ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Gracias. Era el final de uno de esos días calurosos de verano

IGenisEnsayo31 de Mayo de 2017

966 Palabras (4 Páginas)238 Visitas

Página 1 de 4

Gracias.

Era el final de uno de esos días calurosos de verano, me encontraba tendido sobre la cama, preguntándome a mí mismo sobre lo que había hecho ese día.

Todo empezó muy temprano, ayudaba a mi madre con los quehaceres de la casa, ella nunca me lo pedía, no teníamos buena relación, sin embargo, siempre hacía lo posible para que ella no se molestara conmigo; las peleas eran frecuentes, realmente fue algo muy raro cuando escuche un “gracias” saliendo de sus labios, era algo demasiado surrealista, algo que no creí que pasaría y menos por estas fechas. La sonrisa se dibujó sola sobre mi rostro, el día no podía haber comenzado de mejor manera, algo era diferente, la sentía diferente.

Iba caminando rápidamente, puesto que se me había hecho un poco tarde para ir a la escuela, me tocaba examen a primera hora y había sido otra madrugada sin dormir, me cuesta trabajo hacerlo, las pesadillas me levantan por las noches y en seguida siento como se deslizan las lágrimas por mis mejillas; no era momento para pensar en eso, sí, tenía que concentrarme en las ecuaciones que había repasado, tengo que sacar buenas notas para no hacer enojar a mi madre. No pude evitar detenerme al ver a ese cachorrito, temblaba, no sé si de hambre o de miedo, me sentí con la necesidad de compartirle de mi almuerzo, ha de ser muy duro tratar de sobrevivir en las calles sin que nadie te extienda la mano, ha de ser demasiado difícil estar solo, aunque mi realidad no está muy alejada de ese perrito, yo también estoy solo. Continúe mi camino y sólo regresé la mirada para ver como el cachorro sacudía su cola mientras ingería algo.

Llegué a tiempo a la escuela, no sé cómo lo hice, pero aquí estoy, el profesor sigue sin llegar y los demás se encuentran un poco inquietos, dicen que el examen va a estar complicado, no lo creo así, estuve estudiando toda la noche y sé que nuevamente sacaré nota perfecta. Un compañero con el que nunca hablo, se acercó a mí, seguramente me pedirá que le pase la copia, no voy a hacerlo, detesto que sólo se acerquen a mi cuando necesitan algo. Siempre estoy solo.

El maestro entra al salón con las hojas en la mano, me siento al frente para evitar que logren copiarse de mí. Terminé el examen rápido, sólo tenía que esperar otras 7 horas para regresar de nuevo a mi cuarto, me sentía más cómodo dentro de mi habitación, me sentía seguro estando ahí.

Terminaron las clases, estaba saliendo de la escuela, iba caminando por el parque cuando me encontré con Sophia, no creía lo que estaba pasando, la conozco desde que íbamos juntos en la secundaria, solíamos ser amigos hasta que se cambió de escuela en tercero. Recuerdo que siempre salíamos y nos divertíamos demasiado, más que amigos, ella en realidad me gustaba, pero todo cambio cuando… Supongo que ella me hubiera rechazado. Me volteó a ver y me sonrío, le devolví la sonrisa por inercia, tal vez los recuerdos que pasaron por mi cabeza en ese momento ayudaron para que pudiera hacerlo, no recuerdo cuando fue la última vez que sentía un poco de felicidad dentro de mí, en serio me sentía contento por verla. Vi que se estaba acercando, lucía demasiado hermosa. Me quedé paralizado, no sabía qué hacer.

-. Hola. - Fue lo primero que le escuché decir. Me costó un minuto para poder abrir la boca y responderle con el mismo saludo, ella soltó una risita que me pareció de lo más dulce, continuó la plática al darse cuenta que me sentía nervioso. - “Llevábamos demasiado tiempo sin hablar, ¿cómo has estado?”. – fue lo que dijo. Teníamos más de 3 años sin saber nada el uno del otro, ¿Ya habían pasado tres años? Me pregunté. – “bien”. – le respondí, aunque sabía que no era verdad, no creo que se diera cuenta que estaba mintiendo, las personas tienden a mentir acerca de lo que sienten, aparte, no es como que ella se acercará a mí, después de tanto tiempo y comenzaríamos a ser los mejores amigos como lo fuimos cuando teníamos trece. – “Me alegra tanto verte”. – prosiguió. – “No sé qué pasó contigo, simplemente desapareciste”. – Sí, eso hice me contesté. – “Le pregunté a los demás de ti, me contaron lo que había pasado, quise llamarte, pero me di cuenta que el número de tu casa ya no era el mismo”. – Claro que no es el mismo, no podíamos permanecer en esa casa, era lo que pasaba por mi mente – “Yo estaba lejos cuando todo pasó, en serio que me hubiera gustado estar contigo, no me imaginó por todo lo que pasaste”. – Me decía, mientras notaba como sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, yo quería hablar, quería decirle como me sentía, pero tenía una sensación extraña, era como si mis labios se sellaran, no podía decir nada. – “En serio perdóname, intenté comunicarme, hice lo posible, pero no pude hacer nada… Di algo, no te quedes callado, seguramente me odias, seguramente pensaste que no me importabas, me importas mucho, irme no fue mi decisión, ¡quería regresarme!, ¡quería ayudarte!, ¡quería estar contigo!”. – Comencé a llorar sin darme cuenta, ella me abrazó y me sentí tranquilo, no podía decir nada.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (6 Kb) pdf (60 Kb) docx (12 Kb)
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com