LA REDACCION

Formalidad, no seriedad: La escritura no debe ser seria en extremo ni mucho menos aburrida, pero es necesario evitar el uso de frases o vocablos coloquiales y excesos del lenguaje. Es imprescindible lograr que el texto sea ameno, cómplice y entretenido de leer sin necesidad de caer en la vulgaridad. Los gags, los diálogos directos entre autor y lector, y las ironías son algunos de los recursos que podemos utilizar.

Claridad: El contenido se comprende fácilmente. Un texto no es claro cuando se tiene que leer más de una vez para entender la idea.

Eficacia: La redacción resulta eficaz cuando a través del escrito se logra el propósito planteado, para conseguir eficacia se necesita: Establecer claramente el objetivo, jerarquizar y ordenar las ideas, pensar en el destinatario, ser amable y comprensivo y recordar que "las palabras vuelan, pero los escritos permanecen".

Precisión: La cualidad de no permitir otro significado más que el deseado por el autor, para esto es importante la especificación de los conceptos mediante palabras y formas de construcción apropiadas

Sencillez: Manifestar las ideas de una manera llana. No presentar más de una idea al mismo tiempo para no confundir. Emplear términos y formas de construcción accesibles y evitar lo rebuscado.

Adecuación: La disposición de las ideas, el vocabulario y el estilo utilizado concuerdan con el propósito que le dio origen. La funcionalidad u eficacia dependen del tipo de escrito y del público al que va dirigido. Reporte científico, carta de amor.

Comunicar el mensaje: Los textos deben ser claros, precisos y simples de leer. Tenemos que obviar las redundancias, las explicaciones demasiado largas y los párrafos interminables. Es fundamental que las oraciones sean cortas y que cada frase del texto cumpla una función: que aporte, que sea comprensiva y sintética.

Un lenguaje neutral: Utilizar las personas gramaticales correctas y obviar cualquier clase de localismo. Para la redacción en general utilizaremos la primera persona del plural ("nosotros") y la segunda del plural ("ustedes”). Es importante reconocer los localismos y vicios de lenguaje deben ser dejadas de lado. Está claro que difícilmente un mexicano entienda lo mismo que un argentino al enfrentarse a una frase como "sale como trompada"; lo mismo sucede a la inversa, por ejemplo con"¡chinga tu padre!"

Estilo: Es la forma particular de expresarse; está en relación directa con la forma de ser de quien escribe. Las características más apreciadas en un estilo son: amenidad, sencillez y sobriedad.

El hilo conductor: Cada escrito cuenta un mensaje y/o una historia. Como tal, es imprescindible que tenga su introducción, su nudo y su desenlace. El lector será introducido al mensaje, que se

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