HISTORIA DEL JEQUE
Forrest6 de Diciembre de 2011
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CUENTO DEL TERCER JEIQUE
“¡Oh sultán, jefe de los efrits! Esta mula que ves aquí era mi esposa. Una vez salí de viaje y estuve ausente
todo un año. Terminados mis negocios, volví de noche, y al entrar en el cuarto de mi mujer, la encontré
con un esclavo negro, estaban conversando, y se besaban, haciéndose zalamerías. Al verme, ella se
levantó, súbitamente y se abalanzó a mí con una vasija de agua en la mano; murmuró algunas palabras luego,
y me dijo arrojándome el agua: “¡Sal de tu propia forma y reviste la de un perro!” Inmediatamente me
convertí en perro, y mi esposa me echó de casa. Anduve vagando, hasta llegar a una carnicería, donde me
puse a roer huesos. Al verme el carnicero, me cogió y me llevó con él.
Apenas penetramos en el cuarto de su hija, ésta se cubrió con el velo y recriminó a su padre: “¿Te parece
bien lo que has hecho? Traes a un hombre y lo entras en mi habitación.” Y repuso el padre: “¿Pero dónde
está ese hombre?” Ella contestó: “Ese perro es un hombre, Lo ha encantado una mujer; pero yo soy capaz
de desencantarlo.” Y su padre le dijo: “¡Por Alah sobre ti! Devuélvele su forma, hija mía.” Ella cogió una
vasija con agua, y después de murmurar un conjuro, me echó unas gotas y dijo: “.¡Sal de esa forma y recobra
la primitiva!” , Entonces volví a mi forma humana, besé la mano de la joven, y le dije: “Quisiera que
encantases a mi mujer como ella me encantó.” Me dio entonces un frasco con agua, y me dijo: “Si encuentras
dormida a tu mujer, rocíala con esta agua y se convertirá en lo que quieras.” Efectivamente, la encontré
dormida, le eché el agua, y dije: “¡Sal de esa forma y toma la de una mula!” Y al instante se transformó en
una mula, es la misma que aquí ves, sultán de reyes de los efrits.”
El efrit se volvió entonces hacia la mula, y le dijo: “¿Es verdad todo eso?” Y la mula movió la cabeza
como afirmando: “Sí, sí; todo es verdad.”
Esta historia consiguió satisfacer al efrit, que, lleno de emoción y de placer, hizo gracia al anciano.
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