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En el vacío


Enviado por   •  13 de Febrero de 2019  •  Documentos de Investigación  •  11.318 Palabras (46 Páginas)  •  70 Visitas

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En el vacío

por Francisco Román Escoto Nájera

I

¡Aaaah! ¡¡Me lástima!! No lo puedo aguantar, involuntariamente mis parpados se abren y se cierran continua y rápidamente, quiero ver y no ver al mismo tiempo, al abrir mis ojos veo ese gran destello deslumbrante, cegador, radiante, de un color amarillo claro, muy claro; pero no aguanto por mucho tiempo, es radiante, produce un leve ardor a la vista, entonces; aunque no quiera, mis párpados actúan como si no tuvieran dueño, actúan por si solos, se cierran y abren, pero no aguanto más, me canso y mejor cierro mis ojos y entro a una penumbra, me siento mejor por un momento, ya no siento dolor de ninguna índole, me siento abrumadoramente solo, no lo puedo describir, solo es negro, tengo una visión negra, sin sonido, sin movimiento alguno, nada de nada, me desespero; vuelvo abrir los ojos de par en par, lentamente, con una quietud tremenda, no quiero lastimarme de nuevo, pero tengo que salir de esa penumbra, quiero descubrir que hay más allá, quiero saber que está pasando, quiero saber dónde estoy, ¡quiero saber que me paso!, porque no recuerdo nada, creo no saber nada, nada de nada, solo puedo pensar,  solo tengo esta divagación casi filosófica,solo tengo esta voz mía dentro de mi cabeza maquinando estas aseveraciones sin sentido y sin propósito; pero no tengo nada más, mi mente fabrica todas estas ideas por sí misma, no la puedo parar, pero no puedo hacer nada más, dejo que mi mente de rienda suelta a todo esto; mientras pasa todo esto, trato de acostumbrarme a ese destello radiante y cegador, no me queda de otra, tengo que saber que pasa, tengo que tener noticias del mundo, pero solo tengo eso, esa luz, ¿qué será?, ¿acaso es la luz que sirve de antesala a la muerte?, según se dice, antes de morir ves una luz, no sé de qué tipo, color, etc., pero ves una luz, ¡por Dios, estoy muerto! No, no, no, no, no, ¿¡por qué!?¿Por qué ahora y en este momento? ¿Por qué ahora que no sé quién soy, de donde provengo, ni mi nombre, ni mi edad, ni mi aspecto físico, ni dónde está mi familia, esposa, hijos, si es que fuera el caso de que tuviera?

Era el peor momento para estar con Dios, si es que iba al cielo, o en el peor de los casos, iría al infierno, no, no quería eso, no quería aceptar la realidad, no estaba de acuerdo con todo eso, pero no me quedaba de otra, yo no puedo manejar todo esto, no lo controlo; Dios es quien controla todo, él es el dueño de todo, todo lo que pasa en el mundo es obra y acción de él y de nadie más, no puedo contradecir su voluntad, no puedo hacer nada que vaya en contra de sus planes. Sin más, me relajo, acepto lo que me tiene deparado el destino, o lo que sea que me esté pasando. Ya me acostumbre a esa visión, blancuzca y adolorida, a lo mejor estoy en una dimensión, desconocida y profunda, en el que mi mente ha adquirido una

tranquilidad apabullante para filosofar a mas no poder, pero por el lado negativo comienzo a desesperarme, incluso ya me estoy cansando, siento un leve dolor en mi mente; y pienso dormir, tal vez más adelante ocurriría un cambio, tal vez es un sueño muy raro y exasperante; tal vez me despertaría muy aliviado y contento de que esa pesadilla terminara, reiría y se lo contaría a mí a mi familia o  esposa o hijos, sea lo que sea que tuviera.

