Ejemplo de tragedía

TRAGEDIA

Todo inicia en el comedor en el castillo del rey Gustav V en el siglo xv, el rey habla acerca de cómo hacer para que sus súbditos dejen de tenerle miedo:

ACTO 1

REY: (Hombre serio, robusto, de ojos aceituna y cabellos castaños) Realmente no sé porque todos me temen tanto

REINA: (Una mujer bellísima dulce y carismática) Seguro se debe a tu mal genio y que siempre tenéis mala cara, yo no los culpo.

REY: ¡Tengo una gran idea! (Lo dice entusiasmado) Está noche haremos un baile real en el gran salón, así tendré tiempo de convivir con nuestros súbditos y demostrarles de una vez por todas que no soy lo que ellos creen.

REINA: ¡Amelia! Ya habéis escuchado a tu padre, ahora ve a tu alcoba  y arréglate para esta gran noche, tendremos muchos invitados.

REY: ¡Cominero! Prepare un gran manjar que está noche os luciremos y mostraremos nuestra amabilidad y gratitud a nuestros súbditos, ¡Mensajero! Colocad pancartas e invitad a todos en el pueblo. ¡Músicos! Hoy deben tocar mejor que nunca las melodías de los bailes reales. Todos os debéis de alistad para el anochecer (se levanta del comedor) el baile será hoy a las 7 en punto aquí en el castillo, hasta entonces, nos vemos familia.

(Todos los personajes salen de escena y se ve claramente como todos corren a sus puestos para alistarse y hacer lo que les corresponde)

ACTO 2

Al llegar el anochecer, el castillo se veía como nunca antes, se veía tan alegre, tan luminoso, tan lleno de vida, todo el pueblo se hallaba ahí, todos bailaban en el gran salón con sus trajes finos y vestidos largos y bambochados; anuncian la entrada del rey todos guardan silencio y de pronto la familia real hace su entrada desde un balcón.

REY: (Se dirige a todos los presentes) Buenas noches queridos súbditos, me complace saber que su estadía hasta ahora esta de maravilla, agradezco a todos por venir y no me queda más por decir, solo espero que esta noche os la paséis bien. ( El rey recibe aplausos y le tiran rosas)

REY: Amelia, por cortesía deberías bailar con algunos de los presentes, escuché que el príncipe de España ha asistido está noche; anda y ve.

AMELIA: Claro padre así será (Se da la vuelta y comienza a bajar las escaleras que dan hasta el piso del gran salón)

Todos admiraban la belleza de la dulce y jovial princesa mientras bajaba cuidadosamente por la escalera, procurando no pisar su largo vestido color azul turquesa que destilaba la alegría y pureza de Amelia.

La princesa era hermosa, con ojos color miel, de tez clara, rubia cabellera y esbelta cintura, era un achica dulce, amable e inteligente.

AMELIA: (levanta la cabeza, como si supiera que alguien más la estaba viendo…pero no solo alguien más, sintió un mirada especial, una que penetraba en su ser y la atraía, de pronto la princesa se paraliza al ver frente a ella a un chico, alto guapo de  ojos azules y cabello marrón) ¡Ou!

JAKE: No se asuste princesa, (El muchacho levanta su brazo y tiernamente le pide su mano a la princesa) ¿Me concede esta pieza?

AMELIA: (Muy tímida y entusiasmada) Por supuesto.

Ambos bailaron horas y horas hasta agotarse, no, habían vuelto a intercambiar palabras, y es que realmente no hacían falta, sus miradas lo decían todo, era amor a primera vista. Después de tantas piezas…

AMELIA: No lo tomes personal, pero me duelen mucho los pies de tanto bailar con zapatillas

JAKE: No se preocupe princesa, déjeme ayudarla (la princesa cede) (El muchacho la toma en brazos, salen de la escena del gran salón  y la carga hasta llegar a uno de los balcones que daban con una vista esplendida del jardín inmenso del castillo)

El rey se percata de todo

REY: ¡Guardia! Ve y vigila a ese plebeyo.

AMELIA: Muchas gracias todo esto es muy amable de tu parte, eres un muchacho muy caballeroso.

JAKE: No hay manera de no serlo majestad, usted es tan delicada cual flor en invierno.

Sus miradas se cruzan y no se apartan

AMELIA: Eres el muchacho más apuesto que eh visto en toda mi vida. ¿Cuál es tu nombre?

JAKE: Y usted princesa es la mujer más bella de todo el reino. Mi nombre es JACOB, puede llamarme Jake, usted es la princesa Amelia eso todo el reino lo sabe.

AMELIA: Que listo, Por Dios tus ojos son preciosos, ¿Podría verlos un poco más de cerca?

JAKE: Por supuesto (A cerca su rostro al del a princesa)

Ambos centra sus miradas y poco a poco van acercándose más y más, hasta que… por fin se besan. Para su mala suerte entra a la escena el rey y los ve, este enfurece al darse cuenta que es un plebeyo

REY: ¡GUARDIAS! Saquen a este bastardo de mi palacio ¿Cómo te habéis atrevido a besar a mi preciosa hija?

AMELIA: Padre déjalo en paz, guardias, soltadlo.

REY: Amelia, calla y vete a tu habitación.

Los guardias sacan del castillo al muchacho… y este muy triste, se resigna a regresar a su hogar cuando de pronto.

AMELIA: Hey Jake

JAKE: (Escucha una voz, dulce y melodiosa, él se detiene y la princesa llega hasta donde el esta) ¡Princesa! ¿Qué hace aquí¡

AMELIA: Mes escape de los guardias y de mi padre, con sinceridad no quería dejarte ir.

JAKE:(La toma de la mano y le planta un beso en la mejilla, luego la abraza) No debiste hacer eso, ahora puedes pagar las consecuencias por mi culpa.

AMELIA: De todas formas recibiré un castigo, no hay mayor problema, pero ven sígueme hay algo que quiero mostrarte (Lo guía con la mano y lo lleva hasta el gran jardín detrás del castillo)

Se encontraron con el árbol más grande y alto del jardín.

AMELIA: ¿Te gusta ese árbol?

JAKE: SI, princesa

Ambos se tumban debajo del árbol, era una noche muy oscura, solo se podía percibir la lux de sus almas, y la poca luz cálida que brindaban la luna y el estrellado cielo que había esa noche.

Ellos miraban las estrellas y trataban de encontrar constelaciones; de la nada, el romanticismo, se volvió en caricia, y estás en pasión, comenzaron a besarse, se besaron hasta desgastarse los labios y fueron tan apasionados que desataron contacto físico, pero no era nada bruco ni alocado, el tacto era tan sutil y cariñoso, poco a poco, sus instintos humanos salieron a flor de piel: (la escena  se obscurece más) ellos hicieron el amor aquella noche debajo de aquel árbol.

Se acercaba el amanecer y ambos despertaron

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