El Poder De La Oratoria

EL PODER DE LA ORATORIA

Hoy en día el arte de hablar en público no es sólo una actividad de conferencistas y educadores. Se ha convertido en una herramienta indispensable en el ambiente profesional y de negocios, haciendo necesaria la preparación para destacarse como un buen orador. Sin embargo, el miedo a equivocarse y a ser rechazados mejor conocido como el miedo escénico, es un enemigo a vencer para poder triunfar.

En el libro, "El Poder de la Oratoria" de Renny Yagosesky, se define el miedo escénico como "una forma de timidez que se manifiesta frente a grupos; una reacción del organismo que nace en pensamientos de preocupación y termina constituyéndose en un desequilibrio neurofisiológico que incluye cambios en el pulso, la respiración, el nivel de transpiración, la concentración mental, la memoria y en muchos otros aspectos de la relación mente-cuerpo".

Algunos de los elementos principales que tienden a exacerbar el miedo escénico son: la novedad, la sorpresa, la intensidad, el desconocimiento y la inexperiencia. Pero para vencerlos hay varios métodos cuya efectividad es mayor cuando se usan combinadamente. Estos son:

Decidirlo: Cada acción que produce resultados debe ser elegida con fuerza y determinación, de tal forma que no existan dudas dentro del sujeto, de que eso que ha dicho que hará y que logrará, es realmente lo que quiere hacer y lograr.

Prepararse: Es más fácil hablar en público si se domina el tema del cual corresponde hablar. No siempre la preparación vence al miedo, pero ayuda en este objetivo.

Confiar: Es más fácil confiar cuando se está preparado, cuando han practicado y cuando por efecto de la respiración se relajan y concentran en el momento presente. Confiar es creer que sí se puede. Pensar que sí se puede, afirmarlo y visualizarlo. Creyendo que sí se puede será más fácil lograrlo.

Relajarse: Es necesario aprender a usar la respiración para mantenerse lo más relajados posibles. Esto favorece el autocontrol y ayuda a crear confianza.

Practicar: La práctica aumenta las posibilidades de dominar cualquier habilidad. Probar una y otra vez brinda confianza y permite descubrir parte de lo mejor de cada uno. La práctica, además, va haciendo que lo que parecía difícil se convierta en fácil poco a poco. No basta el estudio y la comprensión intelectual de un problema, ya que, intelectualmente se entiende y por la vía del trabajo práctico, se aprende.

Modelar: En este contexto, modelar significa imitar. Es más fácil hablar correctamente en público si se siguen las pautas de quienes ya lo han logrado y lo hacen exitosamente. Observar un orador de su preferencia y captar la esencia de sus palabras, gestos, entonaciones, argumentos y movimientos. Así, se aprenderá más rápidamente y con mayor eficacia.

Afirmar: Afirmar significa decretar verbalmente en forma positiva su capacidad, como si ya se hubiese desarrollado. "Yo, (Nombre y Apellido), soy mejor orador cada día", es un ejemplo de afirmación, que repetida centenares de veces, crea una matriz de pensamiento subconsciente y otorga, gradualmente, mayor coraje a la hora de expresarse en público.

Visualizar: Esta técnica se basa en imaginarse ya triunfando en la situación que originalmente les atemoriza. Verse, mentalmente, hablando con elocuencia y persuasión, lo hará realidad.

Perdonarse: Si se ha cometido errores al hablar en público, hay que perdonarse y no guardarse resentimientos. Dejarlo ir, aprender de esos errores, no mencionarlos más y centrarse en aprender lo necesario para hacerlo cada día mejor.

Siguiendo estas sugerencias, el orador notará los cambios positivos en su expresividad. Este debe aceptar el miedo, pero enfrentarlo con todas las armas posibles concentrándose en las soluciones y con la idea mental de que lo logrará.

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