Cuento pajarito Aramacao

Pajarito Aramacao

Había una vez en un hermoso bosque vivía un lindo pajarito muy pequeño junto a su mamá su nombre era Aramacao. Ambos Vivian muy contentos, pero un día imprudentemente Aramacao quiso volar antes de tiempo, subió al borde de su nido y se lanzó, pero sus pequeñas alas no estaban preparadas para ese instante de su vida y ¡se estrelló fuertemente contra el suelo¡ y no pudo regresar a su nido.

Su madre regreso al nido con mucha comida pero Aramacao ya no estaba. Ella pensó que el águila lo había devorado y se resignó a que estaba muerto.

Mientras tanto Aramacao se escondió en un hueco de un árbol, ahí permaneció por un tiempo alimentándose de hormiguitas y gusanos, porque el golpe hizo que no recordara como era su mamá. Eso hacía que se enojara y se entristeciera por estar solo. Entonces decidió que saldría a buscarla e inicio su vuelo. Llegando donde estaba una tortolita se le acerco ella le dijo ¿Por qué estas triste? El con voz suave le contesto que no tenía un lugar donde ir porque estaba solo sin una mamá que lo protegiera. Ella le contesto alegremente ¡Quieres vivir conmigo!. Aramacao mirándola fijamente sonrió y grito fuertemente ¡una mamá! Al escuchar sus gritos muchos pajaritos sorprendidos entre ellos los hijos de la tortolita que lo vieron con mucho enojo.

Aramacao se alejó sin decir nada y continuo con su camino encontrándose en su vuelo con una linda pajarita que lo vio dulcemente y ambos enseguida se hicieron amigos. Ella lo llevo a su casa que era un árbol frondoso y hermoso lo que permitía que se alojaran muchas familias, Aramacao disfrutaba la compañía de los padres de su amiga. Ella lo trataba con cariño al verlo desprotegido eso hizo que Aramacao sintiera algo especial por su amiga Alondra, todas las mañanas salían felices a contemplar el amanecer olvidándose un poco de encontrar a su mamá.

Un día al salir como de costumbre vieron un leñador acercándose al bosque levando hacha y sierra, ellos asustados se preguntaron ¡Que hace ese leñador aquí! El leñador al ver el árbol frondoso y hermoso lo escogió para talarlo. Alondra grito ¡no…mi casa! Todos los pajaritos alzaron su vuelo al escuchar el sonido de la sierra.

Aramacao volvió a un árbol cercano con la idea de evitar que el leñador no continuara talando el árbol y pensó que al picotearlo se alejaría entonces fue donde estaban los demás pajaritos y se unieron para poder picotear, así lo hicieron y lograron que el leñador se marchara gritando ¡ay, ay! ¡Auxilio!.

Alondra agradecida decidió ayudar a Aramacao a encontrar a su mamá y juntos empezaron a buscarla.

Llegaron donde estaba un Búho y lo preguntaron si conocía a una pajarita de hermoso plumaje rojo y azul él les contesto que había visto

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