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64483597 de Mayo de 2013

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La educación en Venezuela en estos momentos está pasando por grandes cambios, tenemos hoy en día dos propuestas educativas en nuestro país; aun una en tránsito que a pesar que no está aprobada en algunas escuelas y liceos bolivarianos en estos momentos está siendo implementada, como es el nuevo currículo bolivariano nacional. Que consolida 4 pilares que serán la base del desarrollo de la educación bolivariana, a pesar que el modelo vigente y un poco excluido de las escuelas y liceos tenemos el currículo básico nacional, que nació de las necesidades de la educación venezolana. Fue creada en el año 1997 y basada en los fundamentos de la propuesta del UNESCO (informe Delors), más tarde fueron hecho reformas después de concluir el proyecto de la constitución venezolana del año 1999, no solo la problemática de no tener un modelo uniforme establecido en la educación venezolana, sino también la aqueja otros males, como: las condiciones en deterioro de la infraestructuras físicas de los centros educativos, los paros continuos de los educadores, por atrasos en los pagos de salarios, incumplimiento de deudas pendientes, falta de un contrato colectivo vigente.

Para llegar a un estudio adecuado de la educación venezolana, es necesario tener en cuenta, un conocimiento previo de, ¿cómo se originó la educación en Venezuela?, su evolución, ¿qué agentes económicos y sociales la han transformado?, ¿que la aqueja en la actualidad?, ¿cuáles son las leyes que la rigen?, ¿cuáles son los estatutos donde se contemplan?, ¿cómo se forma el docente?, ¿cuál es su perfil?, ya que él es primordial en la educación y formación, porque va a ser un modelo a seguir. Sugiero como información clave la ley de educación del 2009, la ley de protección del niño niña y adolecente de 1998, la constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, el currículo básico nacional y el currículo bolivariano nacional y los subsistemas que la conforman

La creciente importancia que el Gobierno venezolano ha dado durante los últimos doce años a la educación ha permitido a Venezuela convertirse en el aula más grande del mundo, con casi 10 millones de ciudadanos cursando estudios en la actualidad.

La inversión social, de la cual se destina casi la mitad al aspecto educativo, ha dado pie al éxito que el país hoy exhibe ante el mundo. A pesar de la recesión económica mundial, Venezuela decidió no sacrificar el gasto social y lo aumentó en más del 15% entre el 2008 y el 2009.

En muchas oportunidades, el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, ha reconocido la importancia de la educación del pueblo para alcanzar el ideal de la Patria Nueva-Hombre Nuevo. Debido a los grandes impulsos que se han dado a esta materia; así como a las políticas inclusivas que el Ejecutivo ha promovido, Venezuela lidera la lucha que muchos países de la región han emprendido para ofrecer a las personas una educación sin exclusión, de calidad, con pertinencia social y acorde a las necesidades reales de la sociedad actual.

* Sacando cuentas

La cifra de casi 10 millones de personas cursando estudios en distintas modalidades del Sistema Educativo de Venezuela, representa aproximadamente a un tercio de la población total del país.

De acuerdo con los últimos balances oficiales, en lo relativo a la atención a la primera infancia, Venezuela alcanzaba una cobertura de 84,8% hasta el 2008, lo que representaba la cantidad de un millón 285 mil 875 pequeños. Para el cierre del año escolar 2008-2009, los datos oficiales aumentaron, registrando la cantidad de un millón 535 mil 359 niños matriculados en nivel inicial.

En relación con la universalización de la educación primaria, Venezuela presenta los avances más significativos de la región. La tasa neta de escolarización en este nivel aumentó de 86,2% en 1998 a 90,4% en 2009

1.- La filosofía colonial en Venezuela ante la modernidad temprana.

El inicio de la reflexión filosófica en Venezuela –desde una perspectiva europea- se da paralelamente al proceso de colonización cuando llegaron a nuestro país y al resto de América Latina algunas corrientes filosóficas consolidadas en Europa durante la época medieval. Nuestra producción filosófica durante ese período ha sido escasamente estudiada, pero los especialistas están contestes en afirmar que la filosofía en Venezuela tuvo una inserción institucional desde la fundación misma de la Real y Pontificia Universidad de Caracas en 1725.

