Educacion
zuleima123415 de Septiembre de 2013
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3.2.1. La conversación
Las principales características del proceso productivo de esta comunicación oral plurigestionada tienen que ver directamente con la adecuación, coherencia y cohesión que en todo tipo textual se debe requerir.
Es característico de la conversación la presencia de digresiones, reiteraciones, datos irrelevantes, etc. Para algunos estudiosos de la gramática del texto como Teun Van Dijk el paso continuo de un tema a otro configura la conversación hasta convertirse en uno de sus elementos característicos. La estructura conversacional es más abierta e internamente menos rigurosa de lo que habitualmente presenta un texto escrito u oral elaborado.
En cuanto a la codificación lingüística, los rasgos más sobresalientes de la producción conversacional los resumimos en los siguientes:
1. En fonología
2. En morfología
3. En sintaxis
4. En léxico
Se tratan de todos los rasgos que configuran un habla vivaz y espontánea creada para satisfacer las necesidades comunicativas más naturales y cotidianas como es el intercambio con el interlocutor.
3.2.2. El discurso oral
De las formas más elaboradas de la lengua oral hay que decir que se acercan en buena medida a la lengua escrita ya que el carácter de espontaneidad e improvisación se hallan sometidos al proceso de planificación y estructuración como si de un texto escrito se tratase, deben observar todas las leyes de coherencia, cohesión, adecuación.
El tratamiento y aprendizaje de estos textos desde el punto de vista productivo necesita el adiestramiento en las actividades textuales con todas las fases que ello requiere: definición de una intención comunicativa, determinación de la actividad textual, elaboración de un plan prelingüístico en el que quede plasmada la estructura global del significado, la macroestructura, y finalmente, la manifestación lingüística abarcando todos los niveles de codificación: semántico, sintáctico y fonológico.
3.3. Modelo de expresión oral
Pocos son los trabajos que ofrecen un modelo esquemático del proceso de expresión oral. La investigación es aún incipiente y no ha alcanzado el nivel de conocimiento que se ha conseguido en otras macrohabilidades. A pesar de todo, Bygate (1987) presenta un esquema donde trata los conocimientos y habilidades. Los primeros son informaciones que conocemos. Las habilidades hacen referencia a los comportamientos que antenemos en el acto de expresión.
Las comunicaciones humanas se estructuran y se fijan a partir de la repetición y de la experiencia que vamos adquiriendo de los interlocutores. Rutinas es el nombre que se le dan a estos saberes comunicativos. El conocimiento de las rutinas nos permite ejercitar la primera habilidad que es la planificación del discurso.
Para ejecutar los planes desde el momento en el que empiece la entrevista, utilizaremos las microhabilidades específicas de conducción de la interacción. Por un lado, hay que saber colaborar en la selección y desarrollo de los temas; por otro es necesario saber dominar los turnos de palabras. Del buen o mal uso que hagamos de las habilidades depende nuestra participación en el discurso.
Con el tema y los turnos de palabras acordados, el trabajo siguiente que realizan los interlocutores es la negociación del significado. Las habilidades que se utilizan en este momento suelen ser de dos tipos: la selección del nivel de explicación y la evaluación o confirmación de la comprensión. En la primera, los interlocutores tienen que escoger el grado de detalle y el desarrollo con que se va a explicar. En la segunda, la evaluación de la comprensión.
El último componente de la expresión oral es la producción real del discurso. Los intercambios verbales son rápidos e instantáneos, y a menudo es necesario relacionarnos en pocos segundos,
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