Ensayo De La Entundada

Adalberto Ortiz en esta historia relata antiguas creencias que solían ser unas advertencias las cuales eran utilizadas para asustar a los pequeños niños de la época en la cual se desenvuelve este cuento. La entundada es una historia muy hermosa y creativa de este gran autor ecuatoriano.

Esta nos induce a conocer más de las tradiciones que se ponían en práctica en aquellos tiempos en que los negros de la región temían a muchas leyendas.

Narra la historia de una niña llamada Numancia que desapareció de su casa sin dejar huella, lo cual produjo una búsqueda intensa de sus parientes, y desencadenándose una serie de acontecimientos a lo largo de este trayecto, su historia termina de manera dramática en la cual su padre demuestra total desamor hacia la niña que desconsolada salió de su casa para nunca más volver.

Desarrollo:

Este personaje es una especie de ánima en pena que se lleva a los niños que muchas veces no hacen caso a sus padres y son engañados con este cuento.

Esta historia narra la desaparición de Numancia niña de 14 años que sale de su hogar en busca de unos pavos, animales un poco torpes para regresar al gallinero donde tenían acostumbrado dormir, y que producto de esta acción es secuestrada por la tunda que se la lleva lejos de su hogar .

Entonces empieza la búsqueda de esta hermosa niña de piel color melcocha, sus parientes muy preocupados de la desaparición inician un seguimiento de la tunda para lograr encontrar a Numancia, las personas que salen a buscarla son su padre, Rodrigo, Pedro el peón. Su padre salió con una carabina y un machete, y 5 perros para rastrearla, llevando una muda de ropa precaviendo en algo el tiempo que se tardarían.

Numancia era una chica con aspecto inocente, poco observadora, eran las descripciones que tenían de ella los que la conocían, razón por la cual la tunda al ver que se estaba convirtiendo en una linda mujer, se la llevó.

Empezaron a buscar y a preguntar a los vecinos más cercanos del lugar donde desapareció, para proseguir en las fincas, a lo cual recibieron respuestas negativas sobre el nuevo hecho de la tunda.

Durante el trayecto fueron recorriendo un río al cual le preguntaron si había visto a Numancia pero su contestación fue que la tunda huye de los lugares muy profundos, ya que prefiere arroyos en donde le resulta más fácil atrapar con sus garras peludas camarones y peces para alimentar a sus víctimas.

Al siguiente día empezaron a preguntar por Numancia a las lechuzas, los monos y los loros pero siempre recibían respuestas vagas sobre la niña, luego siguieron un poco más adelante durante el recorrido inquirieron a las plantas la cual le respondieron que si habían observado a la niña con la tunda lo cual fue comunicado a los acompañantes en la búsqueda quienes se burlaron alegando que las plantas no hablan, retirándose a dormir en los árboles para continuar mañana.

Al día siguiente continuaron su búsqueda encontrándose con una serpiente quien les dijo con un silbido, que había visto a Numancia bañándose desnuda en el río custodiada por la tunda.

Siguiendo su trayecto encontraron la laguna de la que comento la serpiente, encontrando un pedazo de la blusa de color lila que llevaba Numancia el día que desapareció.

Este momento fue muy emotivo para el papá de la niña, empezó a llorar y sus acompañantes entristecieron mucho al ver esta situación. No dieron su brazo a torcer y siguieron alimentando la esperanza de que Numancia este viva continuando con la búsqueda por un largo tiempo más, y poco a poco fueron curando el vacío que ella había dejado en su hogar y en el alma.

Jamás pensaron que Numancia regresaría a su casa, pero la sorpresa fue inmensa al verla llegar en una canoa con un mal aspecto, pero siempre con su belleza natural, descalza y mal vestida, se acercó a la casa

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