Juan David García Bacca4, pionero de los estudios filosóficos y coloniales en el país, nos dice que entre los principales representantes del pensamiento filosófico medieval, figura Alfonso Briceño (1587-1668); quien es considerado el precursor del movimiento filosófico venezolano, de orientación escotista, asimismo se destaca Agustín de Quevedo y Villegas, no se conoce fecha de nacimiento y muerte, residenciado en Coro, quien a mediados del siglo XVIII en 1752, publicó los tres volúmenes de su Opera Teológica, en la ciudad de Sevilla, un comentario al estilo medieval de los cuatro libros de las sentencias de Pedro Lombardo, donde trata la bienaventuranza de la criatura racional, la moralidad de los actos humanos, la bondad y la malicia, la indiferencia y la conciencia. Sigue Tomas Valero (1711-1788), pensador tocuyano, cuyas Disputaciones están dedicadas a las leyes, la esencia de la ley natural, la naturaleza bíblica de la ley natural, el precepto de amar al enemigo, o la limosna, temas estos que se recogen en su obra Teología Expositiva, publicada en 1756 en Madrid.

García Bacca fija también su atención en dos pensadores de orientación tomista del siglo XVIII: Antonio José Suárez de Urbina (1730-1799) y Francisco José de Urbina (nace aprox. 1735-). El primero, regentó desde 1752 la Cátedra de Filosofía de la Universidad de Caracas, y se ocupó en su “Curso filosófico”, de la “Filosofía racional o lógica magna”, donde trata el objeto y la naturaleza de la lógica, así como la “Filosofía natural, según su nombre vulgar: física”, referida a los principios intrínsecos y extrínsecos del ser natural, del movimiento, el lugar, el tiempo, entre otros.

En el caso de Francisco José de Urbina5, quien tuvo también a su cargo desde 1770 la Cátedra de Filosofía de la Universidad de Caracas, García Bacca hizo una compilación de su “Curso filosófico”, donde se examina la naturaleza del alma racional y su inmortalidad. En su “Tratado metafísico, o Facultad que trasciende lo físico”, discute la cuestión del ser y sus atributos. Como profesor universitario se destacó en teología, filosofía y la enseñanza del latín. Entre sus alumnos podemos nombrar a Baltasar Marrero, fututo catedrático de Latín por largos años, perfeccionó la lengua del Lacio -durante casi medio año- con Urbina, también tiene como alumno a Juan Antonio Navarrete gracias a él tenemos transcripción de las enseñanzas de Urbina, en un Cursus Philosophicus que se conserva en la Biblioteca Nacional de Caracas. Y -por dos años, sin culminar el Curso- es también su alumno el futuro Precursor, Francisco de Miranda.

Valga indicar que en el tránsito de la filosofía colonial al pensamiento moderno, enciclopedista e ilustrado, se distinguen Juan Antonio Navarrete (1749-1814) y Baltasar de los Reyes Marrero. Del primero, García Bacca traduce un escrito de 1783: Arca de letras y teatro universal, que es el séptimo de los diecisiete volúmenes escritos por este fraile franciscano nacido en Yaracuy. Navarrete, cuya obra empezó a ser estudiada en la segunda mitad del siglo XX, celebró la anulación de la Inquisición en Europa y sobre todo en América, así como fue testigo de la declaración de Independencia de la Provincia de Venezuela. Formado en la filosofía escotista, escribió en un tono enciclopédico en el que se observa el paso de lo teológico a lo terrenal y sobre todo el interés lúdico que surge en su exploración de la naturaleza humana, de sus símbolos, de la vida cotidiana, de la historia y la geografía, de los filósofos clásicos y medievales y del teatro teológico. Su interés por los ángeles, las visiones, las letras, la medicina, los metales, el azar, los juegos, es el testimonio de una mente iluminada con la intensidad cultural y política que vivió Venezuela con el paso del siglo XVIII al XIX.

Múltiples son las referencias que asemejan la exposición de Navarrete al espíritu de la Nueva Ciencia, con un lenguaje que recuerda mucho a Galilei como ciencia instrumental indispensable tanto para la física como para la astronomía que nombra entre los filósofos modernos no solamente a filósofos como Descartes, Espinoza, Malebranche, Leibniz, Voltaire, Rousseau, sino también a buen número de físicos, matemáticos y astrónomos relacionados con la primera revolución científica, teles como Copérnico, Galilei, Kepler, entre otros.7

Navarrete no fue, en lo absoluto, un religioso enquistado en lo tradicional y ajeno al mundo moderno. Formado en una Universidad en la cual los catedráticos tenían que luchar todavía a fin de preparar el camino para las ideas -científicas filosóficas- modernas, y miembro de un convento que seguía guiándose por los parámetros de la enseñanza escolástica, este fraile estaba no obstante, muy al tanto de las nuevas tendencias de pensamiento y además en concordancia con la edad de la ilustración y el enciclopedismo.

Todo ello ubica a Navarrete como figura paradigmática del ambiente intelectual en la Venezuela colonial de finales de siglo XVIII. Un ambiente en el cual la superación del legado escolástico ha encontrado, finalmente, su oportunidad de libre expresión y desenvolvimiento. Su obra ilustra de manera incomparable

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