El Corazon Invisible

El Corazón Invisible

El libro de El Corazón Invisible narra una historia amor entre Sam Gordon y Laura Silver, que surge en Edwards School, donde son profesores de secundaria. Sam empieza dando clases de economía en el último curso de secundario y Laura Silver empieza con su primer trabajo como profesora. Sam piensa que el Gobierno no debe relacionarse en los mercados del medio y que los Negocios son claves para un éxito para subsistir. Laura es profesora de Literatura Inglesa y prefiere la poesía.

Sam, se destaca mucho en el mundo de la economía y cree que el Estado debería proteger a los consumidores.

En el primer capítulo de su primer día de clases, se refiere a que le gusta mirar el techo para poder ordenar sus ideas, también predomina en sus clases a los alumnos en el esfuerzo de pensar y esforzarse en tratar de demostrar con ejemplos prácticos que la economía no es aburrido.

Laura da clase de literatura inglesa con experiencia obtenida en un kibutz en Israel y hablando italiano que lo estudio en Florencia, en su primer trabajo y su primer día de clase, que comienza con la lectura de “Grandes Esperanzas” de Charles Dickens y pone en la pizarra “Al conseguir y gastar, desperdiciamos nuestros poderes”, una cita del poeta William Wordsworth.

Todo empieza en aquella ocasión que se encontraron en unas escaleras de una estación de Washington, mientras Sam le daba una limosna a un mendigo, ambos tienen diferentes puntos de vista sobre cómo se deben dar limosnas, con dinero o en especie, que es lo más egoísta o menos interesado. Para Sam se debería intentar ayudar a la gente en los términos que ellos quieren, no en los de uno mismo. También discuten sobre si realmente la enseñanza merece la pena, y si está o no mal pagada. Tienen un cruce de ideas sobre el uso o no de cinturón de seguridad, las prohibiciones y el disfrutar o no de la vida. Para él, la vida consiste en vivir con la mayor riqueza posible, no en términos de dinero, sino en el sentido de experimentar todo lo que nos hace plenamente humanos, si queremos o no ponernos el cinturón o comprar un coche más barato sin airbags, porque tal vez para algunos su coste no merezca la pena, es nuestra vida y tenemos derecho a decidir cómo queremos vivirla.

En el transcurso de la obra en cuando Sam trata de conquistar a Laura ya que se había dado cuenta de que le gustaba se encuentra con un aviso de despido, comienza a pensar q para conquistar debería buscar temas alejados de la economía, para no discutir y asistiendo a una cena en casa de los padres de ella. Cuando la acompaña, él sobrevive a duras penas a la sensación de sentirse fuera de lugar, sobre todo con la discusión que mantiene con Andrew el hermano de ella “sobre si es partidario del capitalismo sin restricciones”, comenzando una discusión sobre la responsabilidad de las empresas. Cuando está finalizando el curso, después de su distanciamiento por el fracaso de la cena familiar, Laura escucha a Sam dar su clase. Le oye establecer unas reglas a sus alumnos, hacer el papel de un dictador que solo puede dictar una ley durante su mandato. Comienza un debate con los alumnos, recibiendo distintas propuestas una ley para obligar a terminar secundaria, eliminar completamente los subsidios. Su propuesta es prohibir la televisión, porque nos convierte en esclavos que pasan de un canal a otro para eludir la realidad.

Laura opina que sin televisión los niños volverían a explorar el mundo, las familias hablarían en su casa a la hora de la cena, entre otros. Pero Sam dice que aunque fuese dictador por un día no prohibiría la tele, puesto que iría en contra de las reglas del juego, la vida real tiene altibajos, éxitos y fracasos. Prohibir la televisión no mejorará la vida, puesto que no mejorará el mundo real. Qué es lo degradante, que a la gente le gusta, porque su vida está vacía, y prohibir la televisión no lo cambiaría, que derecho tenemos a obligar a las familias disfuncionales a que sean más unidas.

Después de escucharle Laura vuelve a intentar acercarse a él y invitándole a cenar a su apartamento, donde le cuenta que escuchó su clase y que le había parecido que defendía el Estado del bienestar, algo que no acaba de entender porque él siempre había defendido el laissez faire. Sam quiere combatir la pobreza sin la intervención del Estado, según su punto de vista algunos darían dinero para obras de caridad que dieran de comer a los pobres y otros darían dinero a otras organizaciones que harían algo más que dar de comer al hambriento. Maimónides, decía que según la ley hebrea el grado más alto de caridad es cuando el donante hace un regalo o un préstamo o da alguna forma de ayuda, que permite que el receptor se vuelva autosuficiente. Para Laura, la gente es muy egoísta y los impuestos son la única manera de conseguir dinero para los pobres, ella no es de las que se quedan sentadas esperando que un rico rellene un talonario de cheques, y considera que Sam con su actitud

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