ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Cabeza De Goliat


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2014  •  15.025 Palabras (61 Páginas)  •  213 Visitas

Página 1 de 61

LA CABEZA DE GOLIAT

MICROSCOPÍA DE BUENOS AIRES

Esta agitación, sin hacer nada

En aceras y calzadas se mezcla y confunde aquello radiante que emanan objetos y seres

bajo la apariencia de un movimiento cada vez más acelerado, que pugna y forcejea por

correr. La calma y la inmovilidad quedan para los umbrales. La ciudad se convierte en pista

de incesante tráfago; máquinas y pasajeros van arrastrados como partículas metálicas por

trombas de electricidad. Esta mole infinitamente complicada y viva está en perpetua

agitación; hombres, vehículos y hasta objetos inánimes se diría que andan por una

necesidad intrínseca de andar.

La inquietud de Buenos Aires se proyecta en todas direcciones, y cuando las imágenes de

los móviles se reflejan en los vidrios o sus sombras se deslizan por las paredes o los

mosaicos, el movimiento abstracto adquiere su real cuerpo de sombra y superficie. Pues ese

arrebato cinético no tiene profundidad ni intensidad; cada día recomienda en el lugar en que

cesó la noche anterior, y es como si girara sobre sí mismo por una fuerza que nace de su

interior, busca irradiarse y no lo consigue.

Puede afirmarse que el ritmo de ese movimiento totalitario es mucho más vivo que en

cualquiera de las ciudades de igual población, aunque sea un movimiento que parece sin

gobierno, comparándolo con el de aquellas otras que proceden con sujeción a los principios

de la más estricta economía. Ese movimiento horizontal se caracteriza por la velocidad y no

por la firmeza y buen uso, como en otras partes. Las cosas dan la impresión de que se

precipitan sin control total, esquivándose.

Hay un mismo afán de velocidad en el chofer, en el peatón, en el comerciante tras el

mostrador, en el que habla por teléfono, en el que espera a la novia y en el que toma café resuelto a no hacer nada. ¿Nadie está contento? Se diría que la velocidad tiene aquí un

sentido absoluto, como realidad independiente de las masas; empero, como en la América

del Norte, el tiempo no pasa de ser oro, en el mejor de los casos.

La velocidad es una taquicardia, no una actividad. Nos brota de la circulación interna más

bien que de la laboriosidad, porque somos corredores aunque no seamos activos. Puede una

ciudad estar muy agitada sin ser dinámica, como un hombre puede estar en cama con ciento

cincuenta pulsaciones por minuto. Buenos Aires ama la velocidad, lo que no quiere decir

que sea activo, y acaso significaría lo contrario si es que pone un interés deportivo en

cumplir con sus obligaciones.

Todo ese movimiento no se pierde en el vacío; conduce en el balance anual al aumento de

las manzanas edificadas y del volumen de población, a un crecimiento de cualquier clase, al

cambio de domicilio, a la superposición de pisos, a la quiebra de negocios ya nuevas

instalaciones, no al poder firme ni al progreso humano. El que suponga que Buenos Aires

es una ciudad fuerte está en un error: ni tiene arraigadas convicciones como para resistir un

largo asedio, ni es audaz, ni ama el peligro verdadero. Juega con arrebatos y pasiones como

un niño demasiado mimoso con sus juguetes, su ajedrez o su Meccano. Lo que pasa es que

su tamaño sideral, su bienestar y su desasosiego intrascendente proyectan sus movimientos

en un campo vasto y vivaz, y por eso juzgamos a Buenos Aires dinámico y terrible. Hora a

hora se dilata, crece, lleva hasta confines más distantes su agitación superficial.

La vía de escape al exceso de ansia de velocidad se abre bajo tierra —en todo sentido. El

subsuelo de Buenos Aires sirve de válvula de escape y entubamiento a la energía sobrante.

Subterráneos, cables eléctricos y telefónicos, aguas corrientes, tubos neumáticos, son

sistemas circulatorios y el simpático de la urbe. Necesitamos huir vertiginosamente, aunque

sea por dentro de la tierra, so pena de trastornarlo todo, según había ocurrido antes con las

lluvias. Por eso el subterráneo está en íntima relación con la pampa, y lo que parece ser más

reciente se suelda a lo antiguo, que es lo más reciente en las formaciones geológicas.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (88 Kb)  
Leer 60 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com