Era una hermosa mañana de verano
Lauu MorantesTarea17 de Febrero de 2018
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Era una hermosa mañana de verano, el viento de agosto soplaba por todo la playa las olas del mar iban y venían. El mar estaba claro y transparente. Las aguas del mar y el inmenso azul del cielo se confundían a la distancia, en la playa de pie con sus ideas y su lancha pesquera se alistaba un joven para empezar su día de trabajo, era Martin un muchacho que apenas ayer había cumplido sus 18 años, era apuesto, sus inmensos ojos azules hacían juego con el mar y el cielo, su hermosa cabellera rubia semejante a los rayos del sol, su piel era blanca aunque tostada por el sol y la brisa.
Era un muchacho muy trabajador y responsable, su madre y su hermana económicamente dependían de él, él había tomado las riendas de su hogar hacía dos años su padre había muerto y desde entonces él era el sustento para su familia, su madre y su hermana era su vida, su hermana mayor que él era físicamente el retrato de su hermano, su madre una mujer de unos 45 años, también blanco y con sus ojos azules en sus rostros se notaba la pobreza material, por el fondo de aquellos ojos azules se leía la nobleza de sus espíritus, vivían en una choza cerca a la playa estaba construida por guaduas y su techo de paja pero reinaba la limpieza y estaba adornada por un hermoso y florido jardín, Doña concha como se llama la madre de Martin era modista, pues diseñaba ella misma los vestidos ayudada por su hija Nieves, la cual también cosía a la humilde gente que vivía en aquel lugar, Nieves también en días festivos y fines de semana vendían en la playa comida chatarra que ella misma cocinaba como empanadas, pasteles de pollo pescado y pescado frito.
Era un humilde hogar pero allí se notaba el amor por todas partes, Martin pesco hasta el mediodía, llego a su choza con las redes llenas de pescado, saludo a su madre y a hermana después de almorzar las tres se dieron una siesta cada uno en su hamaca, charlaron un rato y luego se quedaron dormidos. Ya era las tres de la tarde cuando los despertó una dulce voz que decía: esta es la choza de Martin, los tres se pusieron de pie de un salto y los ojos azules de Martin se encontraron con unos ojazos de color miel de una hermosa chica, su cabellera negra cubría su espalda, su rostro era divino, su boca roja deja ver una perfecta dentadura blanca media 1.60, ella aparto los ojos de ella de los ojos de Martin, se venía vestida con prendas finas, parecía una visión de una ángel caído del cielo; dijo Martin : tendría 15 años la hermosa criatura; la hermosa criatura contesto , y este igualado quien es un pescador que huele a pescado ¡Qué asco! Qué asco me da la pobreza, que fastidio, ¿ustedes viven aquí? - ¡Sí! Le contesto Martin sin bajar los ojos y sabe señorita me siento muy orgulloso; son ustedes animales y haciendo gestos y modales de menos precio pero en fin he llegado porque mi padre está interesado en comprar unos pescado, los mejores y me recomendaron los suyos animal, Martin sitio que la sangre se le subía a la cabeza, por tanta humillación y dijo a la señorita : respete señorita, que nosotros somos persona y muy honorables, la señorita se hecho a reír y dijo: honorables, esos piojosos cuidado me roban y mostraba sus joyas las cuales llevaba puesta; entonces Martin la cogió fuertemente por el brazo y le dijo piojosa será usted porque si a usted no la han enseñado a respetar yo le enseño; la joven escupió a Martin en la cara y le decía: me fastidia la pobreza, ¡que fastidio! Martin le dijo fuera de aquí la que da asco y fastidio es usted, la muchacha bofeteo a Martin en la cara y le dijo: igualado es usted pobre y los pobres son menos que nosotros los ricos, porque sabe, mi familia tiene muchísimo dinero, mi padre con solo mover un dedo lo mandaría a usted con su familia al fondo del mar, para que sirvieran de banquete a los tiburones. Entonces Doña Concha intervino y dijo: ¿pero qué te hemos hecho nosotros para que vengas aquí tan agresiva? , en fin tú eres una niña tan rica y que haces aquí con estos animales como nos llamas. La muchacha le dijo esta si es igualada como se atreve hablarme a mi así de ese modo, usted no sabe con quién se está metiendo le voy a contar a mi padre.
Martin le dijo:
Que miedo tengo mira que estoy temblando.
Entonces Nieves dijo:
Ya por favor hablen como personas civilizadas, haber señorita que la trajo hasta aquí.
Muchacha:
Mi papa necesita pescado y recomendaron a este animal.
Nieves no hizo caso al vocabulario de la muchacha y ¿dónde está tu papa?
Ella le dio la dirección y antes de irse escupió a Martin. Martin trato de agarrarla, pero Nieves lo tomo de la mano y le dijo cálmate no hagas caso es solo una malcriada y grosera. Más tarde Martin busco la dirección y sus azules ojos miraron deslumbrados la hermosísima mansión y pensó esta es la vida que se merece mi familia. Tímidamente toco el timbre y le abrió un anciano que le dijo que desea joven, el muchacho le explico y el anciano le dijo espera yo llamo al patrón, el anciano se alejó y Martin se dijo cómo es posible que tengan este anciano trabajando, gente sin corazón. Al rato volvió el anciano y condujo a Martin a un salón era maravilloso todo lo que había dentro.
