El Poder De La Palabra

ENSAYO SOBRE VIDAS DESPERDICIADAS LA MODERNIDAD Y SUS PARIAS

En una sociedad moderna cuya producción es la de residuos humanos como, superfluas, emigrantes, refugiados y parias nacidos de una sospecha la cual no tiene cabida en este mundo; despojada de su seguridad y confiando en salir adelante bajo el símbolo del residuo, estos seres humanos ha pasado por el humillante dolor causado por la inexperiencia de algunos hombres de se proclaman inmortal que ha logrado la perfección de la tolerancia, entendiendo que todo lo que les ocurre es por sus virtudes.

Nada en el mundo dura para siembre todos los objetos son inútiles, todo nace todo muere. Bajo este concepto nace la modernidad liquida la sociedad de la exuberancia y la destrucción del residuo, redefine el horror de la muerte como la fuerza matriz de la vida es sorprendente este punto de vista ya que logra un estilo de vida destinando a que el hombre corriente crea que la sociedad tiene un valor inmortal y ayuda a ser fuerte los seres que se pones a disposición de la gente corriente haciéndose llamar héroes y logrando que ellos lleven a cabo sus hechos heroicos.

Los hombres contemporáneos han ido apartando la muerte de sus vidas, ya no la ven como una solemnidad a la cual hay que rendirle un respeto ya que con el horizonte de la mortalidad efectiva la ven como una calamidad lamentable; perdiendo el miedo a la muerte y ganando el miedo a la vida haciéndole culto al progreso y viviendo para el día a día

Por la veracidad y gentiliza del lenguaje podemos darnos cuenta de las personas que hoy están y maña mueren, nos damos cuenta de la realidad porque estamos informado los unos con los otros, enterándonos de las cosas tal como son. Por medio del leguaje existe la eternidad ya que el hombre corriente se encarga de inmortalizar y cultivar a ese personaje por medio de su fe, gracias a su creencia se inmortalizan otros seres humanos; la eternidad se forma a partir de experiencias como de estar en lugares ver rostros y sonidos que resultan familiares.

El gigante empresario Enron paso de la noche a la mañana a ser dueño de una pequeña empresa a ser el signe de la economía y experto financiero acosta de una filosofía desperdiciadle “sálvese quien pueda” haciendo pasar a los futuros empleados por rigurosas pruebas y al que llegase pasar no se le daba ningún crédito de confianza. Enron despedía dos veces al año a los que se quedaban les advertía que mejoraran la feroz filosofía de Enron destruía la moral de los empleados el despedía la basura, los desperdicios que no cumplían sus expectativas.

Este gran empresario deja 2 lecciones de vida una es los días cuentan tanto como la satisfacción que puedas extraer de ellos, la recompensa es un hoy diferente y un mana mejor, las preocupaciones a largo plazo son para imprudentes y la segunda lección es la fidelidad son para los que se preocupan a largo plazo y no te comprometas por más tiempo.

Las personas que han conservado su empleo toda la vida son vistos como dinosaurio y no son un modelo a seguir para la juventud, no hay que tenerle miedo al cambio. El tiempo es oro y hay que cuidarlos como cuidamos nuestras inversiones.

Por otro lado se plantea el vivir al instante, el satisfacer las necesidades de corto plazo, las personas que se limitan a pensar en el no ahorro los que se endeudan con tarjetas de crédito ignorando el privarse o el comprar a plazos. Queremos mejorar acosta de endeudarnos perdiendo la capacidad de comprar racionalmente.

Finalmente podemos hacer una relación entre los bienes de consumo con la sociedad de cultura de los residuos ya que cuando un producto que no lo necesitamos lo sustituimos por uno que si satisfaga ese necesidad y nos haga más felices. Obviamente hay una correlación por que existe un rechazo y una desaprobación, la búsqueda activa de la aceptación de los seres humanos y el encontrar allí esa terapia que nos de excitación y felicidad. Nadie es indispensable para otro nos integramos aprovechando esos talento que las otras personas puedan brindar y cuando se han explotados esos talentos los desechamos. Bauman, 2000 “Nada calmará el dolor de la inferioridad evidente”.

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