LA BRUJA BRUNILDA

[pic 1]

LA BRUJA BRUNILDA

La bruja Brunilda se encontraba escribiendo carta en su vieja cabaña; pero estas no eran cartas cualquiera, eran cartas de agradecimiento ya q semana atrás había sido su cumpleaños así que agradecía la asistencia y el presente de cada uno de sus invitados.

-Amiguita Cipriana que bueno que viniste, sabes agradezco profundamente las patas de mosco cecas q me regalaste ya se me habían acabado, espero verte por acá el próximo año…- ya asi continuo escribiendo y escribiendo hasta que llego el agradecimiento a su hermana Benita.

-hay esta si está difícil, que le escribo? Mmmm se quedó pensando y pensando…

Sucede que antes de su cumpleaños Brunilda vio en los aparadores del centro comercial una alfombra voladora convertible padrísima, un modelo clásico de colección. Su hermana Benita al verle la emoción decidió regalarle una parecida no era la misma pero también era alfombra voladora. La bruja Brunilda ya no quería volar en esa vieja y común escoba que casi todas las brujas tienen, ni tampoco en sofisticadas e incomodas aspiradoras ruidosas, ella quería volar en algo más clásico una alfombra como la que vio en aquel aparador, no era cualquier alfombra ella quería esa q les comente, esa  convertible y con amplio espacio para acomodar las bolsas del súper brujildo, ella se imaginaba volando por donde quiera haayyy era tan linda y polvosa!!!, en fin

Lamentablemente Benita regalo la alfombra pero como les dije, no era la que quería Brunilda, de hecho esa alfombra era muy rebelde y desastrosa, con contarles que al dia siguiente que estreno se preparó para volar, le metio la primera cn el hilo de velocidades y brrruuuuunn salio disparada como a 2km por hr avanzando 2 metros y se paro, otra vez le da marcha Brunilda y ahora si brruuuuuuuuuuuuuuuuuunnnnnnn  salio rapidiiiisssiimo…. A estrellarse con los lazos del tendedero.

Brunilda se desenredo como pudo de aquel caos de ropa tendida y mecates por doquier muy enojada; y cuando se incorporó gritando con su peculiar voz, le refunfuña a la alfombra

• pedazo de trapo de sucio que acaso no sabes volar o q??? y se metió a su casa pateando al gato y azotando la puerta  – quítate felino pulgoso cara d perro

Al día siguiente ya mas relajada, decidió pasear en su alfombra nueva y pensando que todo sería diferente la hecho a volar, y esta vez parece que todo saldría bien hasta que de pronto cha chac chac!!!, - hay no!!!! ahora que trapo apestoso!!! y de pronto buuuuuuuuuuun  zaz!!!, la alfombra colapso sobre un estanque lleno de patos.

Pero eso no fue todo al día siguiente de la misma manera optimista q el día anterior y quizá más decidida q nunca Brunilda monto su alfombra ya seca y salió a volar sobre de ella hasta que ya de regreso a su cabaña al doblar la esquina los frenos de la alfombra no respondieron como se debe y zaaaaas fue a parar en sus arbustos espinosos q están en su entrada.

La bruja Brunilda muy pero muy muy enfadad y  harta de su “trapo apestoso”  se levantó adolorida se metió a su casa, saco muchos cordones la enrollo y la ato para guardarla en el closet junto a las escobas echándole llave a las puertas – esta alfombra asquerosa y tonta no saldrá jamás de aquí, lo digo yo la bruja Brunilda-…

Y por eso Brunilda tenía problemas al escribir tal carta de agradecimiento –que le pongo a esta carta??, esa mugrosa alfombra no tiene nada de bueno, siempre se accidenta-, así que se le ocurrió una idea, Brunilda se paró rumbo al armario, saco la alfombra y la extendió en la sala para observarla y quizá así pueda escribir algo lindo del regalo de su hermana.

...