Entonces me relajo, por primera vez me contento  y me pongo feliz, tengo la extrema sensación de que todo se arreglara y volverá a la normalidad, me llego la esperanza de que podría volver a ser feliz. Entonces cerré los ojos, quería apagar mi mente, solo así lograría conciliar el sueño, quería dejar de pensar, al cabo me había abordado la tranquilidad antes producida; deje la preocupación, me comencé aburrir, mi cabeza se calentó levemente, mis parpados parpadearon lenta y suavemente, por fin dejaría aquella dimensión, aquella visión, aquel vacío en el que me sumía.

II

Aaah, no dure nada, inmediatamente despierto y ¿qué es esto?, es la misma luz, es la misma condenada luz, no puede ser, ¡no era un sueño!, no lo puedo creer, ¿entonces qué es esto, donde estoy, a donde me fui? Lo quiero saber de una vez por todas, sea lo que sea, quiero una respuesta o una solución, no puedo estar todo el día así, o por el tiempo indefinido en que se prolongue esta situación o estado en el que me encuentre, tengo que hacer algo, tengo que hacer cualquier cosa para obtener mi libertad y conocimiento de las cosas.

Primero intento mover mis extremidades, siento que la sangre corre por mi cuerpo, siento una sensación como si fuera una descarga eléctrica por todo mi cuerpo, pero no obtengo respuesta, nada se mueve, me pregunto sin aún tengo mis brazos, mis pies, mis dedos, pero ahora ya no se; acto seguido intento mover mi cabeza, siento lo mismo que hace unos momentos, ¡pero me duele!, ¡oh por Dios!, me duele levemente mi cabeza, siento una punzada en la parte de atrás, en la nuca, ¡que felicidad, siento dolor, tengo sensaciones!, no estoy muerto, de eso no hay duda, ¡estoy vivo!; ahora si estoy verdaderamente contento, ahora me embarga otra sensación, quiero llorar, siento que me quieren salir lágrimas, muchas lágrimas, siento que algo corre por mi cabeza a rápida velocidad y finalmente siento en la bolsa de mi ojo izquierdo una cálida, pero a la vez refrescante lagrima. No hay duda, estoy más que vivo, pero tengo sensaciones de malestar por todo mi cuerpo, no puedo mover absolutamente nada, la cabeza es lo que más me duele al intentar moverla, aunque no la mueva, un leve dolor crece y aumenta exponencialmente, la dejo en paz, ya no hago el más pobre movimiento.

Siento como mi nariz exhala e inhala, siento como bocanadas de aire entran y salen de las fosas nasales, es una gran sensación, aunque algo fuerte, pero en eso algo más se mueve, algo viscoso, delgado y pesado a la vez, es mi lengua, la comienzo a mover de un lado a otro, toco mis diente, el paladar, las mejillas; obviamente intento articular algunas palabras, me detengo, me duele la quijada, pero después de un lapso de reposo, me aventuro a tratar de formar una palabra o de una vez una oración completa: -aaau…aauu…aauxi…¡auxilio!-. Me siento exhausto después de eso, pero me sentí aliviado de saber que tengo el recurso del habla y que me serviría para saber en qué situación me encuentro o ya de plano que alguien me rescatara de aquello. Al sentir que mi quijada se había acostumbrado a ello, me atreví a seguir implorando: -¡auxilio, auxilio!.....¡¡Que alguien me ayude!!-.

III

Todo se me aclara, la luz se hizo más delgada y su brillo más tenue y delgado; y su dirección oblicua, ya no me da directamente, por lo que puedo distinguir mi entorno mejor, a lo lejos, como a unos 10 metros note una gran abertura casi perfectamente circular y llena de luz; y todo un conducto pedregoso grisáceo y mohoso, que conducía hasta donde yo estoy por fin puedo observar el cielo, coloreado de anaranjado por el atardecer y sus nubarrones bastante oscuros y amorfos, también mis oídos se prenden y agudizan, escucho como unos matorrales grandes y verduzcos que se asoman por la abertura y se mueven junto con el movimiento del viento, así también observo como una parvada de pájaros revolotean en el firmamento; simplemente me gusta. Al vivir todo esto, recobro mis ganas por salir y seguir adelante. Mi única herramienta es la voz y la puse a trabajar.

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