El reino de las palabras perdidas
Lynn88Ensayo5 de Septiembre de 2019
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El Reino de las palabras perdidas
PERSONAJES
NARRADORA: Carla
MUDO: Álex
MUJER 1: Irene
MUJER 2: María Castel
PAJE: Sheila
REY: Álvaro
CONSEJERA: Carla
MENSAJERA: Sheila
FLAUTISTA: Cristina
OGRO: Álex
ABUELA: Cristina
CABALLERO: Álex
NIÑA: Cristina
DRAGÓN: Álex
HABITANTES DEL REINO: Jesús, Eloy, María Buil
DON WILFREDO: Juan
COMPARSAS DE ANUNCIOS: Jesús, Juan, Eloy, María Buil, María Castel, Irene, Sheila,...
ACRÓBATAS Y MALABARISTAS: Todos y todas
Escuela de Sahún – Huesca
Curso 2006-07
NARRADORA: Señoras, señores, niñas y niños sean todos bienvenidos a esta historia que ahora voy a contar. Sucedió hace muchos, muchísimos años, en un tiempo lejano, cuando los seres humanos vivían en castillos y caminaban por los bosques llenos de animales y seres misteriosos. En aquella época tan lejana cuentan que hubo un reino donde sucedían cosas muy extrañas. En la noche se oían ruidos desconocidos y... pero mejor vayamos allí y veamos que ocurrió...
MUDO (Pasa por el escenario intentando hablar y haciendo ruidos): ¡mmm! ¡agggg!...
MUJER 1 (acercándosele): ¿Qué le ocurre? ¿Se encuetra bien?...
MUDO (se señala la boca indicando que no puede hablar)...
MUJER 1: ¿No puede hablar?
MUDO (gesticula que no)
MUJER 1: ¿Y le duele?
MUDO (gesticula que no)
MUJER 1: ¿Acaba de perder la voz?
MUDO (gesticula que SI)
MUJER 1: ¿Ha tenido un accidente?
MUDO (gesticula que no, señala el bosque)
MUJER 1: ¡Ah! en el bosque
MUDO (con la cabeza señala que si)
MUJER 2 (se acerca): ¿Qué ocurre? He visto que este señor está muy nervioso.
MUJER 1: No lo sé, yo lo he encontrado en la calle y lo único que sé es que acaba de perder la voz en el bosque.
MUJER 2: ¡Oh, no! ¡Otra vez! Habrá que informar al Rey, esto no puede seguir así, siempre que alguien entra en el bosque sale sin voz y con cara de espantado.
(Salen los HABITANTES DEL REINO del bosque sin voz)
MUJER 1: Si, tendremos que informarle, aunque no sé si podrá hacer algo, el Rey ya ha enviado a sus mejores hombres y no hay manera de resolver el misterio.
MUJER 2: Si, aún recuerdo a Don Wilfredo, uno de sus mejores caballeros, que entró feliz y sonriente con su armadura nueva y salió en calzoncillos, con las barbas socarradas y sin poder contar nada.
(DON WILFREDO sale del bosque con un pañal sobre la ropa, una barba socarrada,...)
MUJER 1: ¡Ja, ja, ja! Si que fue divertido. Cuando lo vi no lo podía creer, aún sigue escondido en una cueva de la vergüenza que pasó, pobre Don Wilfredo.
MUJER 2: Pero algo habrá que intentar, así que vayamos a informar al Rey de que ha vuelto a ocurrir.
(Los tres se ponen en camino y salen de escena. Entra en escena un PAJE con un trono y detrás el REY y la CONSEJERA. El PAJE pone el trono, se sienta el REY y el PAJE se coloca junto a la puerta. Entran las MUJERES y el MUDO.)
MUJER 1: ¿Podemos ver al Rey?
PAJE: ¿Qué asunto os trae?
MUJER 2: Este pobre hombre se ha quedado sin voz por entrar en el bosque.
PAJE: ¡Otra vez! Se lo diré al Rey, aunque no sé si os recibirá porque está muy ocupado.
MUJERES: Esperaremos.
PAJE: Majestad, quieren veros.
REY: Ahora estoy muy ocupado, o es que no lo ves.
PAJE: Lo veo, mi señor, lo veo, pero es muy urgente... lo del bosque ha vuelto a ocurrir.
REY: ¡Lo del bosque! ¡Otra vez! ¡Esto no puede seguir así! Decidles que se acerquen.
(Se acercan y le cuentan al REY lo sucedido.)
MUJER 1: Majestad, este pobre hombre entró en el bosque y perdió la voz.
REY: ¿Y tampoco nos puede escribir qué sucedió?
MUDO (gestos de que lo intenta pero no encuentra las palabras)
REY: Pues ya no sé que hacer, siempre que alguien entra en el bosque se queda sin voz y ya nadie quiere descubrir el misterio. He prometido la mano de mi maravillosa y guapísima hija y ni por esas.
