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Cafe. Algo que me pasó hace poco y que me gustaría compartir


Enviado por   •  23 de Abril de 2018  •  Apuntes  •  711 Palabras (3 Páginas)  •  79 Visitas

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Algo que me pasó hace poco  y que me gustaría compartir:

Esta mañana fui a un centro comercial para hacer unos pagos. Me encontraba muy ansioso y como vi que había mucha gente, decidí ir por un café a un restaurante que se encuentra a unos pasos y que me gusta mucho. Con los años, afortunadamente, perdí esa vergüenza que no me dejaba ir al cine solo o sentarme del mismo modo a tomar o comer algo. Esta vez era diferente. Era la primera vez que iba solo a este restaurante después de bastante tiempo. Siempre iba acompañando de alguien a quien quise mucho.

Cuando me trajeron mi café, noté en la mesa de al frente a una señora mayor que miraba por la ventana y tenía una cara de querer llorar (lo sé porque también pongo la misma cara). Parecía preocupada y yo por mi parte seguía ansioso por el hecho de estar solo. Sin pensarlo ni por un segundo, me levanté con mi café y me senté en su mesa. No tengo idea de por qué lo hice, ni siquiera pensé en la posibilidad de que creyera que yo era un loco peligroso acosador de esos que andan sueltos. Creo que si a mí me hubiera pasado, me habría asustado. Pero a ella no le pasó, ni un poco.

Volteó la mirada hacia mí y con una sonrisa me dijo: “Hace mucho calor afuera ¿no?” Y entonces hablamos del clima y de Piura como si fuéramos amigos de toda la vida, sin sentir de que el silencio es incómodo. Ella no me contó cómo se llamaba ni por qué estaba preocupada; yo no le conté quién era, que hacía ahí ni qué era lo que tanto me ponía mal. Ella seguía sonriendo y creo que dejó de pensar un rato en lo que sea que la estuviera preocupando. Yo por mi lado me sentí acompañado y pude dejar de pensar en lo que me pasaba a mí.

“Que tenga un buen día y espero le vaya bien”, le dije mientras me retiraba de la mesa hacia la caja para pagar. No sé quién era y es probable que nunca lo sepa. Entonces me estuve preguntando si era importante saber eso para poder sacarle una sonrisa a alguien que por cualquier cosa que sea, esté atravesando por momentos difíciles. ¿Hace falta acaso?

Hoy la ansiedad me hizo calcular mal y llegué demasiado temprano a un lugar al que debía ir. A media cuadra hay un café que me gusta mucho, así que decidí ir a tomar la merienda. Con los años, afortunadamente, perdí esa vergüenza que no me dejaba ir al cine sola o sentarme de igual modo a tomar algo. Como estaba fresco me quedé adentro y cuando me senté, vi que había una señora tomando un café en la mesa de enfrente. Miraba un punto fijo, como esas veces que la mente se pone en trance. Parecía preocupada, y yo por mi parte tenía miedo, qué sé yo. Sin meditarlo ni por un segundo, me levanté con mi taza y mi medialuna mordida y me senté en su mesa. No sé bien por qué lo hice, ni siquiera pensé en la posibilidad de que creyera que yo era una loquita peligrosa o algo así. Hubiese sido comprensible, tal vez a mí sí me habría asustado la situación. Nunca me pasó, tendría que ver. Pero a ella no le pasó. Ni un poco. 
Destildó la mirada y me sonrió: "Qué viento frío, ¿no?" Y entonces hablamos del clima, como si fuéramos dos vecinas que fuerzan una conversación por cortesía en el ascensor pero sin la parte de conocernos, pero sin la parte de sentir que el silencio es incómodo. Ella no me contó cómo se llamaba ni por qué estaba preocupada; yo no le conté quién era, qué hacía ahí ni qué era lo que me daba tanto miedo. Ella sonrió y creo que dejó de pensar un rato en lo que sea que la estuviera perturbando; yo me sentí acompañada y pude dejar de rumiar lo que me pasaba a mí.
"Que le vaya bien, ya me tengo que ir", le dije mientras dejaba mi taza sobre el platito.
No sé quién era y es probable que nunca lo sepa. ¿Hace falta, acaso?

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