INFIEL INTEGRADORA 1

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INFIEL

INTEGRADORA 1

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INFIEL

Este no es un cuento como los que ya conocemos de amor y felicidad, este es un cuento de un hombre llamado Alfredo Torres, el cual se dedica a vender productos médicos a farmacias del área metropolitana de Monterrey; este es uno de las causas que originaron su divorcio y sus problemas que más tarde aparecerían. En su primer matrimonio él estuvo casado con Elena y de ese matrimonio nacieron dos niños los cuales llevan por nombre Alejandro y Amelia. A los 2 años de casados, Alfredo en sus labores diarias conoció a una mujer la cual lleva por nombre Bertha Esquivel de la cual se enamoró perdidamente y por obvia razón cometió una infidelidad carnal, de esa infidelidad carnal nació su tercer hijo el cual lleva por nombre Alberto.

Un día en el cual Alfredo y Bertha salieron a pasear con su hijo, Elena los sorprendió juntos y no dudo en pedirle el divorcio. Las palabras de Elena ante esta situación fueron:

-No quería creer que me estabas engañando, no quería creer esos chismes que me llegaban, yo aún te amo y con todo el dolor del mundo ahora me doy cuenta que es verdad (le da una cachetada).

Alfredo con toda la culpa del mundo en sí, no supo que decir y solo espero a que la cachetada llegara a él.

Elena no dudo en pedir el divorcio, el cual se le fue otorgado con una justa razón, el error de Rafael le saldría muy caro, ya que Rafael tiene que mantener a sus hijos hasta que cumplan 18 años o terminen su carrera profesional.

A pesar de que Rafael no viviera con sus hijos ellos lo querían mucho y cada que llegaba a ir a visitarlo le preparaban un pastel de chocolate, el cual es el preferido de Rafael.

Esto con el paso de los años fue cambiando y los niños cariñosos y amorosos se fueron y se convirtieron en unos hijos interesados solo por el dinero de su padre, ya que Rafael se había hecho de dinero gracias a su negocio de vender farmacéuticos en la ciudad de Monterrey.

Un día Rafael al estar con sus hijos, se percató de que se secreteaban y decían entre dientes:

• ¿A qué hora se va este señor?
• No lo sé hermana, pero ya me tiene harto.

Rafael al percatarse de estas acciones decidió ya no ir a visitarlos con la frecuencia con la que lo hacía al igual que decidió ya no darles tantos regalos como lo hacía en un principio.

Alejandro y Amelia al ya no recibir los regalos que su padre les daba decidieron hacer un plan en el cual se accidentarían y le pedirían dinero a su padre, pero ellos no contaban con que su padre estaba pasando por una situación económica muy mala a causa del cáncer, la cual les ocultaba para no preocuparlos.

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