Cronica A Acapulco
ernestoep6 de Agosto de 2014
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Recién habíamos llegado de MVS la estación de radio “EXA FM” local, y eran las tres de la tarde y todo el grupo sentía la necesidad de ir a la playa, ha asolearse, meterse a refrescar al mar y sentir la arena en los pies, en general, y con palabras simples queríamos, disfrutar un poco de la playas de Acapulco, pero como el tiempo que nos quedaba libre era muy poco, solo nos fuimos a una playa cercana al hotel.
Pues ya que según las indicaciones de las autoridades que fueron, eran estar ahí de vuelta a las 5:30 de la tarde para abordar nuevamente el autobús para la siguiente visita.
Yo y algunos de mis compañeros de clase, llegando a la playa no dudamos ni un segundo en meternos al mar, a desafiar esas olas turbulentas que habían a la orilla del mar, cabe hacer mención que todo esfuerzo fue inútil, pues ya que la olas, golpeaban tan fuerte que revolcaban en la arena cualquiera que se atreviera a meterse.
Total, algunos compañeros de los que aviamos ido, solo estuvimos un momento dentro de este mar tan salvaje y pues, esto me atrevo a decirlo, porque, me revolcó en la arena dos que tres veces.
Regresamos al hotel a refrescarnos y disfrutar un poco más del agua dentro de una tranquila alberca dentro del hotel, durante treinta minutos estuvimos, luego nos dispusimos a ir a comer pero al momento de querer entrar mojados, nos detuvieron y comentaron que necesitábamos estar completamente secos, para poder ingresar al restaurante.
Fuimos a los cuartos a enjuagarnos la combinación de agua salada con agua clorada, e inmediatamente, nos bajamos al restaurante, ya con el tiempo contado, y cual fue nuestra sorpresa de encontrar en su no tan variada barra buffet, lo que llaman en cocina platillos reconstruidos de lo sobrante del desayuno, y pues ya con el tiempo encima no nos quedó de otra más que comer de esa comida reciclada.
Ya dando las cinco y media de la tarde saliendo del restaurante, nos encontramos a nuestros otros compañeros que habíamos dejamos atrás, preguntando si ya era la hora acordada para la siguiente visita programada, y pues efectivamente ya era la hora de salir, pero nadie más había llegado, por lo cual decidimos hacer uso de la barra libre para degustar un trago antes de salir, y así esperamos hasta las seis y media para comenzar a abordar el autobús.
Seis y media y todos nos disponíamos a ir a la siguiente visita programada en ese viaje de prácticas de la universidad, “La Quebrada”, famosa entre los turistas y los nativos de Acapulco Guerrero. Lugar donde hay personas que se atreven a desafiar a las olas que golpean las rocas puntiagudas, lanzándose desde lo alto de un risco. Esto con el objetivo de brindar un espectáculo aun conjunto de turistas entre ellos todos nosotros.
Llegando a nuestro destino “la quebrada”, nos disponíamos a bajar del autobús, para apreciar este espectáculo, pero cual fue la sorpresa cuando el profesor que iba como autoridad, anuncio que se tenían que pagar la cantidad de 40 pesos para derecho de admisión a un balcón que te permitía ver un poco más de cerca a los clavadistas.
Se notó inmediatamente en el ambiente una inconformidad dentro de todo el autobús, que muy pocos dimos a conocer, pues ya que al sentirse esta inconformidad, él profesor, llamo indirectamente “mediocres” porque al inicio nadie quería pagar esta cantidad y al momento de mencionar esta palabra, a muchos, temiendo a la amenaza de quitar los tres puntos correspondientes al cumplir con este viaje, no les quedo más que pagar este monto, pero a otros incluyéndome a mí, no pagamos nada y cumplimos observando dicho espectáculo desde un punto que tenía buena vista.
Ya después de una larga espera, los clavadistas comenzaron el espectáculo, y después de tres de ellos el espectáculo termino, y todos nos dirigimos hacia el camión, para abordarlo y este nos llevara de regreso al
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