El señor Darrel
lizeth69Tarea9 de Febrero de 2017
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¿Qué esconde Ethan Darrell?
Su piel tostada, ojos como dos grandes luceros a punto de apagarse, expresión cálida, manos grandes y toscas como las de un hombre que trabaja día a día para sobrevivir, cabello del color de la plata, tan alto como sus esperanzas y un cuerpo delgado como una pluma. Así es el señor Ethan Darrell, un hombre bondadoso, amigable con todos y todas, siempre alegre presumiendo sus perfectas perlas blancas que los humanos llamamos dientes, ayudando a cualquier ser viviente que lo necesite, siempre estando para la merced de todos pero nunca para la de él. Nunca lo veras bajando su cabeza para pensar en lo infeliz que en realidad es; nunca lo veras lamentándose por no haber tomado aquel tren para encontrarse con su amada antes de que fuera capturada por aquel malvado hombre alemán con mirada fría, piel blanca como la nieve, pelo oscuro como la noche y un bigote tan único, que nunca será capaz de estar en la cara de otro hombre sin que piensen en su nombre.
El primer día que llegue a aquel pueblo, en el que las calles se pintaban de blanco todos los inviernos y la arquitectura de los edificios era tan hermosa que podías quedarte días enteros para simplemente observarla lo conocí. Aquel glorioso día decidí empezar mi estancia dirigiéndome a un parque para convencer a mis demonios que todo estaba bien, y que me olvidara de aquella atrocidad que había hecho en mi pueblo anterior. Así fue que mientras lloraba a cantaros y rezaba a un dios que probablemente no existe que el señor Darrell se acercó a mí, me vio con esos luceros que iluminaban todo y con esa calidez de su mirada hizo que dejara de lamentarme. A Darrell no le importó el por qué me lamentaba, ni quien era, ni que era lo que había hecho anteriormente, solo le importaba mi bienestar. Era tan bueno que no podía dejar que ninguna criatura aunque fuera el mismísimo lucifer sufriera tanto como él.
Me dio tanta curiosidad el ver aquellos luceros llenos de bondad que desde ese momento decidí observarlo de cerca, seguir cada paso que diera, escuchar cada palabra que digiera, y preguntar a cada persona del pueblo sobre él. En mi cabeza no podía dejar de preguntarme ¿Qué es lo que esconde el señor Darrell? ¿Qué es lo que tanto trata de ocultar con esa bondad? ¿Será que su corazón es tan puro que mi mente sucia no puede comprenderlo? o será acaso que mis ojos han visto tanta maldad en todos los seres humanos, que es imposible para mí comprender a alguien tan puro.
Después de unos años tratando de buscar respuestas el señor Darrel y yo nos encontrábamos en aquel parque los dos juntos por segunda vez, fue ahí cuando supe que yo no estaba equivocado, aquel hombre bondadoso escondía algo horroroso. Con ojos humedecidos se confesó ante mí, parecía como si fuera la primera vez que le contaba a alguien su dolor. Todo comenzó en 1939 al inicio de la segunda guerra mundial, el señor Darrell era un soldado nazi tenía el poder de un granjero sin alma para seleccionar a la desafortunada vaca al matadero. Sin siquiera dudarlo el señor Darrell mando a tantas almas en pena al inframundo que mi mente no podía imaginar un número aproximado. Pero de todas esas almas en pena solo una fue la excepción. Una hermosa mujer con cabellos de oro, ojos como dos esmeraldas y tan amable como yo me imaginaba debió de haber sido Jesús. El señor Darrell se enamoró perdidamente de aquella hermosa mujer, tanto que la protegió durante años de todos aquellos que quisieran llevársela a aquellos campos del horror en donde trataban a los humanos como un simple trapo sucio y roto. Pero en el día que él menos se imaginaba su vida se derrumbó, aquella hermosa mujer se dio cuenta de que las manos del señor Darrell estaban manchadas de sangre y decidió escapar de él, solo para encontrarse con la muerte al ser capturada por aquellos seguidores de lucifer.
En aquel momento me di cuenta, todas
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