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Como Hablar Eficazmente


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  2.807 Palabras (12 Páginas)  •  318 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEON

Ensayo

El camino para hablar eficazmente

Arely Lizbeth López Contreras Grupo: IV Mat.1485420

06/10/2014

Negocios

Introducción

La satisfacción personal, comercial o social depende sobremanera de la capacidad que tiene una persona de comunicar claramente a los demás lo que siente, lo que desea y lo que cree. Y ahora, como nunca sucedió antes, en una atmósfera de tensiones, temores e inseguridad universal, necesitamos que permanezcan abiertas las vías de comunicación entre la gente. Espero que este libro sea de utilidad en todos estos sentidos, tanto para aquellos que simplemente desean actuar con mayor facilidad y confianza en sí mismos en sus propósitos prácticos. Como para aquellos que desean expresarse de modo más completo como individuos que buscan una realización personal más profunda.

El libro trata ciertamente de las técnicas necesarias para comunicar lo que las personas desean que la parte receptora entienda del mensaje dado.

Se tocan temas desde como lo procesa las demás personas y las maneras y tiempos en los cuales expresarte.

Existen tres factores en toda disertación. El orador, el texto del discurso o mensaje, y los oyentes. Las dos primeras reglas enunciadas en este capítulo tratan de las relaciones entre el orador y el contenido de su discurso. Hasta el momento, no hay discurso propiamente dicho. Sólo cuando el orador se dirige a un auditorio cobra vida su disertación. El discurso puede estar bien preparado; puede estar relacionado con un tema que entusiasme al orador; pero para lograr un éxito completo, otro factor es necesario en el curso de la exposición. El orador debe hacer sentir a sus oyentes que lo que él tiene que expresar es algo importante para ellos. No sólo el orador debe estar entusiasmado con el tema, sino que debe intentar por todos los medios transmitir su entusiasmo al público.

Desarrollo

Todo orador destacado en la historia de la elocuencia poseyó esa inequívoca cualidad de vendedor, o evangelista, como quiera llamársela. El orador eficaz desea con sinceridad que sus oyentes experimenten lo mismo que él experimenta, que concuerden con sus puntos de vista, que realicen aquello que, según él, es lo mejor que pueden realizar y que experimenten con el mismo goce lo que él experimenta. Está concentrado en los oyentes, no en sí mismo. Sabe que el éxito o el fracaso de su discurso no los decidirá él, se decidirán en las mentes y los corazones de quienes lo escuchan. Yo preparé a varios hombres en la sucursal del Instituto Americano de Bancos, de Nueva York, para hablar durante una campaña en favor del ahorro. Había uno de ellos que no lograba entusiasmar a su auditorio. El primer paso que di para ayudarlo fue tratar de encender su mente y su ánimo con el entusiasmo que debía producirle el tema de su disertación. Le dije que se retirara y pensara a solas en su tema hasta llegar a sentir que era un tema que lo entusiasmaba.

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PRINCIPIOS BÁSICOS PARA HABLAR EFICAZMENTE

L LA ADQUISICIÓN DE LOS CONOCIMIENTOS BÁSICOS

Discurso, orador y auditorio

En esta parte nos referiremos al triángulo del discurso, a los tres aspectos que lo constituyen. En primer lugar, tenemos el contenido del discurso. Sabemos ya que debe ser tejido en el telar de nuestras experiencias.

1. Aproveche la experiencia ajena. 2. Tenga siempre presente su objetivo. 3. Predisponga su mente para el éxito. 4. Aproveche toda oportunidad de practicar.

EL DESARROLLO DE LA CONFIANZA

1. Comprenda bien las circunstancias relacionarlas con el temor a hablar en público. 2. Prepárese en forma adecuada.

Luego está el orador. Expondremos aquí cuáles son los atributos mentales, físicos y vocales que contribuyen a vigorizar el discurso. Por último nos encontraremos con el auditorio, el objetivo hacia el que se dirige el discurso y el árbitro decisivo del éxito o el fracaso del orador.

Nunca aprenda un discurso palabra por palabra. Reúna y ordene sus ideas de antemano.

Ensaye su discurso con sus amigos.

3. Predisponga su mente para el éxito. Sumérjase en su tema.

Aparte su atención de todos los estímulos negativos. Dése una charla de ánimo.

