El dragón y la luz
ivanoswalEnsayo30 de Octubre de 2017
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EL DRAGÓN Y LA LUZ
En el mundo de los sueños, habitaba un gran mago, de nombre Onivas, que tenía el poder de convertirse en dragón, durante años vivió entre mucha gente, donde era muy querido y admirado, pero su corazón vivía en tinieblas y en su camino deseaba encontrar una luz que lo alumbrara.
Un día mientras volaba, frente a él, una luz destelló, tan brillante que el mago Onivas la empezó a seguir, una mujer emano de aquella luz, tan bella era ella, sus ojos brillaban y de su rostro graciosamente resaltaba una sonrisa que deslumbró al mago, se nombre era Acántila.
Volaban juntos durante los pocos momentos que tuvieron y eran felices, muy felices;
Pero en su camino las tinieblas los perseguían y al cabo de poco tiempo se apoderaron de ellos, Onivas fue encadenado, negándole el poder de volar y a Acántila su luz le extinguieron, perdiendo el poder de alumbrar y la oscuridad llegó una vez más a sus vidas, pero se amaban tanto, como sólo una vez se puede amar...
Y se miraban de lejos, sin poderse tocar; con un miedo a romper el gran amor que se tenían y durante años vivieron con el alma partida, pocas veces lograban escapar para mirarse, para mirarse sin poderse tocar, sin poder demostrar el amor que entre ellos existía, pero se amaban tanto, que el simple hecho de mirarse les daba felicidad.
Durante años tuvieron que luchar solos, pero la vida, que da muchas vueltas, los junto de nuevo, una vez que ellos lograron romper las cadenas que los ataban y sus cuerpos fueron ya sólo suyos y de nadie más.
Cada noche se amaron, como si fuese la última noche de sus vidas, con las ansias de recuperar el tiempo perdido, con las ansias de amarse como siempre desearon; y Onivas volaba, con sus alas rompía el viento cada vez que volaba, Acántila destellaba una luz tan brillante que el sol se avergonzaba ante ella.
Y caminaban con el corazón descubierto, para que todo el mundo sea testigo de su felicidad, pero ellos no sabían que sus almas estaban siempre rondadas por la envidia y se dejaron golpear por los monstruos que lucharon, los que destruyeron su pasado y aunque creyeron vencerlos, ellos jamás se fueron y una vez más los golpeaban…
Entre los mil intentos de mantenerse unidos, su alma se partía y caminaban con el corazón herido, una vez más sin rumbo, sin saber si la vida los volvería a juntar, pero cada noche se extrañaban y se amaban en sus sueños, sólo en sueños, una vez más...
Y volvieron a caminar solos, extrañándose, con el sabor de la felicidad en los labios, con el frío en las manos, sus dedos extrañaban el sentir y el jugueteo de los dedos de aquella mano que jamás debió soltar, aquellas manos que sujetaban el alma de la persona que amaban, sus brazos extrañaban el apretón del abrazo, el sentir del cuerpo rozándose al poder de los mil te amos que diariamente se decían; y estaban partidos una vez más…
Y se amaban, siempre se amaban, pero tenían que vencer los miedos y enterrar el pasado para que no les vuelva a lastimar, ellos tenían que vencer al monstruo que habitaba dentro de ellos y que era quien los estaba destruyendo, para poderse amar una vez más;
Aunque Onivas rompió la jaula, perdió el poder de volver a convertirse en dragón y Acántila perdió esa luz, pero ellos no se daban cuenta: que el dragón estaba dentro de él, pero era ella quien ahora le daba el poder de convertirse y la luz que era Acántila, quien la encendería sería el dragón, Porque ella se enamoró del dragón y él de su luz.
Y aunque él no podía ser dragón aún volaba y aunque ella no era luz aún iluminaba y así empezaron nuevamente a luchar en busca de recuperar su esencia, que siempre fue la fuente de su poder.
Y al cabo de poco tiempo,
...