CONSEJERA: ¡Ejem! Majestad, disculpadme, pero vuestra hija es un callo y una pesada y pocos estarían dispuestos a enfrentarse a un peligro como este para luego, encima, tener que cargar con ella. Quizás podríamos ofrecer una recompensa en monedas de oro para quien resuelva el misterio.
REY: ¡Cómo os atrevéis...! (la CONSEJERA hace gesto de asustarse)... Pero tenéis razón, aunque es el ser que más quiero, no creo que nadie se arriesgue por ella. Está bien, llenad el reino de pasquines anunciando que daré una bolsa con mil doblones de oro a quien resuelva el misterio y nos libre de esta desgracia. Y mientras tanto que el mudo se quede en el bosque para no contagiarnos.
(Se van retirando todos y el PAJE se lleva el trono. Entra una MENSAJERA corriendo. Coloca el cartel con el anuncio, se le cae, lo coloca al revés, lo cambia, lo pone bien,... y se va.)
(Suena una flauta. Aparece un personaje tocándola. Lee el cartel. Lo arranca y marcha. Entra en escena el PAJE con el trono y el REY y la CONSEJERA detrás.)
FLAUTISTA: Majestad. Soy la flautista de Hamelin. Casualmente he leído vuestro anuncio (se lo muestra) y como desde que me llevé a todos los ratones y niños de Hamelín estoy sin trabajo, vengo a ofrecerme para resolver el misterio y traeros ante vos al responsable de estas tropelías.
REY (lo mira satisfecho): Me alegra vuestro ofrecimiento, así que no perdamos tiempo y vayamos al bosque.
(Salen todos de escena. El PAJE se lleva el trono. Caminan y llegan a la entrada del bosque)
REY: Este es el dichoso bosque.
FLAUTISTA: Allá voy.
(Entra la flautista feliz tocando su flauta.)
CONSEJERA: ¿De veras, Majestad, creéis que ella resolverá nuestro problema?
REY: Por las pintas que tiene tengo pocas esperanzas, pero se le ve tan decidida que no cuesta nada probar.
(Se oyen unos ruidos muy fuertes. Se agitan los árboles. Deja de oírse la flauta. El REY y la CONSEJERA se asustan y se mueven como si recibieran los golpes. Silencio espectante. Al rato se mueven los árboles y sale la flautista despeinada, intentando hacer sonar la flauta y perseguida por un ogro. El REY y la CONSEJERA se esconden. El OGRO pasa ríendose.)
OGRO: Ja, ja, ja,... Flautistas a mí, con la cantidad de mierda que tengo en las orejas. Ja, ja, ja,... Me voy al bosque que esa flautista me ha dado hambre.
(Se marcha. Aparece la flautista despeinada y arreglándose.)
REY (cuchicheando): ¡Chsss...! ¡Chsss...! Flautista... flautista...
FLAUTISTA (asustándose): Majestad. Vaya susto que me habéis dado.
REY: ¿No habéis perdido la voz?
FLAUTISTA: No, porque iba a perderla, no era más que un sucio y grasiento ogro, aunque, si me descuido, acabo en su cazuela.
REY (pensativo): O sea, que no es un ogro el problema. ¿Volveréis a intentarlo?
FLAUTISTA: ¿Yo? ¿Pensáis que estoy loca? Ni por todo el oro de vuestro reino... Hasta nunca... (Y se marcha)
CONSEJERA: Tendremos que aumentar la recompensa
REY: Y quedarnos sin dinero. Ni hablar
CONSEJERA: Pues, a este paso, vuestro reino va a ser el más silencioso del mundo porque casi todos vuestros súbditos se están quedando sin habla.
REY: Tendremos que buscar una solución...
(Piensan, dan vueltas,...Oyen ruidos. Se esconden. Entra en escena una comparsa de animales de peluche con la canción “Los animales de dos en dos” de un anuncio de la tele.)
CONSEJERA: Vaya, los del anuncio que se han perdido.
REY: Sigamos pensando.
(Siguen pensando, dan vueltas,...Oyen ruidos. Se esconden. Entra en escena una ABUELA con su gayata.)
ABUELA: A las buenas, ¿es aquí donde la recompensa?
CONSEJERA (se la mira): ¿Qué recompensa?
ABUELA: ¿Estás tonta? La que ofrece el REY por resolver el misterio del bosque, que recompensa va a ser.
CONSEJERA: Ya imaginaba, ya, pero ¿no pensará entrar en el bosque a sus años?
ABUELA: A sus años, a sus años,... Veo que no te enteras de nada, a mis años te sorprenderías de lo que soy capaz. (dirigiéndose al público) A sus años dice la espabilada esta.
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