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Davilonius el Nomo


Enviado por   •  2 de Abril de 2013  •  Informes  •  1.195 Palabras (5 Páginas)  •  516 Visitas

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Davilonius el Nomo

Había una vez, en un magnífico mundo subterráneo, un nomo llamado Davilonius Este mundo estaba habitado por unos seres muy pequeñitos denominados nomos.

El nomo Davilonius era muy inteligente, prácticamente un científico. Era muy creativo y siempre andaba calculando, haciendo planos de sus nuevos diseños, construyendo. Le encantaba imaginarse máquinas y diseñarlas.

Una vez diseñó una máquina gigante para hacer burbujas, se le había ocurrido para entretener a los más chiquitos de la aldea, pero la máquina se descontroló e hizo tantas burbujas que todos los nomos y nomitos empezaron a resbalarse y caer al piso. Eso no me gustó mucho dijo Davilonius por lo que la máquina quedó fuera de circulación.

Otra vez inventó un reloj despertador que estaba en la plaza central, lanzaba pelotas de tenis a las seis de la mañana para que todos los nomos se levanten, pero a veces se bloqueaba y tiraba pelotazos a cualquier hora y le daba en la cabeza a todo nomo que anduviera por ahí.

Sus inventos eran raros, pero muy originales y bien intencionados. Una noche, mientras descansaba en su cama, a Davilonius se le ocurrió hacer una magnífica máquina de paseo, e inventó un tren. El tren era precioso, muy bonito, muy colorido y muy llamativo. El único problema era su combustible.

Davilonius quería que el tren funcione con un combustible muy especial, que no contamine y dure mucho. Eso era algo muy difícil de conseguir, pero la tenacidad de Davilonius pudo más. Davilonius pudo diseñar un tren que use como combustible diamantes. Los diamantes son muy caros y difíciles de conseguir, pero gracias a sus cadenas de carbono internas serían el combustible ideal no contaminante requerido por Davilonius.

Davilonius tenía muchos otros nomos amigos que lo ayudarían en su tarea. Los nomos llegaron a un arreglo, Davilonius llevaría a los nomos de paseo a donde ellos quisieran, llevaría las cosas pesadas por ellos….pero…a cambio Davilonius necesitaba que le consiguieran los diamantes para usar como combustible.

Todos estuvieron de acuerdo y ambos se pusieron manos a la obra. Davilonius comenzó a construir el tren y los nomos comenzaron a buscar diamantes. La tarea de buscar diamantes no era cosa fácil, se debían hacer enormes agujeros en la tierra y en las montañas, utilizar maquinaria pesada, hacer túneles, buscar los yacimientos de diamantes, y recién ahí proceder a extraer los preciosos diamantes. Lo bueno de este duro trabajo era que los nomos, por ser buenos, recibieron ayuda de las hadas de la tierra.

Las hadas ayudaban a los nomos con sus poderes mágicos para detectar donde estaban los diamantes, así la tarea de los nomos resultaría más fácil. También las hadas harían que los nomos tuvieran fuerzas sorprendentes para poder empujar los carritos de la mina de diamantes, que estaban llenos de tierra, piedras y diamantes, eran en extremo pesados.

Davilonius avanzaba en el diseño y construcción del tren y los nomos ya tenían bastantes diamantes para ser utilizado como combustible. Cuando faltaban unos pocos días para que el tren de Davilonius saliera a dar su primera vuelta, en la aldea de nomos se organizó una gran fiesta de inauguración del tren.

En la plaza de la aldea había guirnaldas de flores, las luciérnagas se agruparon para iluminar todo haciendo faroles y bonitos arreglos decorativos de luz. Las nomas hicieron la comida, prepararon deliciosos platillos típicos de los nomos, tales como hongos a la plancha, champi-pan (es como el choripan pero con champignones en lugar de chorizo), jalea de frutas del bosque, tortillas de copos de algodón de azúcar, etc.

Todo un banquete,

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