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EJERCICIOS ENLACE


Enviado por   •  13 de Julio de 2015  •  1.047 Palabras (5 Páginas)  •  375 Visitas

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ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA No.39

Examen: COMPRENSIÓN LECTORA

Nombre del Alumno: ___________________________________ Grado:__________

Con base en el siguiente texto, conteste los reactivos que se presentan a continuación.

La casa nueva

(Adaptación)

Silvia Molina (1985). Narrativa Hispanoamericana 1861-1981. Historia y antología VI,

la generación de 1939 en adelante.Siglo XXI Editores, pp 203-206

[1]

Claro que no en la suerte, mamá. Ya está usted como mi papá. No me diga que fue soñador, era un

enfermo- con el perdón de usted-. ¿Qué otra cosa? Para mí, la fortuna está ahí o de plano no está.

Nada de que vamos a sacar la lotería. ¿Cuál lotería? No, mamá. La vida no es ninguna ilusión, es la

vida y se acabó. Está bueno para los niños que creen en todo, en el ¨te voy a comprar una camita¨, y

de tanto esperar, pues se van olvidando. Aunque le diré, a veces, pasa el tiempo y uno se niega a

olvidar ciertas promesas; como aquella tarde en que mi papa me llevó a ver aquella casa nueva.

[2]

El trayecto en el camión desde San Rafael me pareció diferente, mamá. Como si fuera otro… Me iba

fijando en los árboles- se llaman fresnos, insistía él-, en los camellones repletos de flores anaranjadas y

amarillas- - son girasoles y margaritas -, me instruía.

[3]

Miles de veces habíamos recorrido Melchor Ocampo, pero nunca hasta Gutemberg. La amplitud y la

limpieza de las calles me gustaban cada vez más. No quería recordar la San Rafael tan triste y tan vieja:

¨No está sucia, son los años¨, repelaba usted siempre, mamá. ¿Se acuerda? Tampoco quería pensar en

nuestra privada sin intimidad y sin agua.

[4]

Mi papá se detuvo antes de entrar y me preguntó:

-¿Qué te parece?, un sueño ¿verdad?

Tenía la reja blanca, recién pintada. A través de ella vi por primera vez la casa nueva…

[5]

La cuidaba un hombre uniformado. Se me hizo tan…igual que cuando usted compra una tela: olor a

nuevo, a fresco, a ganas de sentirla.

[6]

Abrir bien los ojos, mamá. Él me llevaba de aquí para allá de la mano. Cuando subimos me dijo:

-Ésta va a ser tu recámara.

Había inflado el pecho y hasta parecía que se le cortaba la voz por la emoción. Para mí solita, pensé.

Ya no tendría que dormir con mis hermanos. Apenas abrí una puerta, él se apresuró:

-Para que guardes la ropa.

Y la verdad, la puse allí, muy acomodadita en las tablas, y mis tres vestidos colgados; y mis tesoros en

aquellos cajones. Me dieron ganas de saltar en la cama del gusto, pero él me detuvo y abrió la otra

puerta:

-Mira, un baño.

Y yo me tendí con el pensamiento en aquella tina inmensa, suelto mi cuerpo para que el agua lo

arrullara.

[7]

Luego me enseño su recamara, su baño, su vestidor. Se enrollaba el bigote como cuando estaba

ansioso. Después salió usted, recién bañada, olorosa a durazno, a manzana, a limpio. Contenta, mamá,

muy contenta de haberlo abrazado sin la perturbación ni los lloridos de mis hermanos.

[8]

Pasamos por el cuarto de las niñas, rosa como sus cachetes y las camitas gemelas; y luego, mamá, por

el cuarto de los niños que, ¨ya verás, acá van a poner los cochecitos y los soldados¨. Anduvimos por la

sala

...

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