4. Actúe con confianza.

HABLAR EFICAZMENTE DE UNA MANERA MÁS FÁCIL Y RÁPIDA

1. Hable acerca de algo sobre lo que usted haya ganado el derecho de hablar ya sea por estudios o por propia experiencia.

Cuéntenos lo que ha aprendido de la vida. Busque los temas en su propia experiencia.

2. Asegúrese de que siente entusiasmo por su tema. 3. Esté ansioso por compartir su discurso con los oyentes.

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GANAR EL DERECHO A HABLAR

Hay cuatro caminos para organizar el material del discurso de modo que quede asegurada la atención del auditorio. Si usted los sigue en el curso de su aprendizaje estará preparado para lograr la más entusiasta atención de sus oyentes.

PRIMERO: LIMITE SU TEMA

Una vez seleccionado el tema de su disertación lo primero que usted debe hacer es Determinar la amplitud de éste y ajustarse estrictamente a los límites marcados. No omita el error de intentar un paso más allá.

SEGUNDO: DESARROLLE SU PODER DE RESERVA

Es mucho más fácil pronunciar un discurso que apenas roza la superficie de los hechos que profundizar en busca de ellos. Pero cuando usted opta por el camino más cómodo, muy poca o ninguna será la impresión que produzca su disertación en el auditorio. Una vez limitados los aspectos de su tema, sobre los cuales hablar á, el próximo paso consiste en hacerse preguntas que darán mayor profundidad a sus conocimientos y lo capacitarán para exponer el tema que usted haya escogido. "¿Por qué creo yo en esto? ¿Cuán do he visto un ejemplo de esta opinión mía en la vida real? ¿Qué es, precisamente, lo que estoy tratando de demostrar? ¿Cómo sucedió exactamente?" Preguntas de esta naturaleza traerán consigo respuestas que le otorgarán capacidad adicional, la capacidad que hace que el público preste atención y se interese.

TERCERO: LLENE SU DISCURSO CON

ILUSTRACIONES y EJEMPLOS

Uno de los capítulos de El arte de una escritura legible, de Rudolf Flesch, comienza con esta frase: "Solamente la lectura de narraciones anecdóticas nos otorga placer". Muestra luego cómo este principio es utilizado por TIme y Selecciones. Casi todos los artículos de estas dos revistas de gran circulación consisten en simples narraciones o bien están colmados de anécdotas. El poder que posee un relato de tipo anecdótico para atraer la atención no es menos apreciable en un discurso que en los artículos de una revista. Norman Vincent Peale, cuyos sermones han sido escuchados por millones de personas en radio y televisión, dice que su método favorito de estructurar el material para una charla consiste en elaborarlo sobre la base de ilustraciones y ejemplos.

CUARTO: USE TÉRMINOS FAMIUARES Y CONCISOS QUE CREEN IMÁGENES

Los psicólogos nos dicen que más del ochenta y cinco por ciento de nuestros conocimientos los adquirimos mediante impresiones visuales. Esto explica sin ninguna duda la gran efectividad de la televisión como medio de propaganda y entretenimiento. Hablar en público también es un arte tan visual como auditivo. Uno de los mejores medios de enriquecer un discurso es incorporar al mismo demos atracciones visuales.

Usted podría pasarse horas tratando de decirme con palabras cómo se maneja un palo de golf y yo podría aburrir me soberanamente. Pero levántese y muéstreme lo que hace para llevar una pelota hasta el hoyo y seré todo ojos y oídos. Del mismo modo, si usted describe las desesperadas maniobras de un avión con sus brazos y sus hombros, estaré mucho más atento al resultado de su lucha con la

muerte.

En el proceso de atraer y mantener la atención, que constituye el primer a finalidad de todo orador, existe una técnica de la mayor importancia. Sin embargo, no por ello es menos ignorada. El promedio general de los oradores parece ignorar su existencia. Probablemente nunca pensar con en ella conscientemente. Me refiero al proceso de utilizar palabras que produzcan imágenes. El orador a quien nos resulta fácil escuchar es aquel que pone imágenes ante nuestra vista.

