cae a un infierno de confusiones y revelaciones del que se levanta y resucita, cualidad de los héroes. En la literatura griega los héroes sufren una transformación, sucumben ante sus más profundos temores para luego levantarse así Bolívar transita por estas etapas.
El delirio de grandeza es uno de esos pecados no contados de los seres humanos, es natural caer en ellos cuando se forma parte de esta especie y más aún si se ha libertado cuatro países, como es el caso de Simón; así su delirio es parte de la grandeza que ha alcanzado, se encuentra en un techo, ha alcanzado logros que ningún mortal habría soñado, y quiere más. Pero siente miedo, los temores lo embargan, hay piedras altas
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