El Arte De Amar
marcoykarla4 de Junio de 2013
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Introducción
El punto se coloca para indicar la pausa que hacemos al final de una oración con sentido pleno La coma marca una pequeña pausa dentro de la oración y se usa para separar elementos de la misma. El punto y coma indica una pausa un poco mayor que la de la coma. Se suele producir en frases de periodos largos.
El arte de amar es una obra con la que Erich Fromm ha ayudado a varias generaciones a reflexionar sobre el amor y a responder a algunas preguntas aparentemente sencillas: ¿qué significa amar? ¿Cómo desprendernos de nosotros mismos para experimentar este sentimiento? Fromm nos explica que el amor no es sólo una relación personal, sino un rasgo de madurez que se manifiesta en diversas formas: amor erótico, amor fraternal, amor filial, amor a uno mismo« Nos dice también que el amor no es algo pasajero y mecánico, como a veces nos induce a creer la sociedad de hoy. Muy al contrario, el amor es un arte, el fruto de un aprendizaje. Por ello, si queremos aprender a amar debemos actuar como lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, ya sea la música, la pintura, la carpintería o el arte de la medicina. O, por lo menos, no dedicar nuestra energía a lograr el éxito y el dinero, el prestigio y el poder, sino a cultivar el verdadero arte de amar.
El amor intenta entender, convencer, vivificar. Por este motivo, el que ama se transforma constantemente. Capta más, observa más, es más productivo, es más él mismo.´
En el libro de Erich Fromm El arte de amar se elabora una teoría sobre el amor, en la cual primero te explica las causas de éste ya que para él lo más importante es saber la teoría antes de llevarla a la práctica.
Explica el amor como una forma de separatilidad humana, como la realización del anhelo de unión entre los polos masculino y femenino. Ya en la antigüedad con mitos como el de Adán y Eva, en el que entre otras cosas se decía que Eva nació de la costilla de Adán, nos explican que la polarización sexual lleva al hombre a buscar la unión con el otro sexo. Es una necesidad universal y existencial.
Por ello Fromm dice que la desviación homosexual es un fracaso en el logro de esa unión polarizada, y por eso el hombre homosexual sufre el dolor de la separatidad nunca resuelta, fracaso que comparte el heterosexual corriente que no puede amar.
También se hace una crítica sobre algunos de los pensamientos de Sigmund Freud, ya que éste dice que el amor es la expresión del instinto sexual. Hace una sobre valoración de lo sexual. Aunque el autor dice que no critica a Freud por acentuar excesivamente la sexualidad, sino por su fracaso por comprenderla con profundidad.
Después de explicar sus orígenes comienza a hablar sobre el amor entre padres e hijos. El amor materno y el paterno son diferentes. El primero es incondicional, el amor de la madre hacia su hijo es por su vínculo carnal, no porque éste le satisfaga alguna condición específica. Es el hogar de dónde venimos. Sin embargo el amor paterno es diferente, significa la ley y el orden, la disciplina, los viajes y la aventura. Éste debe ganarse y va acompañado del sentimiento de que puede perderse con la desobediencia. A veces los niños tratan de buscar igualdad entre el cariño de la madre y el del padre, y al observar que la forma de amar de cada uno es diferente pueden sentirse decepcionados, heridos, e incluso no queridos.
Más tarde se distingue entre otros tipos de amor. Comienza por el fraternal, que es el sentido de responsabilidad, cuidado, respeto y conocimiento con respecto a cualquier ser humano. Se basa en la experiencia de que todos somos uno, y en que las diferencias de inteligencia, talento... son despreciables en comparación con la identidad de la existencia humana común a los hombres. Es el amor al que se refiere en la Biblia cuando dice que hay que amar al prójimo.
Vuelve a hablar del amor materno, diciendo que éste es el responsable del cuidado y conservación de la vida del niño y su crecimiento. El amor maternal por el niño crece y no desea nada para sí.
Continúa con el amor erótico, que es una atracción completamente individual, única entre dos personas específicas, y que es un acto de voluntad.
Luego está el amor a sí mismo. Dice que mientras ames a otra persona menos que a ti mismo no lograrás realmente amarte.
Como último tipo de amor nos habla del que tenemos hacia Dios. Profundiza sobre todo desde un punto de vista cristiano, aunque aclara que personalmente no piensa en función de un concepto teísta, y que en su opinión el concepto de Dios es solo un concepto históricamente condicionado en el que el hombre ha expresado la experiencia de sus poderes, su anhelo de verdad y de unidad en un determinado periodo histórico. También compara la vivencia del amor hacia Dios desde otras religiones y culturas orientales.
Nos dice que la lógica paradójica llega así a la conclusión de que el amor a Dios no es el conocimiento de Dios mediante el pensamiento, ni el pensamiento del propio amor a Dios, sino el acto de experimentar la unidad con Dios. Es decir, el amor a Dios es fundamentalmente una experiencia mental. Fromm dice que no se puede separar de del amor de los padres, ya que si una persona emerge de una relación incestuosa con la madre, o de una dependencia infantil del padre, no puede desarrollar un amor maduro a Dios.
Posteriormente comienza a analizar las causas de la desintegración del amor en la sociedad occidental contemporánea. Las principales culpables de ello son concebir el amor como satisfacción sexual, y como refugio a la soledad. En el segundo caso el matrimonio se convierte en un refugio a esa sensación que de otro modo sería intolerable. Después de la Primera Guerra Mundial se cayó en la confusión y el error de que el amor y el sexo eran lo mismo, y por lo tanto que el fracaso de un matrimonio era fruto de una insatisfactoria relación sexual. Pero la realidad es que la realización de ésta es el resultado del amor, y no al contrario.
Para evitar la desintegración del amor se proponen también otros orígenes basados en trastornos neuróticos en la niñez. La madre juega un papel fundamental en la futura afectividad de su hijo. Ésta igual que le da la vida puede destruírsela.
Los trastornos neuróticos pueden ser originados por diversas causas. Unos son consecuencia de que la madre absorbe demasiado a su hijo, no le deja desarrollarse por él mismo. Otros son justo por la causa contraria, la madre no le presta suficiente atención ni cariño al hijo, por lo que éste se refugia en su padre buscando el tipo de amor que debía proporcionarle la madre. También las malas relaciones entre los padres por falta de amor causan trastornos en los hijos y afectan a sus relaciones futuras. Suelen convertirse en personas que necesitan pasarlo mal por su pareja mediante disputas, ya que estas significan que no hay una indiferencia entre ellos, como sucedía con sus padres. Hay más amores dañinos, como el idolátrico, en el que se idealiza a la pareja, hasta que descubres sus defectos y sientes la necesidad de buscar a otra que sea un nuevo objeto de admiración; el amor sentimental, en el que hay una abstractificación frente al pasado y al futuro, solo sienten amor cuando ven películas o leen libros, recordando un pasado en el que si se amaron, que suele ser una imaginación; y el amor que usa mecanismos proyectivos, que lo que hace es que vean sus defectos a la pareja en vez de en ellos. Eso lo suelen proyectar también sobre los hijos.
La desintegración del amor a Dios ha alcanzado las mismas proporciones que la desintegración del amor al hombre. El razonamiento religioso de los últimos tiempos es un recurso psicológico para hacer al individuo más apto para la competitividad que hay en nuestra sociedad. La religión se alía con la psicoterapia y la autosugestión para ayudar al hombre.
Por último nos intenta introducir a la práctica
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