Como he expresado repetidamente, usted no puede dejar de tener éxito si escoge el tema que le conviene. Hay una clase de temas que le asegurará el éxito: ¡sus propias convicciones! Con seguridad, usted posee profundas creencias sobre determinados aspectos de la vida. No es necesario que vaya a buscarlas muy lejos de usted, genera la mente y hacen en la superficie de la corriente de su pensamiento, pues usted piensa en ellas con frecuencia.

REANIME LOS SENTIMIENTOS QUE LE DESPIERTA SU TEMA

Supóngase que está refiriendo cómo lo detuvo un policía por pasarse una milla de su límite de velocidad. Puede usted relatamos el hecho con el frío desinterés de un observador, pero se trata de algo que le sucedió a usted y usted posee ciertos sentimientos que puede expresar en un lenguaje bastante definido. El uso de la tercera persona no produce mayor impresión sobre el auditorio. La gente quiere saber qué sintió usted exactamente cuando el policía le extendió la boleta. Por lo tanto, cuanto más logre que revivan la escena que describe, o las emociones que sintió en esa ocasión, más vívidamente conseguirá expresarse.

Una de las razones por las que vamos al teatro o al cine es porque deseamos percibir emociones. Tanto hemos llegado a temer la manifestación pública de nuestros sentimientos que necesitamos ir al teatro para satisfacer esta necesidad de expresión emocional. Cuando usted hable en público, sin embargo, transmitirá entusiasmo e interés con sus palabras en proporción al grado de entusiasmo que ponga al pronunciarlas. No reprima sus verdaderos sentimientos; no sepulte su auténtico entusiasmo. Muestre a sus oyentes cuánto anhela hablarles

de su tema, y logrará una atención incondicional.

TERCERO: ACTUE CON SEGURlDAD

Cuando se encamine ante el auditorio para hablar, no lo haga como un hombre que asciende las gradas del público; diríjase hacia el frente con aire decidido. Su actitud puede ser muy fingida, pero le será sumamente beneficiosa y dará al auditorio la impresión de que usted está ansioso por hablarles. Un momento antes de comenzar, respire profundamente. Mantenga la cabeza erguida, la barbilla firme. Usted va a transmitir a sus oyentes algo de la mayor importancia y debe hacerlo con cada sector

de su cuerpo, de un modo claro e inequívoco. Piense en el poder que posee, y, como decía William James, actúe como si lo poseyera. Si se esfuerza en hacer llegar su voz hasta la parte más alejada del salón, el sonido le otorga rá seguridad. Una vez que haya comenzado a expresarse físicamente, se sentirá estimulado por sus propios ademanes. El principio de "caldear nuestra actividad" o comúnmente llamado calentamiento, como lo describen Donald y Eleanor Laird, puede ser aplicad o a todas las situaciones que demanden seguridad mental.

COMPARTA SU DISCURSO CON EL AUDITORIO

Usted puede aprovecharse de este ejemplo asegurándose de que sus discursos estén siempre preparados pensando en un público específico. He aquí cinco sencillas reglas que contribuirán para que usted obtenga un gran poder de comunicación con los sentimientos de sus oyentes.

INTERESEN A SUS OYENTES

Pregúntese de qué manera el conocimiento de su tema puede ayudar a sus oyentes a resolver sus problemas y alcanzar sus objetivos. Entonces proceda a demostrarlo, y obtendrá atención sin reservas. Si usted es contador y comienza diciendo algo así: "Vaya explicarles cómo evitar el pago de cincuenta a cien dólares sobre sus impuestos a los réditos", o si es un abogado y muestra a sus oyentes cómo debe redactarse un testamento, obtendrá con seguridad el máximo interés de su auditorio.

Seguramente, hay algún tema de su conocimiento que puede constituir una verdadera ayuda para los miembros de su público.

A la gente le interesan las historias que poseen interés humano, así que propondría a varios hombres de fortuna que explicaran cómo es posible ganar un millón de dólares en bienes raíces. Haría que varios banqueros prominentes y presidentes de diversas compañías relataran su ascenso a las cumbres del poder y la riqueza". Poco después, Siddall se convirtió en director.

DEMUESTRE APRECIO HONRADO Y SINCERO

Los auditorios están compuestos de individuos, que reaccionan como individuos. Critique abiertamente a un auditorio y sus miembros se sentirán ofendidos. Muestre sus simpatías por algo digno de elogio que haya realizado esa gente, y obtendrá un lugar en sus corazones. Esto requiere a menudo una investigación previa por su parte.