Espera aquí le dijo, Martin observaba maravillado.
Era una hermosísima mansión estaba sumergido en sus pensamientos cuando una voz ronca lo sacudió – buenas tardes le dijo: era un hombre muy elegante vestido, unos 60 años serio y muy arrogante, Martin sin bajar la mirada le contesto:
Buenas tardes señor usted me dirá que necesito.
El hombre le dijo: me dijeron que usted vende el mejor pescado y necesito el mejor para el próximo sábado tengo una fiesta aquí en mi casa y quiero ofrecer a mis invitados un delicioso plato.
Martin contesto: cuente con ellos, tendrá usted el mejor pescado, Martin se despidió y dio la vuelta para irse pero el hombre lo detuvo y le dijo necesito para ese día quien trabaje, les pagare bien, Martin le dijo si le sirve mi mama y mi hermana y yo podemos trabajar, él le contesto, cuento con ustedes, efectivamente el sábado llego y Martin y su familia se dirigieron a la elegante mansión. Doña Concha y su hija Nieves se dirigieron a la cocina y Martin se fue para el salón, él seria unos de los meseros, les dieron uniformes cuando Leonela vio a Martin, que era así como se llamaba aquella altanera muchacha. Leonela sintió algo extraño en su corazón, estaba guapísimo. Los ojos de Martin se chocaron con los de Leonela, pero Martin la miro con desprecio no podía negar que la muchacha era muy hermosa pero era muy grosera y humillativa. Martin no le dio importancia pero Leonela cuando vio que Martin se quedó solo corrió hacia él y lo agarro fuertemente y lo beso, el joven sorprendido suavemente se separó de ella y sonriendo le dijo, ¡que pasa! La princesa besando al sapo, no dijiste que soy un animal.
Leonela le sonrió y le dijo, eres muy bello y serás mío esta noche.
Martin contesto: estás loca, aunque no podía negarse que aquella muchacha lo atraía pero tampoco quería caer en su juego, como era posible que días antes lo tratara como lo trato y ahora lo besara no podía creer y para él se dijo que estas señorita de plata si son bien raras una hora más tarde cuando la fiesta estaba e todo su resplandor, Martin tímidamente saco un viejo acordeón y se puso a tocar en un rincón del jardín, los invitados lo escucharon y pidieron al dueño de la casa que lo hiciera seguir al salón principal. Pero ellos querían escucharlo Don Pedro como se llamaba el papa de Leonela mando a llamar a Martin y lo invito para que tocara algunas canciones. Doña Paola como se llama la madre de Leonela, era una mujer de unos 40 años, una mujer muy bella y elegante exclamo ¡canta como los ángeles! En su rostro se podía adivinar la ternura y la nobleza de su alma que diferentes a su hija y su esposo. Leonela había heredado la soberbia de su padre y la belleza física de su madre, Doña Paola estaba feliz oyendo cantar a Martin y le pidió que cantara y ella lo acompaño.
Don Pedro discretamente la llamo y le dijo como puedes igualarte y cantar con ese pescador
La mujer le dijo eso no importa es un ser humano igual que tu e igual a todos nosotros y siguió por largo rato cantando con Martin los invitado bailaban y los escuchaban felices, Leonela es un rincón miraba con mucha malicia y en verdad se decía es un papacito. Martin de reojo miraba a Leonela que estaba bellísima se sentía atraído por ella, la fiesta estuvo muy buena, la comida deliciosa, los invitados se marcharon y la familia de Martin se colocó a recoger y hacer aseo, antes de irse eran las cuatro de la mañana y Martin se encontraba en el jardín haciendo aseo, de pronto de la oscuridad salió Leonela se le acerco y echándole los brazos al cuello le dijo Martin bésame y Martin se dejó llevar por la muchacha primero la beso tímidamente y luego se dejó llevar la pasión, en realidad aquella muchacha era muy bella dejaron que las caricias fueran más allá y bajo la luz de la luna y un lucero por testigo en aquel amanecer, Martin y Leonela hicieron el amor hasta el cansancio fue un derroche de amor y pasión, Martin y Leonela parecían tocar el cielo con las manos fueron millones de caricias y besos una entrega sublime y total, toda era mágico los grillos chillaban y los pájaros empezaron a cantar anunciando que vendría el nuevo día pero a ellos no les importo, siguieron en su idilio las luces del alba las sorprendieron en un rincón del jardín, de pronto una aguda voz los volvió a la realidad, era Don Pedro que estaba frente a ellos su cara roja por la rabia y sus venas hinchada, sus ojos brillaban como ascuas, Don Pedro no creía creer lo que veía, Leonela grito enfurecida, vístete y tu pescador vas a pagar caro lo que has hecho y acercándose a Martin le proporcionó una bofetada y luego le dio una patada, Martin como pudo se vistió, Don Pedro se marchó con Leonela, Martin se dirigió a la puerta cuando un hombre le apunto con una pistola y le dijo no se mueva, Martin se quedó quieto no sabía que decir. Los gritos de Don Pedro se oían por toda la casa el hombre seguía apuntando a Martin, Doña Paola apareció y no sabía que pasaba, la madre y la hermana de Martin ya se habían retirado,
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