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Figuras Retoricas


Enviado por   •  20 de Octubre de 2012  •  1.973 Palabras (8 Páginas)  •  540 Visitas

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FIGURAS RETÓRICAS

DEFINICIÓN.

Entendemos por figura retórica toda modificación del uso normal y corriente del lenguaje; para que dicha modificación se considere realmente como una figura retórica debe obedecer al propósito de alcanzar una expresión innovadora y atrayente. Las figuras aparecen, sobre todo, en el ámbito del lenguaje literario, lo cual no significa que sólo podamos encontrarlas en él. Tanto en el uso cotidiano como en los distintos lenguajes especializados es posible hallar un inventario rico y variado de figuras; algunas de ellas se utilizan casi inconscientemente; otras son deliberadas, y responden a los más diversos propósitos: la persuasión (en el mundo de la publicidad), la necesidad de captar rápidamente la atención del lector y de saber mantenerla (en el periodismo), el afán de crear un efecto estético (en la literatura), etc.

El término retórica procede del latín rhetorica, el cual, a su vez, procede de una palabra griega que significa “el arte de la elocuencia”, es decir, el arte de hablar bien en público y de convencer a la audiencia. Para cumplir este propósito, el rhetor, es decir, el orador, debía conocer y emplear correctamente una serie de recursos que, en su mayor parte, coinciden con lo que actualmente denominamos figuras. En su aplicación contemporánea al terreno de la literatura la retórica se ocupa de estudiar aquellos recursos expresivos que permiten al escritor conseguir los fines que en cada caso se proponga, y que pueden ser muy diversos: persuadir, enseñar, entretener, emocionar, crear belleza, etc.

A la hora de analizar una determinada figura retórica no basta con identificarla, sino que es preciso valorar y explicar la importancia y significación que dicha figura alcanza en un texto concreto. El objetivo que tenemos que perseguir no es, no debe ser, la confección de una lista o inventario inconexo y deslavazado de recursos retóricos, sino la adquisición de la capacidad para determinar en cada caso el significado de una figura, es decir, para explicar qué función desempeña o qué efecto artístico produce, y por qué ha sido utilizada por el autor. Debemos tener en cuenta también ciertas normas de sentido común: en primer lugar, señalar aquello que es importante y no lo que es accesorio e insignificante; no hay que obsesionarse con la identificación de aquellas figuras que en cada caso se conocen mejor, porque tal actitud sólo conduce a la aparición de errores mayúsculos. Ocurre también con mucha frecuencia que en un mismo fragmento (sintagma, oración o verso) coinciden dos, tres, cuatro e incluso más figuras a un mismo tiempo; ser capaz de indicarlas todas es prueba de madurez y sensibilidad, pues el texto literario es un conjunto dotado de múltiples sentidos y trabajado con esmero por el autor. Por último, téngase en cuenta que, aunque las definiciones estrictas y "académicas" de las figuras no importan tanto como su identificación y análisis, el alumno está obligado a conocer la terminología y a aplicarla con acierto.

Para un mejor entendimiento y aprendizaje de la gran variedad de figuras existente, podemos clasificarlas según ciertas categorías: figuras de posición, de repetición, de amplificación, de omisión y de apelación. Un grupo aparte lo constituyen los tropos, cuyo rasgo característico es, frente al resto de figuras, la aparición de cambios de significado en los elementos lingüísticos empleados.

CLASES DE FIGURAS RETÓRICAS.

1. FIGURAS DE POSICIÓN.

El criterio que distingue estas figuras es el cambio o la ruptura del or-den normal de los elementos que componen una oración. Hay que ser especialmente cuidadoso a la hora de identificar este tipo de figuras, ya que en castellano el orden de las palabras es muy flexible, y admite muchas combinaciones que a menudo tienen muy escasa -o ninguna- relevancia expresiva (tan correcto es decir "Juan juega con sus amigos en el parque" como "En el parque juega Juan con sus amigos" o "Con sus amigos en el parque juega Juan"). Se distinguen dos grupos de figuras de posición.

1.1. POR RUPTURA DEL ORDEN REGULAR

DE LOS ELEMENTOS DE LA ORACIÓN.

1.1.1. Anástrofe: consiste en la inversión en contacto de dos elementos sucesivos de la oración, que pueden ser sujeto y predicado, verbo y complemento, sustantivo y atributo. Hay que tener en cuenta que en castellano la posición de las palabras es muy libre, y por tanto deberemos ser cuidadosos con la identificación de esta figura; por otro lado, en muchos casos apenas se distingue del hipérbaton (en realidad, no sería erróneo considerar la anástrofe como una mera variedad del hipérbaton).

Era del año la estación florida

(Luis de Góngora. El orden normal sería "Era la estación florida del año". El sujeto y su complemento determinativo han variado sus posi-ciones respectivas)

Colgate el mal aliento combate

(anuncio de dentífrico; en este caso se ha variado el orden -objeto di-recto+verbo en vez de verbo+objeto directo- para favorecer el sonsonete publicitario).

1.1.2. Hipérbaton (el plural es hipérbatos): consiste en la separación de dos elementos sintácticamente unidos mediante la intercalando un elemento ajeno de una o más palabras, que normalmente no corresponde a esa posición. Debido a la libertad de posición en castellano tendremos que tener cuidado al señalar esta figura; en todo caso, el hipérbaton será tanto más claro cuanto más fuerce el orden habitual.

Quien quisiere ser culto en sólo un día

la jeri (aprenderá) gonza siguiente...

(Francisco de Quevedo)

Inés, tus bellos, ya me matan, ojos,

y al alma, roban pensamientos, mía,

desde aquel triste, en que te vieron, día,

con tan crueles, por tu causa, enojos

(Lope de Vega)

Una variante del hipérbaton es la tmesis, que consiste en la separa-ción de una palabra mediante intercalación de otros elementos sintácti-cos, que se introducen entre las dos partes de la palabra. El primer ejemplo de hipérbaton (Quevedo) es también un ejemplo de tmesis.

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