Cuento Sobre Frutas Y Verduras
claudis1727 de Septiembre de 2014
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Cuento
“El huerto del campesino”
Había una vez un campesino que trabajaba en un huerto. Un huerto es un campo grande donde hay sembrado muchas frutas y verduras, que son unos alimentos muy ricos.
El trabajo del campesino consistía en sembrar en la tierra unas semillitas, regarlas cada día, esperar que crezcan y luego recoger las frutas y verduras. Pero un día cuando el campesino acudió como todas las mañanas a regar su huerto se sorprendió mucho porque se dio cuenta que había pasado algo muy grave… se encontró que no estaban sus frutos, ¡Ay! ¡Socorro! Comenzó a gritar, ¡me han robado mi cosecha!, gritó desesperado. Y de repente, cuando todo estaba en silencio, escucho como alguien hablaba, bla, bla, bla...
Sin hacer ruido se acercó a la casita donde tenía guardadas las herramientas, y entonces encontró que estaban allí reunidas sus frutas y verduras. Silenciosamente se quedó en la puerta escuchando lo que decían:
- ¡Yo ya estoy harta! ¡No aguanto más! - decía la señora naranja.
- Pero que te pasa mamá - preguntaba su hijita.
- ¿Qué? ¿Qué me pasa? que todos los días a la hora del recreo cuando las manzanas, las peras, las fresas, los plátanos, las uvas y nosotras las naranjas vamos al colegio vemos que ninguno de los niños nos quieren, todos llevan dulces de chocolate, patatas fritas... y ninguno lleva frutas.
- Eso es verdad - replicó la señora lechuga. - Cuando los tomates, los pepinos, las zanahorias, los chiles, los elotes y nosotras las lechugas vamos a la hora de comer a casa de los niños tampoco nos comen a nosotras las verduras, y siempre lloran cuando nos ven y las mamás de los niños le hacen huevos fritos, salchichas y esas cosas y de nosotros no se acuerdan.
- Pues tenemos que darle una solución a este problema. - dijeron todas las frutas y verduras.
- ¿Cuál es el plan? - Preguntaron los tomates.
- Pues el siguiente. - Explicó el señor plátano.
- Vamos a ir a las clases de los niños y nos vamos hacer amigos de ellos, les vamos a decir que nosotros estamos muy tristes y que por favor nos prueben para que sepan que sabemos muy rico.
-Si eso hay que hacer- dijeron las uvas, ¿pero, como llegaremos hasta allá?
-Yo los llevaré- dijo el campesino que se había quedado muy atento escuchando lo que las frutas y verduras comentaban.
-Entones vámonos no hay tiempo que perder- dijeron los elotes.
Y así fue el campesino llevo a todas las frutas y verduras a la escuela de los niños y comenzó a platicar con ellos acerca de su trabajo en el huerto y las frutas y verduras comenzaron a hacerse sus amigas para convencerlos de que las probaran y como a los niños les agradaron mucho comenzaron a comérselas y se dieron cuenta de que estaban muy buenas, tanto que llegando a sus casas convencieron a sus papas para que les compraran mas frutas y verduras que tanto les habían gustado.
Y colorín, colorado, este cuento se ha terminado.
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