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Fortalezcamos nuestra confianza en Jehová


Enviado por   •  24 de Marzo de 2015  •  1.981 Palabras (8 Páginas)  •  435 Visitas

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Fortalezcamos nuestra confianza en Jehová

Se está tramando un asesinato. Los altos cargos del país han acordado presentar una proposición de ley mediante la cual cuantos participen en un culto no aprobado por el gobierno incurran en la pena capital.

¿LE RESULTA familiar el relato supracitado? La historia humana está repleta de casos de individuos que instituyeron el abuso por decreto. El suceso antes mencionado tuvo lugar en el Imperio persa en los días del profeta Daniel. La ley que promulgó el rey Darío estipulaba lo siguiente: “Quienquiera que haga una petición a cualquier dios u hombre, por treinta días, excepto [al] rey, sea arrojado en el foso de los leones” (Daniel 6:7-9).

¿Qué haría Daniel ante esa amenaza de muerte? ¿Continuaría confiando en su Dios, Jehová, o transigiría al acatar el mandato del rey? El relato continúa: “Daniel, tan pronto como supo que el escrito había sido firmado, entró en su casa, y, las ventanas de su cámara del techo estando abiertas para él hacia Jerusalén, hasta tres veces al día se hincaba de rodillas y oraba y ofrecía alabanza delante de su Dios, como había estado haciendo regularmente antes de esto” (Daniel 6:10). El resto de la historia es muy conocido. Debido a su fe, Daniel fue arrojado a la guarida de los leones, pero Jehová ‘les tapó la boca’ y rescató a su fiel siervo (Hebreos 11:33; Daniel 6:16-22).

Tiempo de autoexamen

En la actualidad, los siervos de Jehová viven en un mundo hostil sometidos a numerosos peligros que comprometen su bienestar físico y espiritual. Por ejemplo, muchos Testigos han muerto víctimas del estallido del odio racial en algunos países. Y por todo el mundo han afrontado escaseces de alimento, apuros económicos, desastres naturales, enfermedades graves y otras situaciones que amenazan su vida. Además, han encarado persecución, presiones en el trabajo y diversas tentaciones de incurrir en conducta inapropiada, lo cual pone en peligro su espiritualidad. De hecho, el gran Adversario, Satanás, está empeñado en eliminarlos por cualquier medio que le dé resultado (1 Pedro 5:8).

¿Qué hacer ante tales circunstancias? Aunque es normal sentir temor cuando nuestra vida peligra, tengamos presentes las tranquilizadoras palabras del apóstol Pablo: “[Jehová] ha dicho: ‘De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé’. De modo que podemos tener buen ánimo y decir: ‘Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?’” (Hebreos 13:5, 6). Podemos estar seguros de que Jehová piensa lo mismo de sus siervos de la actualidad. Sin embargo, una cosa es conocer su promesa y otra muy diferente estar convencidos de que actuará a favor de nosotros. Por lo tanto, es de capital importancia que examinemos la base sobre la que descansa nuestra confianza en él y que hagamos lo necesario para fortalecerla y mantenerla. Al hacerlo, “la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará [nuestros] corazones y [nuestras] facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:7). Entonces, cuando se presenten las pruebas, seremos capaces de pensar con claridad y afrontarlas sabiamente.

La base para confiar en Jehová

Sin lugar a dudas, tenemos muchas razones para confiar en nuestro Creador, Jehová. La primera es el hecho de que es un Dios amoroso que cuida genuinamente de sus siervos. Existe un sinnúmero de ejemplos bíblicos que atestiguan el trato amoroso que les dispensa. Moisés describió la relación de Jehová con su pueblo, Israel, en estos términos: “Vino a hallarlo en una tierra de desierto, y en un desierto árido, vacío y aullador. Se puso a rodearlo, a cuidarlo, a salvaguardarlo como a la niña de su ojo” (Deuteronomio 32:10). En tiempos modernos, Jehová sigue cuidando bien de sus siervos, tanto a nivel colectivo como individual. Por ejemplo, cuando algunos Testigos sufrieron una grave escasez de alimentos durante la guerra civil de Bosnia, Jehová se aseguró de que recibieran los suministros que necesitaban mediante sus hermanos croatas y austriacos, quienes con valor arriesgaron la vida transportando ayuda humanitaria a través de territorio extremadamente peligroso.*

Puesto que Jehová Dios es el Todopoderoso, es indudable que puede proteger a sus siervos en cualquier circunstancia (Isaías 33:22; Revelación [Apocalipsis] 4:8). Incluso cuando permite que algunos prueben su fidelidad hasta la muerte, todavía los sostiene y los ayuda a permanecer íntegros, haciendo posible que se mantengan firmes, gozosos y tranquilos hasta el mismo fin. Por eso, tenemos la confianza del salmista que escribió: “Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias. Por eso no temeremos, aunque la tierra sufra cambio y aunque las montañas caigan tambaleantes en el corazón del vasto mar” (Salmo 46:1, 2).

La Biblia también muestra que Jehová es un Dios veraz, lo que significa que siempre cumple sus promesas. De hecho, dice que “no puede mentir” (Tito 1:2). Ya que Jehová ha reiterado vez tras vez que está dispuesto a proteger y salvar a sus siervos, podemos estar absolutamente convencidos de que no solo puede, sino quiere cumplir sus promesas (Job 42:2).

Cómo fortalecer la confianza

Si bien tenemos buenas razones para depositar la confianza en Jehová, no debemos darla por sentada, pues el mundo en general evidencia poca fe en Dios, y semejante actitud puede fácilmente debilitar nuestra confianza en él. Por consiguiente, debemos luchar con empeño para fortalecerla y conservarla. Jehová es consciente de ello y nos suministra los medios necesarios.

En primer lugar, nos ha proporcionado su Palabra escrita, la Biblia, que recoge numerosos hechos poderosos que ejecutó a favor de sus siervos. Pensemos por un momento, ¿cuánta confianza nos inspira alguien de quien solo conocemos su nombre? Probablemente muy poca, por no decir ninguna. Para confiar en alguien, hemos de conocer su manera de proceder, ¿no es verdad? A medida que leemos y meditamos sobre los relatos bíblicos, aumenta nuestro conocimiento de Jehová y sus caminos maravillosos, y apreciamos cada vez más lo confiable que es. De ese modo, se fortalece nuestra confianza en él. El salmista dio un magnífico ejemplo cuando en una ferviente oración dijo: “Me acordaré de las prácticas de Jah; pues ciertamente me acordaré

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