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El Libro De Los Secretos


Enviado por   •  12 de Marzo de 2014  •  836 Palabras (4 Páginas)  •  309 Visitas

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Karen Blixen, por Grau SantosMucho antes de publicar su famoso libro, Karen Dinesen había contado las historias que componenOut of Africa a su amigo Denys Finch-Hutton al calor de la chimenea en la granja keniata de Ngong, y ese origen puramente oral constituye una de las grandes virtualidades estéticas de una obra que ha suscitado admiración general.

Pero a poco macluhiano que se sea, se concordará con que en nuestra sociedad posmoderna y digital, con el triunfo de lo que el semiólogo canadiense denominaba medios “eléctricos” de comunicación, la oralidad ha recuperado amplios espacios frente a la escritura predominante en la Galaxia Gutenberg, y ello constituye otro motivo más para considerar como un joya este volumen de ensayos, que tienen por lo demás desde su lengua danesa original un traductor de lujo: Jesús Pardo.

Y digo esto porque, amén de los logros de Karen Blixen como genuina narradora oral, cumple apreciar las mismas virtudes de labilidad, soltura expresiva, capacidad de convicción e inmediatez en los once textos ensayísticos aquí reunidos, de los cuales dos son conferencias, uno fue leído en la BBC y cuatro en la radio danesa. El duodécimo que cierra el tomo ostenta una condición semejante, pues se trata de una comedia de marionetas, La venganza de la verdad, reelaborada por la escritora de entre las funciones que representaba con sus hermanas y amigos durante su infancia en la finca de Rungstedlund. Los editores han decidido incluirla aquí porque su tema, “la verdad en el arte y la manipulación de los seres humanos mediante las palabras”, les parece próximo al espíritu de los demás escritos. La pieza había sido publicada en español en 1926 en El Observadorbajo la firma de Karen Blixen-Finecke y tiene para nosotros doble interés por su proximidad con el teatro de Lorca, no sólo el de guiñol sino también el más simbolista y de ruptura, conocido póstumamente.

Aquella vertiente macluhiana de Karen Blixen no significa otra cosa que un motivo más de su vigencia y de su profunda identificación con el espíritu de modernidad que el siglo XX consagró como su gran aporte. La autora, nacida en el seno de una familia aristocrática de un pequeño país, rehén de una sociedad agobiante por sus convencionalismos, alcanzó finalmente una condición privilegiada que brilla en este libro y creo que garantiza su interés también para el siglo XXI. Karen Blixen, que incluso utiliza la radio para lanzar una campaña de apoyo a su fundación de Rungstedlund como casa de escritora y reserva de aves en su migración anual desde áfrica hacia el norte de Europa, nos ofrece aquí todo un repertorio de temas y de causas tan atrevidos en los años en que los escribió -el último de sus textos data de 1959- como de plena actualidad hoy mismo. Desde la obsolescencia del matrimonio como institución menos moral que el amor libre, hasta la reivindicación de los derechos de los animales o un certero análisis de la sociología de los totalitarismos a partir del caso nazi; desde el ecologismo entendido como una confraternización humanista con la naturaleza hasta la fijación de una postura feminista totalmente independiente de la ideología, basada en la consideración de las diferencias entre los sexos y el reconocimiento de la superioridad de uno de ellos, pues el hombre se empecina en hacer y en lograr, mientras que “la actividad de la mujer, en cambio, consiste en ampliar su propio ser” (pág. 295). 

En este sentido, estos discursos nos reconcilian todavía más con una personalidad fascinante, la de la autora de un libro inolvidable, Lejos de Africa. Sus ensayos tienen una carga autobiográfica enorme; la autora habla al público como quien hace una confidencia. Acaso por ello el texto más hermoso de todos me parezca el titulado “Sobre los lemas de mi vida”, pues la autora, que siempre cree en el poder de la palabra, confiesa que su vida ha estado regida por tres máximas: “Navegar es necesario, vivir no lo es”, “Yo responderé” y “¿Por qué no?”

El segundo de ellos, que habla de una decidida voluntad de comunicación y de un profundo sentido ético de la responsabilidad, pertenecía a la familia del ya citado Denys Finch-Hatton, el gentleman intelectual, intrépido y aviador que ensanchó el alma de la colona danesa, esposa desafortunada de otro barón también aventurero. Aquel personaje, de una pieza forma parte de la áfrica que Karen Blixen conoció y vivió durante veinte años y que reaparece en todos los títulos de esta colección. Uno de ellos, “Negros y blancos en áfrica”, tiene especial interés a este respecto. En él, la autora se muestra como lo que fue: una europea enamorada del continente africano, más amiga de los masai y los kikuyus que ellos de ella, anticolo-

colonialista convencida, ferozmente contraria a los excesos imperialistas no tanto por compasión, sino por lo que degradaban la propia condición humana de su raza blanca, y empeñada con éxito, más que en ofrecer su visión de lo que era áfrica, en reconstruir a base de datos y conjeturas “la imagen que los negros tienen de nosotros” (pág. 98). 

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