Cuenta Hasta Diez

¡! Cuenta hasta diez!!

Una madre abandonada por su esposo desde que tuvo su hijo, se preocupaba por que cada vez el tiempo hacia su paso y recogía su juventud, dejándola con pocas fuerzas para seguir luchando en busca de cada día el alimento para su más grande amor que ha sido su hijo. Con grandes sacrificios de largas horas de trabajo en una fábrica textil pero con una hermosa recompensa de sacar su hijo en adelante la madre lo ha criado sola dándole estudio y así como también inculcándole los valores fundamentales para su educación.

Tiempo más tarde la fábrica cae en bancarrota y decide cerrar las puertas por la crisis, la madre llena de tristeza pues sabe que no volverá a encontrar otro empleo por su edad, llega a casa con lágrimas en su rostro, el hijo quien ve de inmediato su expresión le pregunta¬- “que tienes madre, que te ha ocurrido?”- la madre le responde: -“ estoy desempleada, y por mi edad no me darán otra oportunidad en otra fábrica y me preocupa el alimento y tú estudio pues no tendré como pagar-“ el hijo con una actitud motivadora le dice: - “madre tranquila respira profundo y cuenta hasta diez, uno, dos tres… y veras que eso te ayudara a calmarte, a estabilizar tu estrés y te despejara tu mente para que pienses y sigas adelante te levantara del barro,” dijo el hijo.

La madre con una gran sonrisa y secando su lagrimas abraza a su hijo y le responde: “ gracias hijo y dime en donde aprendiste eso? “ el hijo le responde con sonrisa : “ en la escuela madre, para así evitar la tristeza”. El hijo a escondida de su madre se quedaba trabajando en un mercado después de la escuela y el dinero que recibía lo ahorraba, tanto fue que le ha comprado una máquina de confección.

La madre que en ese tiempo se dedicaba a lavar ropa de los vecinos para llevar de comer a su hogar, le sirve la cena a su hijo quien este ve el rostro decaído y la manos de la madre muy deterioradas, el hijo le pregunta: “madre que tienes, que sientes” la madre le responde: “hay hijo mi vejes es cada vez más evidente y mis manos se quedan sin fuerza para seguir con este trabajo” El hijo recuerda lo que siempre le ha dicho en estos momentos: “madre tranquila cuenta hasta diez, respira profundo y eso te aliviara un poco, ah además te quiero decir que ya no seguirás trabando como lavandera si no que harás lo que te gusta pues te comprado una máquina de confección, trabajando después de la escuela, para que así tengas tu propia empresa y trabaje desde casa” la madre con lágrimas de felicidad abraza a su hijo y le dice: “gracias por todo hijo te amo”.

Ha transcurrido el tiempo y al parecer la vida les ha recompensado, pues la madre tiene su propias empresa y el hijo es todo un profesional en la administración de una importante compañía, pero un día camino a casa el hijo es víctima de un asalto

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