En el cuento Juan Darién

En el cuento Juan Darién se habla sobre un tigre que perdió a sus padres y fue criado por una buena mujer que al igual que él había perdido a su hijo, un día una serpiente dio al felino un cuerpo de hombre para que nadie jamás se diera cuenta que en realidad era un animal. Cuando eso sucedió su madre lo llamo Juan Darién y comenzó a cuidarlo como si fuera su verdadero hijo.

Al crecer Juan Darién acudió a la escuela y es ahí donde las personas lo discriminaban porque aún sin saber que no era humano él era distinto a los demás, no era el mejor de la clase pero ha comparación de los demás siempre asistió con mucho entusiasmo, sin ser obligado por nadie, él lo hacía porque era algo que le gustaba.

Además siempre amó a su madre sin esperar ninguna cosa a cambio, sin interés alguno, simplemente le tenía un amor puro y honesto y es eso una de las razones por las que las personas no lo querían y lo veían diferente, pues normalmente todas la gente hace favores esperando una recompensa a cambio, un ejemplo fácil es cuando las personas trabajan ya que a pesar de que están trabajando en algo que ellos mismo eligieron porque les gusta, lo hacen esperando un pago a cambio.

También cuando la gente dice amar ya sea a una pareja o a un familiar normalmente siempre es por algún interés como lo es que cuando un joven tiene novio(a) pueden hacerlo por necesidad de no estar solos, o porque todos sus amigos ya tiene novia y ellos no quieren ser la excepción. Esto no quiere decir que no exista el amor verdadero entre los humanos pero si es difícil encontrarlo y se da muy pocas veces, esta es una razón por la que las parejas no duran mucho tiempo juntas.

En esta gran obra de Horacio Quiroga se puede apreciar claramente que los humanos muchas veces somos muy egoístas, porque pensamos en nuestro bienestar antes que en el de los demás, hacemos cosas para estar bien nosotros sin importar a las personas que dañemos.

Si alguien algún día nos llega a tratar mal o a lastimarnos no sabemos perdonar verdaderamente, aunque decimos que si el rencor siempre se queda con nosotros y no lo olvidamos. A diferencia de nosotros los animales si lo olvidan, y un buen ejemplo de esto es que cuando nosotros tenemos un perro y lo regañamos por haber hecho algo malo en ese momento el animal se aleja de quien lo regaña pero no pasa más de una hora para que este de nuevo con nosotros ya sin recordar ni un poco el regaño que se le dio anteriormente.

Otro cuento que me gustó para este tema es “El retrato oval” de Edgar Allan Poe en donde se destaca como anteriormente se había mencionado el egoísmo humano ya que trata sobre un pintor que ama tanto el arte que muchas veces se olvida de su esposa, ella esta celosa del arte, los pinceles y un cuadro de una hermosa mujer que le encantaba tanto a su esposo.

El pintor se comporta de una manera muy egoísta y soberbio con su amada, pues él deseaba pintarla y se concentraba tanto en la pintura que no se daba cuenta de que la vida de su pareja se estaba pasando al retrato, ahí es cuando actúa de una mala forma porque por estar tan concentrado en lo que tanto le gustaba e importaba no se daba cuenta que de esa manera estaba dañando los sentimientos de la mujer. Esa es una simple historia pero en ella se remarcan cosas que son reales, en realidad los humanos actúan de esa manera.

Algo que también está relacionado con la naturaleza humana se presenta en la historia de “La declaración” del escritor Guy de Maupassant en donde una joven le confiesa a su madre que está embarazada, cuando esos sucede su madre se molesta mucho con ella y la golpea pero después el interés la hace preguntarle a su hija de quien es él bebe ya que podía ser de un hombre con dinero y eso cambiaría la situación porque las podría hacer ricas, pero la joven al contestarle que su hijo es de Pólito un muchacho sin dinero que la transportaba

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