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Estructura Del Ensayo


Enviado por   •  10 de Marzo de 2015  •  1.095 Palabras (5 Páginas)  •  210 Visitas

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El Ensayo Académico

La escritura es una actividad fundamental en la educación. Sin ella los conocimientos no pueden verificarse y tampoco transmitirse.

En el transcurso de la vida académica, los estudiantes deben aprender a leer y a escribir diversos tipos de textos que los habilitarán para un desempeño profesional posterior, entre ellos, el ensayo.

Este género consiste en “exponer el análisis de una problemática a partir de la complementación o el contraste de diversas fuentes, en función de ejes temáticos específicos. Esta comparación puede realizarse en distintos niveles. (...) pueden vincularse posicionamientos teóricos diferentes en torno a un fenómeno o a una problemática; o bien pueden establecerse relaciones entre textos, esto es, entre dos o más fuentes bibliográficas específicas” (Zunino y Muraca, 2012, p.62).

El ensayo académico posee –claramente- una dimensión argumentativa, porque el autor construye una versión del tema que aborda, pues estructura el texto en función de una tesis, organiza la información de modo tal que esta quede respaldada y sea válida y –a lo largo de ese proceso- emite juicios, es decir, argumenta.

Por otro lado, el registro que utiliza este género exige el uso de un vocabulario culto formal y el claro predominio de la tercera persona, como estrategia del enunciador para producir un efecto de objetividad.

I. Organización de un ensayo: partes

1. La introducción o exordio

Tiene como función anticipar el texto que se desarrollará. De esta manera, se generan expectativas en el lector y se orienta la lectura. Para esto, se presenta el tema general que se abordará y el aspecto específico en que se centrará el análisis.

Además, aquí se:

1. plantea la tesis que se intentará justificar;

2. da cuenta de las lecturas realizadas, fuentes consultadas o teorías analizadas (“se abordarán las posturas de...”; “se expondrán las teorías de...”);

3. establecen los objetivos (mediante verbos en infinitivos: “analizar”, “comparar”, “responder”, “abordarán”, etc.);

4. suele –si es el caso- explicitar el contexto en el que se lleva a cabo el ensayo o estudio, justificando su pertinencia;

5. anticipa la organización del texto, señalando al lector la forma en que se ha estructurado el análisis (“en primer lugar se abordará...; en segundo lugar, se analizará...”; “por una parte, se compararán...y, por otro, se indagará...”).

Los párrafos que más se adecuan al propósito de esta parte son los de enumeración, de síntesis y de frases breves.

2. El desarrollo o cuerpo

Esta es la parte central del trabajo. Se divide en parágrafos de acuerdo con los ejes en que se organiza el análisis.

En cada párrafo se presenta el aspecto que se analizará y, luego, se exponen los argumentos. Esto implica que, aparte de enunciarlos, estos sean respaldados con la bibliografía. La idea es que haya confrontación o complementación de las fuentes.

Los argumentos pueden ser presentados independientes de los contraargumentos, en un solo párrafo (dependiendo de la naturaleza de ellos y de la extensión del ensayo); luego, en otro, solo los contrargumentos, en correlación con su respectivo argumento; o bien, argumento-contrargumento. Lo fundamental es que la línea argumentativa sea clara y diferenciada, en congruencia con la tesis y que estén tales aspectos vinculados en la conclusión. Eso le dará coherencia al texto.

Enriquece el ensayo si se plantean relaciones entre conceptos, teorías y/o autores, así como también si se incluyen precisiones y distinciones conceptuales que permitan darle más profundidad, claridad y fuerza a la línea argumentativa. Para ello, se utiliza la definición, ejemplificación o inclusión de citas. En el caso de estas, el autor emplea estrategias de ‘delegación de la responsabilidad enunciativa’, como la reformulación del texto fuente por medio del estilo indirecto o la reproducción de la fuente por medio de la cita en estilo directo. Ha de recurrirse, para estos efectos, a verbos que se refieren a la enunciación, tales como “afirmar”, “sostener”, “plantear”, o bien, a construcciones preposicionales: “según Scheler”, “para Rousseau”. En cualquier caso, las afirmaciones que se hacen en relación con las posturas de los autores requieren justificación,

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