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Juan darien


Enviado por   •  17 de Agosto de 2015  •  Tareas  •  1.389 Palabras (6 Páginas)  •  606 Visitas

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Juan Darién

 La historia trata sobre un tigre que se convirtió en niño que vivió y educo entre los hombres, su nombre era Juan Darién. Fue a la escuela durante 4 años vestido como si fuera un niño común, aunque el fuera un tigre de las selvas él tenía la figura de un niño.

Todo inicia cuando a principios de otoño la viruela visito a un pueblo matando a muchas personas y a su vez a un niño hijo de una madre joven y viuda. Después de que la madre llevara a enterrar a su hijito volvió a su casa y ahí en su casa se sentó mirando hacia la selva, sentada mirando hacia la oscuridad alcanzo a ver que por su puerta se movía algo pequeño la mujer fue para ver que era, la mujer se agacho y recogió a un tigrecito que apenas acababa de nacer pues aún tenía los ojos cerrados. La madre sostuvo en sus manos aquel animal enemigo de todos los hombres, la mujer lo llevo adentro de su casa y al oír los gemidos de hambre del tigre la madre decidió amamantar al cachorro. Tan grande el consuelo, que vio con  terror el momento en el que aquel le seria arrebatado porque si se llegaran a dar cuenta el pueblo de que ella amamantaba a un ser salvaje matarían con seguridad al tigrecito. En eso un hombre iba pasando por la casa de la mujer, oyó un gemido áspero un gemido que caracterizaba a las fieras el hombre se detuvo y buscando su revolver golpeo la puerta, la mujer asustada corrió a ocultar al tigrecito en el jardín, pero al abrir la puerta del jardín se hallaba una serpiente que no la dejaba pasar, mujer apunto de gritar de terror la serpiente le dijo –no temas mujer tú has salvado la vida de Universo, donde todas las vidas tienen el mismo valor, pero los hombres no te comprenderán y querrán matar a tu nuevo hijo, ve tranquila no temas ahora tu hijo tiene forma humana no lo reconocerán. Forma su corazón, enséñale a ser bueno como tú y el nunca sabrá que no es un hombre. Ve tranquila y apresúrate que el hombre está a punto de echar la puerta abajo, la mujer abrió la puerta y el hombre entro con la revolver y empezó a buscar en todas partes pero no encontró nada. Cuando el hombre se fue de la casa la mujer fue a donde ocultaba al tigrecito pero en su lugar vio a un niño que dormía tranquilo. Paso el tiempo. El niño necesitaba un nombre y su madre le puso Juan Darién. Juan Darién se vestía, hablaba, caminaba como un niño normal y también iba a la escuela con niños de su edad que se burlaban de el por su aparecía tenía el pelo muy áspero y su timidez, él no era muy inteligente pero lo compensaba con su amor por estudiar. Cuando Juan Darién iba a cumplir diez años su madre murió. Juan Darién sufrió lo que no es decible hasta que el tiempo apaciguo su pena. Pero fue un muchacho triste que solo deseaba instruirse. Aprontabas el pueblo a celebrar una gran fiesta. En la escuela un inspector llegaría a observar la clase. Cuando el inspector llego el maestro hizo dar la lección a Juan Darién que con la emoción del caso tartamudeo y su lengua se le trabo con un sonido extraño,  al inspector le pareció muy extraño y viendo a Juan Darién se dio cuenta del pelo áspero y el reflejo verdoso que tenía los ojos cuando se encontraba en la sombra  el inspector sospechaba que Juan Darién podría ser un animal salvaje. El inspector se puso a investigar y llego a la conclusión que en definitivamente Juan Darién era un tigre, el inspector quería matar a Juan Darién pero no podían porque él tenía la apariencia de un hombre y no podían matar a un hombre entonces llevaron a Juan Darién con un domador. Juan Darién estaba en su casa preparándose una sopa para comer cuando de pronto los pueblerinos invadieron su casa y se lo llevaron arrastrando hasta la casa del domador. Estando ahí salió el domador con  grandes botas de charol, levita roja, y un látigo en la mano, surgió ante Juan Darién. El domador metió a Juan Darién a una jaula y metió a perros cazadores para que ellos identificaran si era o no un tigre pero los perros no lo identificaron en cambio los perros estaban felices con Juegan Darién, el domador enojado porque los perros no funcionaron entro a la jaula y levanto el látigo maltratando a Juan Darién lo sacaron de la jaula y empujándolo por medio de la calle lo echaban del pueblo. El domador ordeno que lo quemaran con fuegos artificiales ataron en lo alto a Juan Darién debajo de él se encontraban diferentes fuegos artificiales y desde un extremo prendieron la mecha y allá  se encontraba Juan Darién sacrificado. Por fin de tanto sufrir Juan Darién empezó a cambiar, su cuerpo empezó a sacudirse convulsivamente que sus gemidos adquirían un timbre profundo y ronco y que su cuerpo cambiaba poco a poco de forma. Y la muchedumbre con un grito de triunfo pudo ver surgir por fin bajo la piel de hombre las rayas negras fatales de un tigre. La atroz obra de crueldad se había cumplido habían cumplido lo que querían. En vez de la criatura inocente de toda culpa allá arriba no había si no un cuerpo de tigre que agonizaba rugiendo. La gente lo arrastro hasta el bosque abandonándolo para que los chacales devoraran su cadáver. Pero él no había muerto se internó en la selva durante un mes no abandono su guarida esperando a que curaran sus heridas. Cuando se sintió por fin curado, paso la voz a los demás tigres para que se reunieran esa misma noche, al entrar la noche se encamino silenciosamente al pueblo. Trepo un árbol y espero largo tiempo inmóvil. Hasta que por fin vio caminando a un hombre de grandes botas y levita roja sin pensarlo salto hacia el domador y de una manotada lo derribo desmayado y cogiéndolo con los dientes por la cintura lo llevo sin hacerle daño hasta en juncal trepo con él a lo más alto del cañaveral donde lo dejo atado entre dos bambúes. Luego prendió fuego a las hojas secas. El domador tocado por las llamas había vuelto en sí. Vio allá abajo a los tigres cárdenos alzados a él y lo comprendió todo. Pidió perdón a Juan Darién pero no había nadie que se llamara así solo habían tigres. Las llamas se alzaron y solo se vio allá arriba un cuerpo negro que se quemaba humeando. A Juan Darién le quedaba solo una cosa por hacer, se dirigió al pueblo y cruzo sobre un jardín lleno de lapidas, se detuvo sobre un pedazo de tierra sin ningún adorno, donde estaba enterrada la mujer a quien había llamado madre durante ocho años.                  

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