IDENTIFIQUESE CON EL AUDITORIO

Tan pronto como pueda, preferentemente al pronunciar las primeras palabras, indique alguna relación directa con el grupo al cual se está dirigiendo. Si se siente honrado porque le han solicitado su palabra, expréselo.

HAGA PARTICIPAR AL PÚBUCO EN SU DISCURSO

¿Nunca se le ocurrió que podría mantener al auditorio pendiente de cada una de sus palabras mediante un poco de espectáculo? En el momento en que usted escoge a algún miembro del público para ayudarlo a demostrar alguno de sus puntos o a dramatizar una idea, será recompensado por un considerable incremento de la atención. Conscientes

de sí mismos como auditorio, quienes lo componen sobre algo, o se les solicite su ayuda para resolver algún problema. "Adopte la correcta actitud mental -dice Mr. Whiting-, una actitud que denote que un discurso no es una declamación, que está destinado a obtener una reacción del auditorio, a hacer que el público participe en la empresa". Esta es la clave de todo este capítulo. Si usted hace participar al auditorio, otorga a sus oyentes el derecho de asociarse a su empresa.

DEMUESTRE HUMILDAD

Muestran gran interés en lo que sucede cuando alguno de ellos es llevado a escena por el orador. Si, como dicen muchos oradores, hay una pared entre el hombre de la tribuna y la gente que se halla fuera de ella, la participación del auditorio en el discurso derrumbará ese muro. Recuerdo a un orador que explicaba la distancia recorrida por su coche después de aplicar los frenos. Pidió a uno de sus oyentes de la primera fila que lo ayudara a demostrar cómo variaba la distancia según la velocidad del vehículo. El hombre se puso de pie y tomó el extremo de una cinta metálica, la arrastró luego trece metros a lo largo del pasillo y se detuvo a una señal del orador. Mientras observaba no pude dejar de advertir cómo todo el auditorio quedaba incluido en el discurso. Pensé que la cinta métrica, además de constituir una ilustración gráfica de lo expuesto por el orador, era ciertamente una línea de comunicación entre él y su auditorio.

INCITE A LA ACCIÓN

Apenas las ideas generales y la forma en que quiero terminarlo. No era un orador profesional. Nunca empleaba términos sonoros ni frases refinadas. No obstante, la experiencia le había ensenado uno de los secretos del éxito en la comunicación. Sabía que el buen resultado de un discurso dependía de un buen final. Se daba cuenta de que la conclusión de un discurso es la parte de él hacia la que debe dirigirse todo lo precedente, si se quiere causar impresión en un auditorio. El cierre constituye realmente el punto más estratégico del discurso

LA APLICACIÓN DE LO APRENDIDO En la decimocuarta lección de mi curso, he escuchado a menudo con placer a mis estudiantes referirse al empleo de las técnicas de este libro en su vida diaria. Los vendedores las aplicaban para aumentar sus ventas, los empresarios para obtener promociones, los ejecutivos para lograr un control más amplio, todo ello debido a la mayor habilidad con que daban instrucciones y resolvían los problemas mediante el empleo de un lenguaje más eficiente.

Como escribió N. Richard DWer en El discurso de hoy: "El discurso, el tipo de discurso, la cantidad de discurso y el ambiente para el discurso... pueden convertirse en la

misma savia de un sistema de comunicación dentro de

una empresa". R. Fred Canaday, a cargo del Curso Dale Carnegie" de la General Motors en eficiencia directiva, escribió en el mismo periódico: "Una de las razones fundamentales por las que nos interesamos en la General Motors en el adiestramiento verbal es nuestra convicción

de que cada supervisor es un maestro en mayor o menor

grado. Desde el momento en que entrevista a un posible empleado, a través de las fases de orientación en el nuevo empleo, el monto del salario y las posibilidades de promoción, un jefe está obligado continuamente a explicar,

corregir. informar, instruir, revisar y discutir millares de temas con cada persona de su departamento" .

A medida que avanzamos en la escala de la comunicación oral hacia aquellas circunstancias donde es más frecuente hablar en público -

CONCLUSION

En este libro relata historias de grandes oradores y personas que tiene esa habilidad comunicativa para realizar exposiciones efectivas y aprovechar toda la atención del público y en verdad decir lo que quieren expresar.

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